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Educación

“En educación la masificación siempre pone en tensión el tema de la cantidad con la calidad”

Analía Errobidart, Doctora en Ciencias de la Educación y docente de la Facultad de Ciencias Sociales, habló sobre la aprobación de la creación de la Universidad Docente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (UniCABA).

 

Con el objetivo de mejorar la calidad del sistema educativo en Argentina, el gobierno impulsó una reforma en la formación de docentes a través de la creación de la Universidad Docente (UniCABA). Esta medida tuvo diferentes críticas y comentarios por parte de la comunidad educativa. La creación de la UniCABA, para que coexista con los institutos de formación docente, fue aprobada el 22 de noviembre con 34 votos positivos del bloque oficialista y 26 en contra del arco opositor. La votación se llevó a cabo durante la sesión ordinaria de la legislatura porteña. Desde el gobierno suponen que la primera camada de estudiantes de formación docente será de unos 5.000, que en un principio cursarán en una sede provisoria. Analia Errobidart, Doctora en Ciencias de la Educación y docente de la Facultad de Ciencias Sociales, habló con Radio Universidad acerca de esta decisión que propone un gran cambio para la formación docente.

¿Qué implica la discusión que llevó y lleva adelante la capital de una universidad para docentes?

El problema es tan complejo y de tan larga data que vamos a ver por donde encaramos. En primer término, me gustaría decir que respecto del proyecto de UniCABA que se aprobó el viernes pasado, es un proyecto de difícil gestión para el futuro por una transformación que implica modificar estructuras que funcionan desde hace muchos años. La mayoría de los institutos de formación docente en Argentina y los de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires datan de la década del 60 del siglo pasado. Además, Buenos Aires ha logrado un nivel de formación docente, unos institutos de una cantidad de formación docente muy envidiables desde el interior del país en muchas oportunidades. A la tradición se suma reconocimiento social. Es casi imposible pensar que se pueda gestionar teniendo ese sector en contra, no incluido en la definición de un proyecto tan caro para la formación docente como lo es el de pensar si es necesario o no llevar a la universidad este tipo de carreras.

Por otro lado, también podríamos pensar en un contexto sociopolítico y económico que está prometiendo para el año que viene un déficit cero. Cómo y de qué modo va a ponerse en marcha una nueva estructura que por definición en el nuevo proyecto de la UniCABA está definiendo una formación al mejor estilo universitario y como sí creemos que debe ser la UniCABA incluye un proyecto de formación en las tres áreas clásicas de la universidad como es docencia, investigación y extensión. Todo esto necesita proyectos, necesita gente que lo lleve adelante pero que además no existen en este momento para la formación docente. Son cuestiones nuevas que no se si hay que arrancarlas de cero pero si desde un nivel mucho más elemental que el que tienen las universidades en funcionamiento. Y por otro lado, yendo a un análisis de lo más general a más particular, están las condiciones de trabajo docente de las que no se ha hablado en ningún momento. Pero si yo miro cuáles son las referencias que este gobierno toma para definir estos proyectos me hace pensar en el marco de las recomendaciones de los organismos internacionales y del proyecto Finlandia. Pero que a diferencia de lo que viene pasando en los últimos años en Argentina, Finlandia tiene una alta calificación no solo en formación sino en remuneración del trabajo docente.

Entonces habría tres elementos que ya de antemano parecieran estar conspirando sobre un proyecto que obviamente ha generado grandes manifestaciones porque analizando esta situación en el marco de un modelo que define a la educación como un gasto es bastante controversial pensar que los gremios docentes y los institutos formadores de docentes vayan a poder estar de acuerdo. Esto sería como una parte de la cuestión.

¿Qué propone como nuevo el hecho de que se abandone lo que existe hoy para que sea necesario la creación de una nueva institución? ¿Qué es lo que se supone que viene a mejorar?

Yo supongo, porque tampoco he leído cuáles son los disparadores o juicios fundacionales. Si hay algunos en el mismo documento de la ley que crea la UniCABA, hay algunas referencias a diagnósticos previos pero antes de empezar a hablar de estas cuestiones terminológicas que por ahí son específicas para los que estamos en formación docente. Si tengo tiempo hago un poquito de historia. El tema de la formación docente comienza a ser un problema en Argentina, podríamos decir, desde que se produce el pasaje de las escuelas normales creadas por Sarmiento hacia los institutos de formación docente cuando fue necesario pensar un proyecto educativo que acompañara el proceso de industrialización del país por los ’50 o ’60. Ese fue como a gran primera crisis porque había dos instituciones en pugna que formaban docentes. Como fue el normalismo inicial pero que el normalismo no dio abasto y además tenía una base formadora enciclopedista que no daba cabal cuenta de las necesidades que el sector productivo tenía sobre el sector educativo. Ahora está como la misma discusión de fondo, como que el sistema productivo requiere de unas competencias como se llaman en este contexto las habilidades, los saberes, las formaciones que debieran tener los ciudadanos que son insuficientes para los requerimientos de un sistema productivo que en realidad es cada vez más exiguo, hay cada vez menos puestos de trabajo al menos en las categorías donde todavía pensamos el trabajo.

