Ciencia

Cáncer de mamas, un testimonio que apuesta a la vida

Cuando la información y la contención ayudan a sanar

Laura Rodríguez fue diagnosticada con cáncer de mamas luego de realizarse un autoexamen. Aquí, cuenta la importancia y experiencia en primera persona de una enfermedad que requiere de mucha concientización, información y contención. 

Cancer mamas 6

Luciana Pedernera - Agencia Comunica 

5/08/20

Laura Rodríguez es profesora de Arte. Para los más cercanos es Lau. Es la que sabe de recorrer salones, agarrar pinceles y cambiar la tarde de los estudiantes. Con sonrisa enorme y un metro cincuenta de altura ejerce su rol docente, disfruta de hablar mucho, cantar y bailar. Hoy no deja de agradecer y denominarse como “una privilegiada”. Laura atravesó cáncer de mamas y en la actualidad sigue en tratamiento por una metástasis que llegó a su pulmón, mediastino y columna vertebral. A pesar de eso, apuesta a la vida, al disfrute y rema en el Club Estudiantes en el marco de un programa que permite la rehabilitación de los brazos afectados por la enfermedad.

“Un dia mientras me bañaba me hice el control normal que nos tenemos que hacer todas, me palpé como una bolita en el pecho izquierdo, cerca de la axila” expresa Laura. Como nunca lo habia sentido antes en su cuerpo, esa misma semana llamó a su ginecóloga Gabriela Gallastegui. La especialista despejó sus dudas y le hizo todos los exámenes correspondientes y así fue como en noviembre de 2013 empezó todo y dice que “en un mes tenía la derivación a la clínica Brest de La Plata”. El haber tenido antecedentes de cáncer en la familia le “preparó la cabeza” para pasar esto y aunque reconoce que no la pasó bien, tampoco fue una sorpresa.
Cancer mamas 2

Foto: Laura Rodríguez

Según la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Argentina de Mastología, en la Argentina se detectan cada año unos 20.000 casos de la enfermedad. El dato positivo es que entre el 80 y el 90% de las pacientes con diagnóstico de cáncer de mama se curarán dependiendo del tamaño del tumor y por eso es que la detección temprana es la forma de prevención más importante. Una mamografía por año salva vidas.

El caso de Laura fue diferente porque pudo palpar su tumor. De todas formas, en la Clínica Brest le repitieron los estudios y le dieron su turno para la biopsia -que sería a la semana siguiente-. “Fue todo muy rápido, me hablaron muy claro todos” y Laura cree que “toda la gente con la que yo me he encontrado en este camino ha sido espectacular”. El día que le dieron el resultado de la biopsia estaba en compañía de su marido y reconoce que más allá de pensar que estaba preparada mentalmente, el viaje de regreso a casa -desde La Plata a Olavarría- “fue duro”. Laura confiesa que a su modo de ver “recibir la noticia implica enfrentar la enfermedad y a los que uno ama, decir que el camino se complica y hacerles entender que ‘por lo menos no planeaba morirme a corto plazo’”

El dia en que recibió el resultado de la biopsia el médico le sugirió un par de fechas para la cirugía. Laura cuenta que “el 6 de marzo de 2014, cuando mi mamá cumplia 70 años, me operaron, mastectomía total”. Hoy asegura que “según lo que me explicaron el mío era el tipo de cáncer más invasivo, tres nódulos de bordes irregulares, eran muy pequeños pero invasivos y había que sacar todo”. Laura aclara que gracias a toda la información que recibió antes de la cirugía “me pusieron un expansor, que es como si fuese una prótesis mamaria desinflada” y de esta manera a los tres días salió de la internación. Después de su mastectomía y del “globito desinflado” como le dice ella, pasó por dos cirugías más para poner una prótesis mamaria que “hizo que me resultara un poco más fácil mirarme al espejo, no fue fácil”.

Por más loco que parezca, Laura Rodríguez sostiene que “a pesar de que probablemente te estabas muriendo, lo que pasa por tu cabeza es la cuestión estética”. Es que para quienes atraviesan el cáncer de mamas es importante poder verse al espejo, sentirse cómodas con la ropa y con su imagen “porque además de perder el o los pechos, te quedas pelada” dice Laura. Además confiesa que “no me daba cuenta que estaba pelada hasta que veía la cara del otro o veía una vidriera y sin querer me reflejaba”.

