Inicio

ÚLTIMAS NOTAS

ÚLTIMOS ARTÍCULOS DE DDHH

ÚLTIMAS ENTREVISTAS

ÚLTIMOS ARTÍCULOS DE CIENCIA

Salud y derechos

“Para cambiar al mundo hay que cambiar la forma de nacer”

La especialista Clara Andrés explicó cuáles son las dificultades y contraventuras a las que se suele enfrentar una madre durante el embarazo y al momento de dar a luz.

 

“Un problema que tenemos las mujeres en este proceso es que parece que debemos olvidar la violencia obstétrica cuando nuestro hijo o hija nace sano… Olvidar todo lo que pasó en nuestro cuerpo y todos los derechos que nos fueron vulnerados. Este es otro punto importante para discutir como sociedad”, expresó Clara Andrés, licenciada en puericultura y doula de embarazo, parto y puerperio, en el marco de la semana mundial por el parto y nacimiento respetado. En entrevista con Radio Universidad, Andrés analizó esta problemática y recalcó la importancia para las futuras madres de concurrir a encuentros informativos como el realizado en Olavarría el 17 de mayo.

¿Qué tan importante es para una madre tener en cuenta las leyes que la amparan en el proceso y momento de parto?

La Ley de Parto Respetado fue promulgada en Argentina en 2004. Pero si una se pone a leer todos los artículos y observa los derechos que tenemos las mujeres y sus hijos al momento de nacer, se da cuenta que esos derechos no se cumplen. La ley no está aplicada ya que no hay presupuesto provincial y nacional para capacitar a los profesionales de la salud en lo que es un parto respetado (que es un nacimiento fisiológico con la menor cantidad de intervenciones). Por este motivo, la mayoría de lo que se trata en la ley no se realiza.La Ley de Parto Respetado fue promulgada en Argentina en 2004. Pero si una se pone a leer todos los artículos y observa los derechos que tenemos las mujeres y sus hijos al momento de nacer, se da cuenta que esos derechos no se cumplen. La ley no está aplicada ya que no hay presupuesto provincial y nacional para capacitar a los profesionales de la salud en lo que es un parto respetado (que es un nacimiento fisiológico con la menor cantidad de intervenciones). Por este motivo, la mayoría de lo que se trata en la ley no se realiza.Esta  propuesta de celebrar la Semana del Nacimiento Respetado viene de Francia. La información y precaución la vamos haciendo circular las mismas mujeres, algunos profesionales, por supuesto, llevan adelante prácticas más acordes a lo que son nuestras capacidades fisiológicas para dar a luz. Pero en su mayoría, por distintas formas en las que se considera el sistema de salud, se espera que todo el procedimiento sea rápido y urgente.

Escuchaba el otro día a Patricia Rosemberg, que es la ex directora de Maternidad de Moreno Estela de Carlotto (MEC). Decía que en las estadísticas que hay, gracias a organismos de mujeres que realizan seguimientos sobre cómo son los nacimientos en Argentina, la mayoría de los niños y niñas nacen los martes y miércoles a la mañana por cesáreas programadas. Por este motivo  no sólo depende de nosotros hacer circular esa información sino también acercarla a las futuras madres. De esa manera, al momento de elegir, se podrá decidir de qué manera queremos ser acompañadas y a que profesionales entregarles la tarea. Gracias a eso podremos tener mayores herramientas y confianza en nosotras mismas. Saber que hicimos un recorrido del mejor modo, preparadas desde lo físico y desde lo emocional. Estar empoderadas, eso es lo que buscamos con la charla. Con esto tratamos de evitar la posibilidad de aparición de situaciones adversas que se pueden presentar, como por ejemplo la violencia obstétrica, que es moneda corriente en los hospitales y clínicas.

Según una nota de Agencia Comunica, aquí en Olavarría nacen unos 3000 niños y niñas según los últimos datos oficiales de 2010. La mitad son realizados en el Hospital municipal y los demás en clínicas privadas. Del total de nacimientos locales, el 40% lo hacen por cesárea, y el resto por parto natural. En este sentido las cesáreas superan 5 veces lo esperado. De las 1200 cesáreas, 960 no deberían haberse realizado, según la recomendación internacional. ¿Tenías información de esos datos?

Si y podemos ampliar un poco la información tomando no sólo Olavarría sino a la Provincia de Buenos Aires e incluso la Argentina. Vemos que la mayoría de las cesáreas se realizan en clínicas e instituciones privadas. Muchas son instituciones de renombre en Capital Federal que llegan a tener hasta tasas del 90% de los partos por cesárea. Sucede que desde mi perspectiva y de mi compañera, Eugenia Aristegui, consideramos que cuando una mujer accede a un conocimiento y lo puede internalizar, tiene más posibilidades de realizar un contrapunto a los profesionales que la están acompañando. Como ejemplo puedo dar el de una madre que acompañé hasta hace poco. La ginecóloga no pensó que su embarazo iba a llegar hasta la semana 40 y como ella se iba de viaje, no le dio ningún otro profesional para atenderla y le dijo que debería realizarse una cesárea. Esta madre que venía leyendo e informándose, no sólo de sus derechos como madre sino también sus deseos, decidió que esperaría a que se desencadenara solo el trabajo de parto. La terminó asistiendo otro profesional de nuestra ciudad pero realmente quedó a la deriva y se tuvo que adaptar a eso.

Cuando hablamos de violencia obstétrica nos referimos a que, por ejemplo, la mujer no pueda expresar toda la naturalidad que implica un trabajo de parto, como la emisión de la voz, los gritos... Se desconoce que nuestra boca está directamente conectada con el cuello del útero y la vagina. Entonces cuando una mujer emite la voz ayuda a la dilatación, que ayuda a la salida del bebé en el trabajo de parto. Otro ejemplo es el movimiento libre que es algo esencial. Por conveniencia, y muchas veces por protocolo, en muchas instituciones no está permitido. La mujer debe estar postrada en una cama, entonces trata de hacer fuerza con su organismo en una posición que es contra natura. Esto no facilita que el bebé nazca y el trabajo de parto se atrasa. Por ende, le inyectan a través del suero la oxitocina sintética, causando contracciones muy dolorosas ya que el organismo no pudo sintetizar naturalmente endorfinas para contrarrestar ese dolor. Por esa cantidad de intervenciones, se encuentra una mujer cansada por el trabajo de parto y totalmente intervenida e inmovilizada. En ese momento llega un anestesiólogo, médico o partera,  y les dice “no te parece que ya es momento de la cesárea...”. Esa mujer no tiene recursos para seguir sosteniendo un trabajo de parto y termina siendo intervenida o con una episiotomía.

Existe una especie de mito con la episiotomía, donde el médico incluso anteriormente le dice a la madre que si o si se la va a realizar para evitar un desgarro.

Lo que pasa es que si se da un desgarro natural, va a sanar con mucha mayor facilidad. Además, el médico o la licenciada en obstetricia puede realizar un simple sostén con sus propias manos alrededor de la vagina en el momento que está naciendo el bebé para evitar ese desgarro. Tienen una herramienta que está en sus manos y sin ningún bisturí pero por protocolo tampoco se utiliza. La episiotomía tiene trastorno del control de esfínteres en los años siguientes al nacimiento del hijo.

¿Ha habido alguna modificación en este protocolo o algún cambio en Olavarría?

Aquí en Olavarría estamos viendo que hay profesionales con una mirada mucho más respetuosa con la mujer y sus hijos al momento de nacer. Son contados con los dedos de la mano realmente pero sabemos que existen. Dejan realizar el movimiento libre o esperan a cuando sea necesario el parto, entre otras cosas. Hay una institución en la que las mujeres cuentan con un sillón de parto y eso también ayuda. Nos gustaría que fuera así para todas las mujeres y en todas las instituciones, sabemos que es una realidad que hay que modificar y que no pasa solamente con las mujeres en su momento de gestación sino por el conjunto de la sociedad. Necesitamos que se empiece a hablar de cuáles son los derechos de nacimiento de los niños y de la madre. Un problema que tenemos las mujeres en este proceso, es que parece que debemos olvidar la violencia obstétrica cuando nuestro hijo o hija nace sano, olvidar todo lo que pasó en nuestro cuerpo y todos los derechos que nos fueron vulnerados. Este es otro punto importante para discutir como sociedad. Como decía Michel Odent: “Para cambiar al mundo hay que cambiar la forma de nacer”. Y esta es la última reflexión que quería que sigamos pensando y charlando en nuestro círculo.

 

Entrevista realizada en el programa “Más vale tarde” de Radio Universidad