Entonces los institutos de formación docente que se crearon por la década de los ’60 mayoritariamente y algunos antes también resultarían insuficientes para estos propósitos pero también dados los cambios que va teniendo el sistema educativo es insuficiente la cantidad de docentes que se forman. Desde que en los ’90 el menemismo extiende la obligatoriedad hasta el tercer ciclo, cuando la ley de educación secundaria extiende la obligatoriedad de la educación secundaria los sistemas escolares colapsan en su capacidad de formar en cuanto a cantidad de docentes necesarios.

Esto es interesante analizarlo así porque no nos olvidemos que antes no era obligatorio el secundario.

En ese entonces la provincia de Buenos Aires, que es el caso que conozco porque trabajé en esos dispositivos, implementa sistemas de formación de profesionales que trae hacia el sistema educativo para poder cubrir las vacancias. Son como grandes parches que se van poniendo porque se daban títulos o se dieron títulos a grandes cortes de contadores, abogados, ingenieros, veterinarios, médicos que con un año y medio o dos de capacitación docente ingresaban al sistema educativo. Eso ya nos habla de que el sistema educativo está teniendo algunas restricciones. Por otro lado, ha habido una puja entre las características de formación docente que tiene la universidad y las que tienen los institutos provinciales. También miremos los institutos provinciales, pensemos que hay tantos estilos de formación como provincias hay en la Argentina.

El sistema es muy complejo para poder analizarlo. De los ’90 para acá la recomendación es llevar a la universidad la formación docente. La universidad también ha tenido sus reparos porque hay que ver, no hay tradiciones en la universidad de formación docente e incluir semejante masa en formación con los mismos recursos sería inaceptable y a la vez como universidad decir que “no nos queremos hacer cargo de eso, no están dadas las condiciones ni materialmente ni de capacidad humana profesional para llevar adelante semejante empresa”. Pero lo cierto es que desde los ’90 para aquí se han realizado instancias de articulación entre institutos de formación docente y universidades. Hasta que en el 2006 cuando se aprueba la ley de Educación Nacional, en 2007 o 2008 se crea una figura que es el Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) que tiende a armar algunos criterios comunes para todo el país en cuanto a formación. En primer término, para poner como en una misma vara a todos los institutos diseminados a lo largo de todo el país. El INFOD llevó una muy buena gestión sobre todo en lo que fue la capacitación docente se logró hacer un censo que diera cuenta de cuánto duraban las carreras en las distintas provincias, de cuáles eran las áreas de principal vacancia, cuál era el perfil socioeconómico de los ingresantes de formación docente... Porque también el achicamiento de mercado laboral hizo que muchos jóvenes ingresaran a la docencia como ingresaban al servicio de seguridad, como ingresaban al servicio de salud buscando un refugio en el Estado como empleador.

En educación la masificación siempre pone en tensión el tema de la cantidad con la calidad. Esto es un tema que en los últimos años ha sido difícil de medir, de controlar y de impulsar como criterios de mejoramiento desde el INFOD pero que de hecho se ha venido haciendo hasta ahora. En fin, la situación es muy compleja, no nos olvidemos también que los institutos de la provincia de Buenos Aires han generado resistencias. Algunas fundadas o mayoritariamente fundadas en 2008 aproximadamente durante el gobierno de Felipe Solá en provincia. Una pedagoga absoluta y altamente reconocida como Adriana Puiggrós fue directora con la idea de proyecto de universidades pedagógicas, un proyecto diseminado por América Latina, entiendo que fue México el primero que lo puso en marcha, Cuba se rige también con institutos pedagógicos pero dependientes de la universidad. Y Adriana Puiggrós también encontró fuertes resistencias aunque lo impulsaba alguien que venía de la propia docencia, un gobierno peronista que tiene más llegada a los gremios y, sin embargo, de las tres universidades que lo anunciaron que se pondría en marcha el proyecto pedagógico solo una persiste, que funciona en Buenos Aires y dicta distintas carreras de formación docente y se dedica sobre todo a lo que es otra de las problemáticas en el ejercicio de la docencia que es la capacitación contínua.

¿Cuál sería la diferencia entre los institutos y la universidad?

La diferencia fundamental es que, a mi criterio, los institutos de formación docente realizan un desarrollo de su currícula formadora que básicamente está orientada a la enseñanza de los contenidos que tienen que ser enseñados. No se forma ni en investigación, ni se hace extensión que también es una vuelta para ser un sujeto reflexivo de la propia práctica... El docente ha sido definido como un técnico aplicador de un diseño curricular y no como un sujeto capaz de tomar decisiones frente al desempeño de su tarea, porque en realidad lo que estaría faltando también son herramientas. Yo no digo que los docentes no puedan construirlos, el colectivo argentino de docentes desde del que nosotros participamos es un colectivo de docentes que autogestionan la investigación, porque se sabe que la mejora de la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes está vinculado a la capacidad de poder investigar la práctica docente, no únicamente las teorías acerca de los fines a la educación.

Esas dos serían tal vez las instancias que se agregarían a la formación docente.

Si, de hecho el INFOD ha estado durante estos años intentando trabajar sobre la creación de líneas de investigación en los institutos de formación docente. Pero a veces los fondos han resultado insuficientes… Es muy difícil imponer, en una estructura que hace cinco años funciona de una forma, una nueva línea de trabajo que se acople. Es como que funcionaríamos con otra lógica… De hecho, lo que quiero destacar, es que más allá de estas cuestiones los docentes están interesados en hacerlo. Y el colectivo es una muestra de ello.

 

Entrevista realizada en el programa "No todo está perdido" de Radio Universidad FM 90.1