Lo que más le dolió al principio fue dar la noticia a quienes amaba. Así es como recuerda una situación particular con sus amigas a quienes no les pudo contar sobre su enfermedad, “recuerdo que nos juntamos el 23 de diciembre de 2013 para despedir el año, yo ya sabía y no pude decirles, no las pude enfrentar, no quería arruinar el encuentro ni mucho menos terminar el año llorando”. En ese momento lo dejó pasar y se enteraron cuando pidió licencias, algo que cree que “fue una metida de pata de mi parte, porque yo tendría que haber tenido el valor para decirles pero no podía”. Con su familia, sus hijos, sus padres y sus suegros lo minimiza, con el único que habla todo claramente “hablé, hablo y hablaré” expresa, es con su marido y su hermano.

Cancer mamas 3

Foto: Laura Rodríguez. Laura, volvió a pintar en este contexto de aislamiento. 

Después de la cirugía de mastectomía Laura pasó un mes de controles en La Plata hasta llegar al momento de las quimioterapias. “Por más que me lo explicaran no sabía qué iba a pasar”. Eligió realizar este proceso en La Plata y recuerda que “me hicieron pasar a la habitación, con el resto de las chicas y me llevé una gran sorpresa”. Hoy recuerda a través de la palabra un gran living, con un plasma gigante, máquina de café y té, sillones reclinables “espectaculares” con su frazada y almohada, dos enfermeras atendiendo tipo spa. Detalla que “la quimio es como un suero” y aclara casi con alivio que “tuve la suerte de no pasar por mucha quimio”. El regreso de La Plata a Olavarría después de cada proceso era intenso: Laura lo describe como “una gran resaca, tenés malestar por unos dias, duele todo, por eso es tan importante la familia y que todos acompañen. Es muy duro, lo más duro de este proceso es la mirada del otro, es terrible”.

Los posteriores cinco años Laura los pasó bien, controlada y libre de cáncer. Pero en el 2018, empezó a sentir dolores no muy fuertes y dice que “soy una convencida de que uno tiene que conocer su propio cuerpo, por eso aún estoy en este plano”. Volvió la enfermedad, se instaló en su pulmón, en el mediastino y su columna vertebral “me volvieron a operar el 17 de abril de 2019”. Esta vez, sin quimio tradicional, aún está en tratamiento -será por el resto de su vida- con una medicación que aún hoy no se consigue en Olavarría y aclara que “el laboratorio me la manda a casa después de mucho pelear”. Laura Rodríguez detalla que es un tratamiento de pastillas que duran 21 días y 1 de descanso. “El costo es inaccesible. Es como si cada 21 días tuvieras que comprar un auto”.

CUARENTENA

“Me ha costado y me sigue costando no ver a mi doctora de La Plata, hemos formado una relación que extraño mucho”. El tratamiento sigue, pero todo en Olavarría, ya que en este contexto el traslado es casi imposible. Se considera una privilegiada porque puede estar junto a su familia -sus dos hijos y esposo- y explica que “mi hijo mayor estudia en Neuquén hace cuatro años, nunca me voy a acostumbrar a tenerlo lejos” aunque esta vez se quedó a principio de año, empezó la cuarentena y está en Olavarría junto a ella. “Soy muy feliz de que estemos los cuatro juntos”.

OLA ROSA

En Olavarría, a fines de 2018 un grupo de mujeres y familiares que atravesaron la experiencia del diagnóstico de cáncer de mamas se reunieron y formaron el movimiento de “remeras olavarriense”, orientadas por otras organizaciones con más trayectoria lograron consolidarse como grupo. A consecuencia de la intervención de cáncer de mamas, en muchas ocasiones se extraen ganglios de las axilas, lo que puede provocar acumulacion de liquido en los tejidos de los brazos y como consecuencia de ello el dolor y la reducción de la movilidad. El remo es una de las actividades que ayuda a recuperar la movilidad perdida como consecuencia de los tratamientos.

Cancer mamas 1

Para poder remar se llegó a un acuerdo con el con el Club Estudiantes y se había logrado -antes de la pandemia- que todos los sábados a las 10 de la mañana las chicas fueran a remar al sector de remos del club estudiantes, donde ellos les daban las canoas, los remos, los chalecos salvavidas. Laura aclara que les costó mucho conseguir el permiso para poder realizar la actividad y que luego de este acuerdo con el club pudieron concretar las jornadas a cargo de la profesora Brenda Medina. Laura expresa que “aparte del ejercicio, hay una terapia psicológica” y agrega “una remada, cinco charlas”. Además de ser un grupo de remo, unido por la misma experiencia, concretaron una serie de charlas en escuelas buscando mostrar el lado positivo, “que se puede salir y juntas es más fácil, es importante la concientización y la contención, ese fue nuestro mensaje en las escuelas y que tratamos de compartir siempre” finalizó Laura Rodríguez.(Agencia Comunica-FACSO)