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Derechos y ciudadanía

Las labores detrás de un domingo de votación

A 34 años del regreso de la democracia, diferentes actores sociales subrayan la importancia de este derecho. Estrategias y desafíos de una jornada electoral.

 

Por Eliseo Díaz

El voto en la Argentina ha tenido diversos altibajos a lo largo de su historia. La sanción de la Ley Sáenz Peña (1912) estableció, por primera vez, el derecho al voto universal, obligatorio y secreto. Sin embargo esta ley contaba con varios cuestionamientos: la no participación de las mujeres era uno de ellos. Eva Duarte fue la encargada de reclamar la igualdad de derechos para hombres y mujeres a partir del sufragio femenino. El 23 de septiembre de 1947, hace 70 años, y durante la presidencia de Juan Domingo Perón, el voto finalmente pasó a ser completamente universal, poniéndose en práctica a partir de las elecciones de 1951.

Durante el siglo XX, Argentina atravesó diversos golpes de Estado que interrumpieron los períodos democráticos y las posibilidades de realizar elecciones. El primero fue en 1930 encabezado por Félix Uriburu para destituir de la presidencia a Hipólito Yrigoyen, quien había sido reelecto para su segunda presidencia. El segundo fue en 1943, conocido como la “Revolución del 43”, derrocó de su cargo a Ramón Castillo y dio por finalizada la “década infame”, iniciada por el golpe militar anterior. El siguiente golpe fue la “Revolución Libertadora” de 1955, la cual destituyó de la presidencia a Juan Domingo Perón. En 1962, otro golpe encabezado por el general Juan Carlos Onganía dio por comenzada la autodenominada “Revolución Argentina”, derrocando al presidente Arturo Illia. El 24 de marzo de 1976 tuvo lugar la última dictadura militar, con vinculaciones civiles y eclesiásticas. El “Proceso de Reorganización Nacional” recién finalizó en diciembre de 1983. Con 34 años de democracia ininterrumpidos, transformándose en el período democrático más extenso de la historia argentina, la realización de elecciones y el acto de votar se han ido transformando y cuentan con diversas estrategias y variables que comprenden la participación de distintos actores sociales.

Cómo se organizan las encuestas y las escuelas

En la actualidad, una votación implica diversos factores a tener en cuenta que requiere una diversidad de trabajos. La elección, para los partidos políticos, presenta  labores que van desde la construcción de una imagen hasta la formulación de una estrategia comunicacional. “Deben saber qué es lo que quiere la gente, lo que le reclama al gobierno y lo que se le rechaza. Para esto se trabaja fuera de la época electoral, con muchos meses de anticipación”, contó Luis Mosquera, quien se dedica a la realización de estudios de mercado. Las encuestas políticas cuentan con particularidades que requieren de tiempo y amplios alcances en su ejecución. “Es un trabajo muy duro. Primero, se lleva a cabo el cuestionario de preguntas. Luego se elabora una muestra para después realizar las encuestas, las cuales siempre deben ser supervisadas. El siguiente paso es la carga de encuestas para la obtención de datos. Por último se realiza su análisis... Es algo laborioso y para nada fácil”, detalló Mosquera.

Las escuelas, sedes de las elecciones, también requieren de una preparación previa. “El viernes anterior a votar se suspenden las clases en el turno noche de la mayoría de los establecimientos que lo poseen y se acondicionan los salones que van a oficiar de cuartos oscuros. Las fuerzas de seguridad se hacen presentes desde el sábado y pasan la noche en el establecimiento para así quedarse durante todo el domingo de elecciones”, relató Laura Duca, delegada electoral de la escuela secundaria N°6 de Azul.

El día “D” (votar)

Durante la votación, los presidentes de mesa y fiscales tienen un rol central a la hora de llevar adelante la jornada. “Nosotros recibimos un instructivo donde se resumen nuestros deberes establecidos por la Ley Electoral, los cuales debemos cumplir como presidente o suplente de presidente de mesa. Además contamos con capacitaciones virtuales, que uno elige hacerlas o no”, explicó Alicia Dieguez, presidente de mesa en la Escuela Polimodal N°5 de Azul durante las últimas cuatro elecciones.

