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“Si queremos seguir comunicándonos es necesario poner antenas”

Vecinos del barrio Alberdi se manifestaron en contra del emplazamiento de una antena de comunicaciones en esta zona. Federico Ortega, doctor en Física, habló sobre los mitos que rodean a las radiaciones electromagnéticas y qué riesgos implica para las personas.

 

“La emisión de radiación de esas antenas no es de naturaleza distinta que la de todas las otras antenas que existen y que, por ejemplo, emiten radiación para emisoras de radio o wifi”, aclaró el doctor Federico Ortega, licenciado en Ciencias Físicas, sobre las antenas de comunicaciones. En entrevista con Radio Universidad explicó cuál es el real peligro de la radiación que transmiten estas antenas y dio consejos para tener cuidado a la hora del uso de productos hogareños que pueden afectar al funcionamiento del organismo.

¿Una antena que está emplazada para brindar un servicio de telefonía celular es peligrosa para la salud?

El impacto visual de la antena es grande y nos oponemos a esa presencia. En cuanto a su estructura, creo que están bien puestas, no se van a caer fácilmente. Si llega a suceder va a producir daños a los alrededores. Y otra cuestión es que las antenas están hechas para emitir radiación que se usa para comunicaciones. En principio quiero comentar que las radiaciones electromagnéticas son fenómenos de la naturaleza que existen en una variedad muy grande. Están las naturales y las que provoca el ser humano. En ese sentido, la humanidad las ha ido conociendo al punto de llegar a manejarlas y utilizarlas para algunos fines. En este sentido, las radiaciones abarcan un radio amplio de energía, la caracterización fundamental está dada por la frecuencia. Esta última va de valores muy chicos a valores muy grandes y está relacionada directamente con la energía que puede transportar la honda.

En base a la energía se pueden separar a las radiaciones en dos grupos importantes: las que pueden ionizar y las que no se pueden ionizar. Esto tiene que ver con la interacción de esta radiación con la materia. Entonces, ionizar es la capacidad de arrancar electrones de un átomo y eso hace que se produzcan cambios importantes en la estructura de la materia y reacciones químicas. Para poder ionizar se necesita un mínimo de energía y ahí está el punto de división entre los dos grupos.

De las que estamos hablando acá son de las que no son ionizantes, no tienen capacidad de producir cambios en la materia que puedan ser permanentes. De hecho, sobre toda clase de radiación que existe en la naturaleza, el ser humano y los animales tienen detectores para algún rango. Por ejemplo, lo que conocemos con el nombre de luz es radiación electromagnética no ionizante que está en un determinado rango de frecuencia y los ojos son los detectores naturales. Esto lo digo para tener un poco de tranquilidad ya que estamos expuestos siempre a muchas formas de radiación.

¿Por qué cada vez que aparece la posibilidad de emplazar una antena hay que traer de nuevo a colación estas cuestiones?

Primero, el impacto visual llama la atención y eso es lo que mueve. Es así porque son cosas que molestan a la vista. Existe una legislación y está fundamentalmente basada en la presunción: “Si no sabemos bien que puede pasar, tratamos de hacer algún tipo de prevención”. A la fecha no hay datos contundentes que puedan decir que provoque algo nocivo para la salud. Si se han puesto límites en cuanto a la intensidad, se trata de que los valores no superen determinados umbrales. Las antenas que tenemos acá alrededor no lo superan y desde ese punto de vista quiero llevar tranquilidad. Pretendo que se sepa otra cosa: la emisión de radiación de esas antenas no es de naturaleza distinta que la de todas las otras antenas que existen y que, por ejemplo, emiten radiación para emisoras de radio y wifi.

¿Cree que tienen que ser contundentes desde el gobierno para llevar tranquilidad a la gente?

Todos los miedos surgen del desconocimiento. Me parece que tendría que haber una información seria respecto de que tratan este tipo de cosas.

Nosotros tratamos de entender por qué se había generado esto particularmente con la antena de barrio Alberdi.

Hay un antecedente que es la que estaba colocada en el Hospital y también producía eso en la gente. Ésta finalmente se retiró, básicamente por la presunción por un posible daño. Estaba emplazada en terrenos municipales, a metros de un hospital donde se supone que hay gente que no está en sus mejores condiciones de salud y a metros de una escuela y un jardín de infantes. Otra presunción que se tenía también era que podía afectar al buen funcionamiento de algún equipo sensible del hospital. Todas esas cosas hicieron que finalmente se retire.

Teniendo en cuenta estos antecedentes ¿Cree que esta antena finalmente no se va a instalar?

Eso no lo puedo decir, lo que sí puedo es decir que es una decisión que debe tomar la sociedad. Si queremos seguir teniendo celulares, comunicándonos de esta manera, escuchando radio, etc. O no. Si queremos seguir comunicándonos es necesario poner antenas. En todo caso, es más conveniente que en vez de tener una antena que emita con alta potencia, tener varias antenas con menor potencia.

Existe un gran desconocimiento, ya que no todos sabemos que poner antenas más cerca haría que bajara la intensidad.

Voy a poner un ejemplo que quizá sirva para entender. Vos tenes una habitación muy grande y la necesitas calefaccionar. Pones un calefactor muy grande y fuerte para que abarque toda la habitación que emite mucho calor. Entonces lo más conveniente, en vez de ese calefactor, es tener varios distribuidos y más chiquitos. Se homogeniza de esa manera la temperatura. Con esto pasa lo mismo, la idea es homogeneizar la potencia para que todos los celulares, radios, etc. se puedan escuchar del mismo lugar y de la misma manera. Lo conveniente es poner varias antenas de menor potencia distribuidas. Hay ciudades de Europa en las que hay una antena por cuadra; se ponen en los balcones de los edificios.

¿Hay recomendaciones y cuidados que tengamos que tener? Ya que dependiendo el tiempo que estemos expuesto a estas situaciones puede haber modificaciones aunque sean pequeñas.

La presunción no está mal fundada en el sentido de que todo el transporte de alimentos que se hace en el organismo, es a través de gradientes de campo y potencial que produce el mismo organismo. Si desde afuera se perturba con algo, posiblemente el organismo tenga algunos inconvenientes para mandar los alimentos a las distintas partes del cuerpo. Los consejos serían no estar cerca de fuentes de alta potencia, por ejemplo el calefactor. Es común dormir con el celular en la mesita de luz, y el celular se está comunicando con la antena y está emitiendo la misma frecuencia que emite la antena. Además, otra costumbre que tenemos es enchufar el cargador del celular al lado de la cama y te pasas toda la noche con un transformador a centímetros de la cabeza.

 

Entrevista realizada en el programa "No todo está perdido" de Radio Universidad FM 90.1