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Victoria Altavista es mujer trans, su historia de vida está marcada por la lucha y construcción de un mundo diverso, de aceptación y respeto.

 

Por Milagros Pianciola*

“Yo no pido que me quieran pero sí que me respeten. Si yo no tuviera seguridad de mi misma no saldría a la calle, eso es lo que me caracteriza, ser segura. Yo me llamo Victoria Altavista y punto. Yo me planto como mujer, ya sé lo que quiero ser, mi plan es ser madre y que mis hijos me digan mamá”. Victoria es una mujer segura de sí misma, la cual se hizo fuerte con el paso del tiempo. Siempre está maquillada, usa tacos y se pone lo que más le gusta según la ocasión. También usa carteras y sus uñas largas y decoradas, un par de aros y gafas negras. Con una actitud positiva, sin dudar y dando pasos firmes camina por la calle. Saluda a muchas personas que se encuentra y que la llaman algunos Victoria, otros Madame, otros Lú. Aún así sabe que en la sociedad hay gente que se va a burlar, pero ella sigue. Siempre para adelante, convencida y segura de lo que es y quiere ser.

Hace ya un tiempo que nota cambios en su cuerpo y eso la pone muy feliz. Está logrando lo que siempre quiso en todos sus aspectos. Empezó con el proceso de hormonización con el acompañamiento del Consultorio Inclusivo que se encuentra en el hospital. En ese mismo lugar también la ayudaron con el DNI. También es empleada municipal, consiguió  su trabajo a través del cupo laboral trans.

El 12 de Octubre del año pasado Victoria fue al Registro Civil, a cumplir su meta. Con esperanzas e ilusión, sabiendo que iba a cerrar una etapa muy deseada. “Fuimos al registro civil donde me trataron súper bien, incluso cuando la delegada me da el documento se emociona. Eso es muy bueno porque quiere decir que realmente se preocupan por la causa. En un momento en el registro la delegada me pregunta: -‘¿Pero vos estás segura de quién queres ser?’ Y yo le dije: -‘¡Sí! Vengo a eso’”. Esto fue el cierre de lo que tanto anhelaba y un impulso para seguir aún más allá. A partir de ese momento las cosas cambiaron para bien, a partir de ese momento ella es Victoria Altavista. Con lágrimas en los ojos recuerda ese instante en el que su vida cambió y obtuvo más seguridad que antes. “Elegí Victoria porque sentí desde los 18 o 20 años que yo me tenía que llamar así. Porque como lo dice el nombre, es una Victoria a mí misma, a la vida”.

 

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“Mi primer shock fue cuando me puse una túnica y lo que me pasó a mí, que no tiene por qué pasarle al resto, fue que me veía las piernas con mucho pelo. Y dije no, esto tiene que ir cambiando, entonces lo primero que hice fue sacarme los pelos de las piernas. Cada vez estaba más convencida de quién iba a ser”.Desde siempre supo que era mujer, que su cuerpo no era el indicado. A partir de ese momento comenzó una lucha en contra de una sociedad conservadora, repleta de estereotipos que restringen las libertades en todos los sentidos. Una lucha que hasta el día de hoy continúa.

Asistió al jardín y a la escuela en su pueblo Recalde, donde creció y vivió toda su infancia y adolescencia. Cuando iba al jardín jugaba principalmente con las nenas, las maestras lo ponían en sus informes como algo llamativo, algo fuera de lo “normal”. En la escuela siguió todo igual, pero con un grado de discriminación un poco más fuerte. Victoria ya era más grande y era consciente de lo que generaban ciertos comentarios o actitudes. “En la escuela si, había compañeros que discriminaban. Yo lo que hacía antes era llorar y llorar, sentirme mal. Después fui creciendo y me fui tomando las cosas desde otro lugar”. En la escuela también había personas que la querían mucho como amigas o amigos y principalmente su maestra Paola, quien conoció a Victoria cuando hizo su primera suplencia en Recalde en 1994. “La primera vez que la vi tenía 6 años, estaba en el escenario de la escuela y se había puesto a bailar, era increíble, no podía creer la actitud que tenía, ya se destacaba”comentó la maestra. Paola la acompañó durante la etapa escolar y llegaron a entablar una relación afectiva. “Nos hicimos muy compinches, yo iba a su casa y conocí a su mamá, a su papá, a su hermano. Quedó como una relación muy especial y ahora la veo en los shows”.

Victoria nació en Recalde, un pueblo de alrededor de 300 personas. Siempre se sintió muy cómoda viviendo allí con su familia, a pesar de que a la gente le costó ver el cambio en ella. Todos la conocen por su simpatía y compromiso social que tiene y demuestra siempre a través de su colaboración para cualquier cosa. “Yo creo que la gente del pueblo de Recalde a la Victoria que ven hoy ya se la esperaban”.

En el pueblo comenzó a mostrarse tal cual era, de a poco y a su ritmo, pero siempre siguiendo para adelante. Cuando tenía 13 años decidió aparecer frente a todo el pueblo vestida de una manera diferente, no como vestía cotidianamente. “La primer ropa que me puse fue un jean pata de elefante y una camisa, entre al club en una cena y a partir de ahí no paré más”. Ese fue el inicio de algo que continúa, sin miedos y con seguridad absoluta.  Siempre estuvo acompañada con su mamá, su papá y su hermano. En el ámbito familiar en todo momento Victoria se sintió bien, expresa continuamente el amor que le tiene a su familia ya que nunca recibió ningún tipo de discriminación por parte de sus familiares. Reconoce que a todas las personas de su entorno les costó a algunas más y otras menos el cambio que Victoria había elegido. “A mi mamá se lo plantee antes de ir a un cumpleaños un 30 de Agosto. Me acuerdo que mi mamá dijo: -‘¿¡Por qué a mí!?’ Al principio fue la relación como más dura, de a poco fuimos como ablandando y ahora nos pintamos las uñas juntas”. Enfrentar a su familia fue un momento duro para ella, aunque ya se esperaban que Victoria dijera lo que le estaba pasando en ese momento. Les costó comprenderlo pero de a poco pudieron aceptar la situación. “Con mi papá fue cuando Florencia de la V se saca el maquillaje en su programa ‘La pelu’. Estábamos comiendo viendo eso y yo dije que me pasaba exactamente lo mismo. Me acuerdo que mi papá se fue llorando. Es hasta el día de hoy cuando yo le planteo lo de mi cambio de nombre, yo me quería poner el apellido de mi mamá. Mi papá me dijo: -‘Todo bien, pero conserva mi apellido’. Y esa fue la aceptación de él, para mí, yo sentí que ya estaba con eso debido a su edad, a su crianza”.

Todo este proceso de aceptación para ella misma y para su entorno llevó mucho tiempo pero juntos pudieron superarlo. A través del amor y la comprensión de su familia  Victoria es hoy quien quiere ser.

 

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“Siempre me gustó lo artístico y en el 2004 arranque con mi primer cena show en Recalde. A partir de ahí todas las cenas de fin de año en el pueblo esperaban el show de en ese tiempo mi nombre anterior”. El pueblo fue su lugar de comienzo en todo sentido, también con lo artístico. Con esas personas se animó a ser artista y también a ser Victoria. Las personas del pueblo esperaban con ansias el show todos los años. Cada vez se volvió más querida en Recalde, actualmente es un personaje y es muy apreciada por la gente del pueblo.

Cuando comenzó su recorrido artístico primero en Recalde y después en otras ciudades como Bolívar, Azul, Olavarría, Victoria estaba segura de que quería continuar en el ámbito artístico. En Olavarría encontró personas con sus mismos intereses e ideales con las cuales hasta el día de hoy continúa haciendo lo que más le gusta. Uno de sus compañeros es Rober quien está compartiendo un show con Madame Lú. “Yo le suelo decir Madame, me acostumbre así porque la conocí así por redes sociales. En febrero del año pasado una amiga que participa en los shows me hace la propuesta de participar juntas de su función  que se llama ‘Plenas’”. A partir de ese momento los encuentros con Madame no pararon, se fueron conociendo cada vez más y hasta ahora Rober participa como bailarín de uno de sus shows. “Compartimos el arte, compartimos la lucha del colectivo. La siento como una compañera que lucha desde su lugar, desde el arte, desde todo su proceso de vida que hoy está compartiendo en las redes y con diferentes personas”. Además la define como: “Una persona histriónica, muy graciosa, muy divertida, una persona que a través de su humor dice mucho. Es muy talentosa, con una armadura increíble que hay que saber leer. Yo admiro mucho esa forma que tiene de ser”.“Con Madame Lú empecé en Insurgente y era la primer trans que se presentaba haciendo un espectáculo”. Después de los shows en Recalde se dio cuenta de que necesitaba un nombre artístico, un nombre que la definiera como personaje del espectáculo, ya que pensaba seguir por mucho tiempo más. Un día junto con unos amigos y amigas se puso a pensar en un posible nombre. La ayudaban con algunas ideas que la caracterizaban. Hasta que recordó que su ídola Florencia de la V había lanzado una nueva marca de ropa que se llama ‘Madame’. Entonces ahí se dio cuenta de que ese iba a ser su nombre artístico: Madame Lú.