Desde las 7 de la mañana, los presidentes de mesa deben estar presentes en el establecimiento. Allí reciben su urna, en la que viene todo preparado para dejar el lugar acorde para recibir a los votantes. Ante algún imprevisto (por ejemplo falta de boletas o problemas con algún nombre faltante en los padrones), los presidentes de mesa acuden a los delegados electorales de las escuelas, quienes son los encargados del control general del establecimiento. “Iniciado los comicios, el delegado electoral firma el acta de comienzo y debe estar todo el día hasta el cierre”, detalló Duca. Otro papel que se pone en juego al momento de una votación es el de los fiscales de los partidos. Estos tienen la obligación de fiscalizar que sus boletas se encuentren cada vez que ingresan al cuarto oscuro. Como así también, en el momento de finalizar el acto, deben estar presentes en el escrutinio. “Ellos tienen la obligación firmar el acta de finalización, así que no pueden retirarse antes de que todo finalice”, aclaró Dieguez.

Especulaciones y certezas: cierran los comicios

Una labor posterior a la votación es la realización de “bocas de urna”, llevadas a cabo por los encuestadores políticos. “El boca de urna se hace por la ansiedad de los políticos para saber, dos o tres horas antes de contar los votos, cómo van las elecciones, solamente para eso… Después no sirve para nada”, relató Mosquera. Los bocas de urna se realizan mediante dos etapas: una por la mañana y otra por la tarde. Los encuestadores se ubican a no menos de 80 metros de los establecimientos y comienzan con las preguntas, seleccionando a personas específicas según sus intereses.

“Los factores del entorno influyen... A veces mucho, a veces poco y a veces nada. Por ejemplo, la desaparición de Santiago Maldonado y su posterior aparición sin vida es un hecho de la política nacional. Ahora no afectó considerablemente pero podrá afectar en un futuro”, explicó Mosquera. Otro factor que, según Mosquera, afecta a que los resultados de las encuestas no se asimilen con los votos es la escasa responsabilidad que suelen presentar algunos encuestadores. “Hoy por hoy, hay muchos encuestadores que trabajan con encuestas operadas. Por eso es que muchos no aciertan. Otros dibujan los números y después pagan las consecuencias...”, concluyó.

A las 18 horas, cuando cierran las puertas de los establecimientos, en su interior comienza otra etapa del trabajo. “Ni bien termina la votación, con la urna en mano, tenemos que entrar todos. Primero se sacan las boletas que sobran y se ponen en una bolsa. Luego, se sacan todos los sobres y se cuentan, ya que después nos tienen que coincidir con la cantidad de votos. Como presidentes de mesa nos toca controlar que nadie toque nada… A veces, si se hace muy tedioso, se trabaja en conjunto con los fiscales, aunque ellos no tienen la obligación de ayudarnos”, aclaró Dieguez. Una vez que se realiza el recuento de votos, el delegado electoral emprende las tareas finales. “Al cierre, vuelven los representantes del correo que trajeron las urnas y las van recibiendo. Cuando se realiza el recuento en cada mesa y se cierran todas, el correo se las lleva custodiados por el personal de seguridad y ahí se puede retirar el delegado electoral, que firma el acta de cierre.” explicó Duca.

Desde el retorno de la democracia en diciembre de 1983, Argentina está viviendo su mayor periodo democrático ininterrumpido. “Tener la posibilidad de votar al candidato que vos quieras, de todos los que hay y sin pagar ninguna consecuencia al respecto, es algo maravilloso”, reflexionó finalmente Alicia Dieguez. El 30 de octubre se cumplieron 34 años de las elecciones que consagraron como presidente a Raúl Alfonsín. 34 años en los que los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir y ejercer libremente su voto. Además de ser un derecho cívico, la posibilidad de votar es un acto de responsabilidad social y de participación que merece ser valorado./ AC-FACSO