Infraestructura y educación
Dificultades edilicias en la escuela de Artes Visuales
La Escuela “Miguel Ángel Galgano” funciona desde 1989 y aún no cuenta con un espacio propio. El traslado por diferentes edificios y la gestión de los contratos de alquiler provocan diversas problemáticas que afectan su funcionamiento.
Por Lisi Batres
Desde su fundación en 1989, la Escuela de Artes Visuales de Olavarría pasó por cuatro edificios con problemáticas particulares. “Ninguno era acorde para instalar una escuela de arte, pero siempre nos esforzamos por adaptarnos al espacio”, relata Nora Sarazola, Jefa de Área del Departamento de Educación. Actualmente, la escuela funciona en una casa ubicada en Avenida Pringles al 2590 que pertenece a Coopelectric. Los contratos de alquiler se renovaban cada dos años pero, meses atrás, la escuela recibió una Carta Documento de la cooperativa donde se informó que en abril de 2019 deberán dejar el edificio.
La búsqueda de un nuevo lugar no es una tarea sencilla ya que la escuela necesita espacios que se adapten a las actividades que realizan. La oferta educativa de la Escuela de Artes Visuales consta de dos carreras: el Profesorado en Artes Visuales y la carrera en Diseño Gráfico. “Necesitamos un edificio acorde a nuestras características, no podemos funcionar en cualquier espacio. Tenemos muchas especificidades en cuanto a la carrera de profesorado, que requiere hasta de un lugar de almacenamiento de producciones que se llevan a cabo semana a semana porque hay mucho material que no puede trasladarse todo el tiempo”, explicó Virginia Maldonado, directora de la institución, en relación a las problemáticas que se presentan en torno a las modalidades.
Hasta el año pasado, el espacio disponible para dictar las clases no era suficiente y algunas clases se desarrollaban en el edificio del Centro de Formación Profesional (C.F.P) Nº 403. Recién este año pudieron realizar distintos re-acondicionamientos para tener un salón más, lo que posibilitó que todos los estudiantes cursen en el mismo edificio. La directora remarcó que este cambio es positivo para el funcionamiento de la escuela. “Trabajar en dos sedes nos traía inconvenientes porque tenemos muy poco personal administrativo y se tornaba algo complejo de llevar adelante”, señaló. Aún así, la mayoría de las clases siguen compartiendo una problemática muy particular vinculada a la arquitectura del edificio: deben dividir el Salón de Usos Múltiples (SUM) en tres aulas para poder llevar a cabo todas las clases. Pero esa división se realiza con paneles móviles lo que provoca una importante contaminación auditiva entre una clase y la otra.
En cuanto a las materias más específicas, una de las que más inconvenientes presenta es el taller de escultura; fundamental en el plan de estudios del profesorado, ya que se encuentra en todos los años de cursada. Pero, en la práctica, la escuela no cuenta con un salón adecuado para llevarla adelante. “Para las clases de escultura requerimos de una infraestructura muy particular en relación con las cañerías, las piletas y los desagües. Como no contamos con ellas, las instalaciones se dañan rápido y hay que arreglarlas continuamente”, relata la directora.
La falta de un espacio propio no sólo dificulta el dictado de las clases sino que además ocasiona dificultades en la apropiación que los estudiantes y los docentes hacen del lugar. “Este sitio es nuestro y lo podemos usar. Pero al mismo tiempo no podemos intervenirlo ni construir nuestra identidad en el edificio porque nos pertenece sólo de manera provisoria”, explica Maldonado.
A la espera de una solución
La escuela atravesó distintos avances y retrocesos en la gestión de un edificio propio. El Consejo Escolar les cedió un terreno durante dos años pero el acuerdo incluía una cláusula muy particular: si no se obtenían los fondos para construir en ese período de tiempo, el terreno regresaba a su dueño, en este caso el Municipio. Debido a esta condición, perdieron ese espacio y tuvieron que iniciar nuevamente el pedido. Mediante nuevas negociaciones, les cedieron otro terreno compartido con la Escuela de Estética. En este caso no existen cláusulas que lleven a la pérdida de la propiedad pero aún no hay fondos destinados para llevar adelante la construcción.
Cuando Maldonado asumió como directora, en noviembre de 2016, continuó con el reclamo que se venía realizando durante la gestión anterior. Realizó el pedido formal al Consejo Escolar y a la Inspección de Artística, y también pidió una reunión con la Unidad Educativa de Gestión Distrital (UEGD) con quienes mantuvo dos encuentros. Estas entidades no cuentan con la facultad para poner en marcha una construcción pero sí pueden trabajar en la búsqueda y gestión de espacios para el funcionamiento de la escuela. “Se habla de varias opciones de lugares que podrían alquilarse pero lo cierto es que al día de hoy no se ha concretado nada. Por ahora, no podemos ir por la construcción propia ni hemos conseguido una casa con mayores comodidades que la actual. En las reuniones que tuvimos tampoco ha participado un representante del municipio, por lo que se hace más complejo concretar algo”, enfatizó Maldonado.
Desde el Consejo Escolar explicaron que para habilitar un espacio en el que va a funcionar una escuela deben llevarse a cabo determinados pasos legales, sumado a que el edificio debe cumplir con distintas normas de seguridad para su uso. Sólo la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia puede autorizar y habilitar un edificio, como así también destinar fondos para iniciar una construcción.
Mientras se continúa con el recorrido legal del reclamo, la escuela funciona con la colaboración y el trabajo conjunto de tres organismos: el Consejo Académico Institucional, el Centro de Estudiantes y la Cooperadora. Además de contribuir al mantenimiento del edificio, organizan eventos para conseguir fondos extra con el mismo fin. “Este año desde la cooperadora acondicionamos un salón para que funcione como salón de grabado. Pero todo está hecho a pulmón con los aportes que hacemos los docentes y los estudiantes”, concluyó la directora./ AC-FACSO