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Salud pública

“Votar en contra significa votar en contra de las mujeres”

Romina Del Plá, Diputada Nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, manifestó sus argumentos a favor de la legalización del aborto. Una mirada y postura que sostiene que rechazar el proyecto defiende y avala un régimen de dominación sobre la mujer.

 

El proyecto por la legalización del aborto llegó a la Cámara de Diputados y comenzará a ser debatido en el recinto este miércoles 13 de junio. En un contexto de grandes movilizaciones, Romina Del Plá, Diputada Nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, insistió en la importancia de continuar con las manifestaciones. “Lejos de frenarse tienen que continuar y reunir a miles de personas para hacer sentir en el Congreso la importancia de la aprobación de este proyecto”, remarcó en declaraciones a Radio Universidad. Por otra parte, subrayó la importancia de abordar el aborto como una problemática vinculada a la salud pública y a los derechos de la mujer. “Los diputados y diputadas tienen que tratar este tema separando la iglesia del Estado. Deben dejar de responder a instituciones retrógradas que pretenden que vivamos como en la Edad Media, tal como pretende la Iglesia Católica”, recalcó. Por último, la diputada señaló que si este proyecto no se convierte en ley, los abortos clandestinos van a continuar poniendo en riesgo la vida de muchas mujeres en todo el país. “Está demostrado que hay cientos de miles de abortos por año en Argentina con consecuencias gravísimas... Votar en contra significa votar en contra de las mujeres”, afirmó.

¿Qué expectativas tenés para el debate que se dará en el Congreso?

La expectativa es que la ley finalmente salga por mayoría como esperamos… Que en el recinto logremos quebrar esta paridad que se está planteando, algo que no tiene que ver con la mayoría social que ha entendido que esto es un tema de salud pública y que hay que terminar con el aborto clandestino. Por eso hay que proceder a legalizarlo. No sólo buscamos despenalizar el aborto porque despenalizar significa simplemente que no vaya presa la mujer o el médico por practicar un aborto. En ese caso seguiría siendo clandestino y por lo tanto seguiría siendo inseguro.

El proyecto de ley que estamos planteando da un paso más: expone la posibilidad de legalizar la interrupción del embarazo hasta la semana 14 con fuerza de ley para que no pase lo que sucede con varias provincias, donde se decide no respetar el protocolo nacional. Lo que provoca, por ejemplo, que haya niñas de 10 u 11 años obligadas a continuar sus embarazos.

Es un proyecto muy importante para discutir. Es un tema profundo tanto de salud pública como en relación a los derechos de la mujer. Existe un sector que intenta que las cosas sigan igual y tenemos que dejar en claro que rechazando esto el aborto clandestino va a continuar. Ha quedado demostrado que hay cientos de miles de abortos por año en Argentina con consecuencias gravísimas. Lo que el proyecto plantea es incorporar toda esa situación a la salud pública para que, de la mano de la educación sexual laica y científica en las escuelas y del acceso a la anticoncepción, tengamos muchísimos menos abortos que los que hay en la actualidad. Esto es lo que ha pasado en todos los países donde se ha legalizado el aborto.Esperamos una enorme movilización popular para este miércoles. Lejos de frenarse tiene que continuar y reunir a miles de personas en el Congreso Nacional. Justamente para hacer sentir en el Congreso que los diputados y diputadas tienen que abordar los temas separando la iglesia del Estado. Deben dejar de responder a instituciones retrógradas que pretenden que vivamos como en la Edad Media, tal como pretende la Iglesia Católica, y abordar los temas en función de la salud pública de la población.

¿Cómo imaginas que va a ser la movilización?

Va a ser una movilización de ambos lados porque también se van a movilizar quienes estén en contra. Pero creo que tenemos que superar todo lo conocido en materia de movilización. En este punto no es menor la movilización de la juventud, de la docencia, de distintos sectores de trabajadores y movimientos de mujeres. Hay que superar todo lo conocido para que el Congreso Nacional sienta la presión de la población.La realidad es que los que van a votar en contra no le preguntaron a la gente qué opina. Todas las encuestas demuestran que hay una mayoría que está a favor de la legalización del aborto, incluso en las provincias donde la dominación eclesiástica es muy profunda, entonces no tienen mandato para votar en contra de las mujeres. Todos se han manifestado a favor de terminar con la violencia hacia la mujer pero después al momento de aplicar una medida real para terminar con una de esas formas de violencia, que es el aborto clandestino, están en contra.

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¿Crees que los legisladores o legisladoras que van a votar en contra lo hacen por una cuestión religiosa o de otra índole?

Yo creo que se amparan en la cuestión religiosa pero en realidad defienden un régimen de dominación de la mujer. Además porque el aborto clandestino genera un negocio muy grande, que es el de las clínicas privadas de primer nivel que los realizan. Existe una hipocresía enorme en relación a eso porque tenemos dirigentes que firman declaraciones contra el aborto y tienen acusaciones de mujeres que denuncian que las obligaron a abortar. Los que dicen que defienden las dos vidas, no defienden a nadie... No defienden a las mujeres, no defienden a las niñas violadas obligadas a seguir con el embarazo y por supuesto no defienden a los niños que han sido abusados en las congregaciones religiosas.

Lo que en definitiva defienden es un régimen de dominación de la mujer y un régimen de negocios. Este régimen tiene un ancla muy fuerte en todas las formas de dominación de la mujer y una de estas formas tiene que ver con las maternidades forzadas.

¿Qué pensas acerca de las amenazas que reciben los legisladores que van a votar a favor de la legalización del aborto?

Es gravísimo... No puede ser que haya personas dentro del Congreso Nacional pegando carteles en las puertas de los despachos en contra del aborto. Además de las cartas que nos mandan a quienes estamos a favor, ejercen presión directa. Hay diputados que han denunciado que reciben llamadas de obispos varias veces al día.

En este punto también tendrá que evaluar las poblaciones de cada lugar a quién eligen como su representante. En ese sentido, ya se han producido crisis políticas enormes. El bloque de Martín Lousteau terminó rompiendo el interbloque que había establecido con un diputado de Mendoza. También está el caso del diputado socialista de Santa Fé donde el partido está a favor del derecho al aborto y él decidió votar en contra. Es un legislador que no está representando a su partido ni a sus votantes.

¿Estás conforme con el proyecto que llega al recinto?

Entendemos que es un proyecto muy equilibrado y que hay cosas que se han mejorado del proyecto original. Desde el Frente de Izquierda mantenemos disidencias parciales con algunos aspectos, como el tema de la objeción de conciencia. Entendemos que es un tema muy peligroso porque puede actuar como un obstaculizador la idea de que un médico pueda decidir que no está de acuerdo con llevar adelante la práctica del aborto y pueda no hacerlo. Igual se puso un atenuante: el proceso se tiene que garantizar en la misma institución. Pero nos parece que puede jugar como un elemento de obstáculo a la aplicación de la ley.

En ese sentido estamos alertando que más allá de lo que está contenido en este proyecto en otro ámbito, que es la ley de culto, se está discutiendo la obligación de la objeción de conciencia institucional para todas las instituciones. Esto querría decir que están tratando de buscar la vía libre para que las escuelas y todo tipo de instituciones puedan declararse objetores de conciencia en relación a los contenidos educativos. Entonces vamos a tener una situación terrible. No sólo porque puedan dejar de brindar educación sexual sino porque también podrían dejar de dar los contenidos de ciencias naturales por ejemplo si consideran que chocan con los planteos del dogma religioso./ AC-FACSO

 

Entrevista realizada en el programa "No todo está perdido" de Radio Universidad FM 90.1