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María Rosa Pareja: “La causa Monte Pelloni II está muy lenta”

En entrevista con Radio Universidad, la hermana de José Alfredo Pareja se refirió al desarrollo de la causa Monte Pelloni II, los recuerdos sobre la época de la dictadura en Olavarría y las imágenes que le dejó la última noche que vio con vida a su hermano.

 

En el marco de las instancias previas del Juicio Monte Pelloni II, la Fiscalía, mediante Juan Manuel Portela, pidió que se permita acusar a Ignacio Verdura y Walter Grosse por el homicidio de José Alfredo Pareja, acusación no incorporada en la segunda instancia y caso que no se abordó en la primera parte. La discusión está atada a un error, según entiende la Fiscalía, que ocurrió en el marco de dicha acusación concreta. Asimismo, se manifestó que están dadas las pruebas para poder hacer la acusación en esta instancia del juicio. Resta que durante las próximas audiencias la Defensa omita su opinión en torno a este pedido y acusación; y que además el Tribunal decida si da lugar o no a lo solicitado por la Fiscalía. María Rosa Pareja, hermana de José Alfredo Pareja (detenido-desaparecido de Olavarría) habló con Radio Universidad acerca del desarrollo de la segunda parte de Monte Pelloni, sus recuerdos de la noche de su desaparición y las sensaciones que despierta el contexto judicial.

¿Cómo ves el pedido de la Fiscalía y el desarrollo del caso de José Alfredo en Monte Pelloni II?

Hace  40 años que estamos esperando una solución. Va muy lento. Pienso que tanto Verdura como Grosse tienen que estar implicados porque eran jefe y subalterno. Ellos sabían sobre todos los movimientos que ocurrían en Olavarría. Verdura es responsable por el secuestro, desaparición y muerte de mi hermano. Recuerdo, en una época, que a mi papá alguien vino a decirle que el auto había entrado al Regimiento. Después ese auto apareció en un descampado…

En ese entonces, yo estaba casada y vivía en el barrio llamado de los militares, que está sobre la calle San Lorenzo entre Bolívar y Hornos. Son tres monoblocks, en el del medio vivíamos nosotros y en ese piso había cuatro militares. En el primer departamento estaba Leites, arriba del mío estaba Tula. Nosotros estábamos custodiados: permanentemente entraban y salían, y en la esquina había siempre custodias de soldados que hacían el servicio militar.

El día anterior de la desaparición de mi hermano, habíamos estado todo el día paseando con José porque teníamos unos amigos invitados en casa. Habían ido a cenar y esa noche, como nunca, tocan timbre como a las 22 hs y aparece Leites. Yo lo conocía de entrar y salir, en realidad nos saludábamos por ser del barrio. Me pidió el teléfono fijo para llamar al Regimiento porque se había olvidado algo. No dijo más de dos o tres palabras, todas “no” y “si”. Habló con Tula porque ese día él estaba a cargo del Regimiento.

Mi hermano, después que se recibió de abogado en el 75, estuvo todo el 76 en La Pampa haciendo el servicio militar. Cuando Leites estaba en casa se pusieron a conversar porque tenía conocidos en La Pampa. Habrá estado 5 minutos en casa, 10 a lo sumo. José iba a salir y dijo “me voy a cambiar y vuelvo”. Yo me acuerdo que le dije que se llevara un pullover azul porque hacía frio. Desde ese día no lo vimos más.

A la hora que se fue, José no volvía y llamé a la casa de mis padres pero no atendía nadie. Esperamos un poco más y como no volvía acompañamos a nuestros amigos a la puerta de la casa y se fueron. Cuando bajamos la escalera había un silencio en toda la cuadra... A la mañana mi papá llamó por teléfono y me preguntó por José. Ahí se me hizo un reflejo y dije “éstos se lo llevaron”. Me acuerdo que bajé a golpearle la puerta a Leites… se la tiré a patadas hasta que me abrió. Y le dije “vos te lo llevaste”.

¿Qué respuesta obtuviste?

“Voy a averiguar… No sé nada… No estaba en el Regimiento”. Desde ese día, en el departamento todo era silencio. Cada vez que yo salía con los chicos había alguna puerta que se cerraba o cortinas que se bajaban. Nerviosos, entraban y salían. Algunos agachaban la cabeza. Nunca nos dieron una respuesta.

Mi papá, con la ayuda del sacerdote de la iglesia San José, llamó al Regimiento para saber de José y enseguida nos enteramos que había aparecido el auto. Se armó una pantomima de que el auto tenía una bomba… Mi papá fue al Regimiento a hablar con Verdura. Por ese entonces, tenía un amigo en el departamento y un día me llama y me dice “Acompañame a casa. Tengo que romper libros porque ya van dos veces que me llevan al Regimiento. Verdura me dijo que tienen un archivo de la A a la Z de toda la gente que vive acá. Yo no quiero que entren y encuentren estos libros…”. Ese día rompimos los libros y los tiramos al inodoro.

¿Qué sensación tenes de encontrarte en esta instancia judicial?

La veo muy floja. He visto fotos de implicados muy impunemente paseando por Mar del Plata. Uno como familia, de tener un hermano desaparecido y el dolor que eso representa, tiene la sensación de que pareciera que no le dan importancia a las cuestiones de lesa humanidad. Mi hermano estuvo en otra causa porque una vez detenido fue a parar a “La Cacha”. Entonces ahí se abrió otro juicio que yo fui a testimoniar a La Plata. Ahora cuando vaya en diciembre veré pero la causa Monte Pelloni II está muy lenta. No hay audiencias, se enferma un juez, se corren las fechas…

Ves una gran diferencia con Monte Pelloni I entonces…

Si, si. Primero que fue un error porque Monte Pelloni está en Olavarría y el juicio se tendría que haber hecho acá… Para que la familia y la sociedad de Olavarría se enteren de lo que pasó durante esos años oscuros. Mucha gente no sabe, a otros les da lo mismo o no les interesa porque “ya pasó”. En ese entonces, nosotros teníamos 24, 25, 26 años. Gente joven que desapareció por tener un ideal y pensar de una forma distinta.

¿Cómo ves a futuro la reflexión sobre esta historia?

Los argentinos conformamos una sociedad muy difícil. La gente está terrible, no les importa nada. No sé qué va a pasar con este juicio… Pasaron muchos años, ya ni los jueces le dan la importancia que tiene que tener… Esta todo muy light, muy extendido… pareciera que están esperando que los familiares se terminen.