Hasta ahora Madame Lú ha realizado distintos shows sola o acompañada, en los que se destaca por su simpatía y presencia en el escenario. Mucha gente asiste a los shows para verla y escucharla. “En todos los shows dejamos un mensaje importante a la gente sobre transfobia y gordofobia”. El final de cada show se destaca por el mensaje que dejan las y los artistas que participan. Mensajes de lucha en contra del machismo, por la igualdad de género, en contra de la transfobia y gordofobia, por los derechos que no se tienen en cuenta, por el respeto hacia todas las personas. Por la lucha por un mundo diverso, de aceptación y respeto.

LA UNIVERSIDAD PBLICA SE DEFIENDE 4

 

“Me han mandado personas que no conozco de Tandil, Azul, Mar del Plata diciéndome que ayudo a continuar, a seguir adelante. Yo publico por ahí cosas de mi vida como cualquiera lo hace con las redes sociales. Pero a lo mejor hay una chica trans que ve que yo subo una foto con mi mamá y ella no tiene esa posibilidad porque la discrimina. Me encanta porque quiero ayudar a gente que lo necesita”.Victoria ve reflejada su vida, su experiencia en la de otras personas que quizás todavía no pudieron salir del closet porque se sienten discriminadas o marginadas por la sociedad. También destaca la importancia del entorno familiar o de amigos que es como un sostén a la hora de tomar decisiones importantes que llegan a cambiar tu vida. Hace poco tiempo cuando empezó a vincularse por la hormonización y por el DNI con el Consultorio Inclusivo que funciona en el hospital la llamaron para trabajar ahí mismo. Con su objetivo principal que es ayudar para que ninguna persona se sienta discriminada y pueda ser quien quiere ser con total libertad.  “Yo estoy muy mentalizada en lo mío, ya sé que se van a reír cuando voy por la calle. Considero que la misma sociedad a veces nos quiere esconder y eso se tiene que terminar. Estamos planeando para que sea más visible el Consultorio Inclusivo pero en un salón cerrado no, tiene que ser al aire libre. Para que vaya la gente y se interiorice sobre que trata el consultorio, para que charles con las médicas, con la psicóloga”.

Pretende que las personas no tengan que sufrir para poder liberarse y ser quienes son, ni tampoco que no lleguen a hacerlo nunca.  Por eso, ahora que ella es Victoria, su próxima meta es ayudar a quienes lo necesitan, a quienes se sienten solos. “Yo salí del closet, pero hay gente que todavía le cuesta porque ve estas cosas, ve que la sociedad las rechaza. Quiero sentarme de par a par y charlar, saber cuál es su situación y hacer algo, solucionarlo. En Blanca Grande hay una chica trans y ella me fue siguiendo, se llama Natalia. Y esta barbaro, a Nati le costó salir del closet y dijo: -‘¿Y si Madame puede por qué yo no?’. Te puede costar más o menos pero la idea es salir”.

Sin buscarlo Victoria Altavista se convirtió en un ejemplo a seguir para muchas. Es una defensora de los derechos de las personas que quieren ser quienes realmente son. “Para mí también es el entorno lo que te ayuda a salir, pero si esta todo mal con tu familia o amigos después terminan como terminan porque no pueden ante la injusticia de la sociedad. Eso es lo que no quiero que pase  más, quiero que haya gente que ayude, que haya personas que se preocupen. Yo les dije a las chicas del Consultorio Inclusivo, si hay que ayudar, hay que ayudar y lo voy a hacer”.

*Perfil realizado en el marco de la cátedra Taller de Redacción II de la carrera de Periodismo de la FACSO-UNICEN.