“El desarrollo del departamento de profesorados va muy ligado a los vaivenes de las políticas educativas”, contó la Doctora en Ciencias de la Educación Analía Errobidart, docente, investigadora del Núcleo Investigaciones en Formación Inicial y Prácticas Educativas y directora del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales. Además, narró su historia personal en la facultad y la historia de las carreras de profesorado junto a los desafíos y proyectos a futuro.

Analía Errobidart

Comenzó en el año 1986, cuando se realiza la asamblea universitaria que aprueba la creación de la Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Arte, que en ese momento era Escuela Superior de Arte en Tandil. Vivía en Tandil porque estaba recién recibida como Licenciada en Ciencias de la Educación. Recuerdo la euforia de ese momento por la creación de estas dos facultades, a la distancia se nota como mucho más significativo. Era también por el clima de época que se vivía con relación a la vuelta de la democracia y a todos los proyectos y utopías que compartíamos en ese momento.

En el 90 me vuelvo a vivir a Olavarría. Conocí al grupo en el que se gesta la idea de creación de la facultad, dentro de unas reuniones y asambleas que se hacían por esta creación. Me pongo en contacto con ellos porque me interesaba seguir trabajando y también saber de qué modo podía articular mi situación laboral en Olavarría. Me incorporo a la cátedra de Comunicación y Educación cuando se abre por primera vez en 1992. En ese momento me desempeñaba también como secretaria académica de la facultad.

Recién en 1997 se instala la carrera de profesorado con la reforma que se hace del plan de estudios de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social. La creación del profesorado estuvo involucrada a las dificultades que bajo el gobierno de Menem comenzaban a visualizarse respecto a las transformaciones que estaba sufriendo el sistema educativo y a las dificultades del mercado laboral para los licenciados. Cuando se aprueba el plan de estudios de profesorado, y comenzaron las clases, había grupos de 70 u 80 estudiantes. Se inscribían todos los graduados de la licenciatura. El desarrollo del departamento de profesorados va muy ligado a los vaivenes de las políticas educativas. Porque en función de cual sea el campo laboral específico que se abre para los profesores, hay más o menos demanda de desarrollo de la carrera.

En 2001 se incorporan las materias del profesorado de comunicación y del de antropología social a un departamento específico que es el de profesorado. En ese momento la directora fue María Elsa Chapato, que era la única titular del bloque pedagógico.

Trabajamos en el desarrollo curricular, que es un trabajo de integración específico que se desarrolla desde las ciencias de la educación. También desde sus orígenes se ha hecho mucho trabajo de extensión con las escuelas en las que se incorporan los graduados de los profesorados. Hacemos hincapié en la participación en las jornadas de perfeccionamiento docente, en el dictado de curso, en acudir a las instituciones cuando nos convocan para la resolución de problemáticas específicas vinculadas al aprendizaje como también a problemáticas sociales.

Es así que en 2008 el departamento de profesorado crea su primera carrera de posgrado, con una especialización en prácticas socioeducativas para el nivel secundario. Esto no tenía un sesgo hacia los profesores de comunicación social o de antropología, sino que estaba pensada para un profesor de cualquiera de las disciplinas. La idea de esta especialización era trabajar con los docentes esta idea de que a través de prácticas que vinculan lo social con lo educativo se pudiese atender a los requisitos de inclusión, de retención y de enseñanza y aprendizaje. Esas son las tres patas que están desarticuladas en la educación secundaria. Por ende, lo que era departamento de profesorado pasó a llamarse departamento de educación.

La más urgente es resolver el problema del plan de estudios. Este se hizo considerando las necesidades de las políticas educativas y del desarrollo del conocimiento sobre la educación y el trabajo docente en los años '90; hoy esto resulta realmente desactualizado. Es uno de los principales problemas y el plan más urgente que tenemos que tratar de resolver. Pero es una variable que no depende únicamente de las intenciones del departamento de educación, sino que se definirían principalmente por las posibilidades presupuestarias que nosotros tengamos. Hay materias que nosotros necesitamos incluir, por ejemplo, en el caso del profesorado de comunicación, no es posible pensar hoy una formación de un docente de comunicación que no sepa de programación. Pero todo esto necesitaría de erogaciones presupuestarias.

Otro de los desafíos sería hacer crecer la pos graduación en la planta docente. En este momento, si bien en los últimos años hay mucho más doctores, seguimos con la necesidad de que los cuadros intermedios puedan finalizar sus cursos de posgrado. En ese sentido, la universidad a través de distintas líneas del Ministerio de Educación nos está dando un gran apoyo. En este momento hay cuatro docentes formándose a través de un programa de la UNICEN haciendo sus posgrados.

Una cuestión que para nosotros también es dificultosa y que siempre reclamamos es la incorporación de estudiantes a becas de investigación. Nuestros estudiantes no tienen como futuro la finalización de una licenciatura, que es lo que te da más puntos a la hora de presentarte a una beca de Conicet. Entonces, si bien nosotros los incluimos voluntariamente en algunos proyectos de investigación, al momento de querer formalizar a través de una beca no hemos podido. La creación de becas de otro tipo de características podría favorecer algo absolutamente necesario que es que los docentes se formen en investigación educativa.

Por último, otro proyecto y desafío es afianzar el trabajo con las instituciones del nivel secundario y terciario de Olavarría y de la región. Hemos empezado a través de distintos proyectos de investigación generados el año pasado (el proyecto de Investigaciones Orientadas y el programa de apoyo a proyectos con menor desarrollo relativo), a investigar el desarrollo de tecnologías de la información y la comunicación en las escuelas secundarias. Y también el aporte que hacen para mejorar la calidad de los aprendizajes. Y otro proyecto tiene que ver con el reconocimiento de experiencias de aprendizaje significativo que hacen los estudiantes en las escuelas secundarias. En ese sentido creemos que la facultad debe seguir teniendo instancias de articulación con instituciones, pero más prolongadas. Que no se trate de un trabajo para la cátedra y, cuando termine, no se vuelve más por las instituciones. Sólo podemos obtenerlo en la medida que tengamos financiamiento para tener trabajos más prolongados de articulación con la comunidad.

Me gustaría destacar el trabajo que hace la junta departamental, donde tenemos una posibilidad de trabajo entre estudiantes, graduados y docentes en reuniones que son realmente abiertas, plurales, horizontales y donde se discuten los temas que más nos interesan y con alta participación. En este momento la cuestión de la participación política dentro de la institución es una de las cuestiones que como educadora me preocupa, porque es una responsabilidad de los educadores trabajar en el sostenimiento de la vida política académica. Por ende, los departamentos son ámbito al que hay que darle fuerza./AC-FACSO

Continuá leyendo: