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Economía y alimentos

Menos consumo, más exportación: el nuevo circuito de la carne vacuna

El circuito productivo de la carne se ve afectado en gran medida por el contexto económico actual, el consumo descendió un 48% en Argentina. Los carniceros olavarrienses hacen hincapié en la retracción total de las ventas y los consumidores modifican sus hábitos de alimentación. Desde la Sociedad Rural local explican que “es virtuoso para el país que se venda más carne vacuna al exterior”.

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Por Lisi Batres

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto de Proyección Ciudadana realizaron un relevamiento sobre los niveles de consumo en la población durante el período diciembre 2018 – enero 2019. Entre los resultados obtenidos, se destacó que el consumo de carne bajó en un 48%. Por otra parte, los datos recabados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) muestran que durante el primer trimestre de 2019 el consumo de carne per cápita fue de 49,6kg, siendo el más bajo de los últimos 50 años.

En Olavarría, un recorrido por distintas carnicerías demostró que la situación es similar. Los carniceros coincidieron en que las ventas bajaron en los últimos meses. “Los primeros días del mes, cuando la gente cobra, trabajo relativamente bien. Después las ventas siguen descendiendo todo el tiempo” detalló Raúl Zulaica, dueño de una de las carnicerías ubicada en el barrio Villa Floresta, y añadió “es notorio en la cantidad de kilos de carne que compro en cada pedido. Tengo muchos años en esto y en esta oportunidad fue la primera vez que observé una retracción total de las ventas. La gente directamente dejó de venir”. “En mi caso noto una disminución de las ventas de al menos un 30%”, remarcó Antonio Mossuto, quien es dueño de una carnicería ubicada en el barrio San Vicente.

 

 

“Los primeros días del mes, cuando la gente cobra, trabajo relativamente bien. Después las ventas siguen descendiendo todo el tiempo”

 

 

La caída del consumo de carne no sólo se torna visible a partir de la cantidad de kilos que cada carnicero compra por día, sino también en los nuevos hábitos que adoptan los consumidores. “La gente se ha vuelto muy restrictiva, compra menos, reduce las cantidades, busca los cortes más populares”, describió Raúl. “Compran menos cantidad, van preguntando continuamente cuánto van gastando, llevan mucho más control que antes”, relató Antonio. Algunos de los compradores presentes hacen referencia al cambio de hábitos alimenticios en función de esta situación. “No puedo comprar mucha cantidad de carne y trato de reemplazarla con verduras, harinas, con lo que pueda” detalló Mónica.

 

 

“Compran menos cantidad, van preguntando continuamente cuánto van gastando, llevan mucho más control que antes”

 

 

Por ello es que los carniceros se ven obligados a adoptar algunas estrategias de venta. “Para poder pagar los costos fijos y mantener la carnicería tengo que elevar el precio de ciertos cortes. Pero intento aplicar el aumento en los cortes más costosos y mantener el precio de ciertos cortes populares, como las agujas”, planteó Raúl.

Otra de las estrategias de las carnicerías para sostener las ventas se vincula con la incorporación de carne de cerdo y pollo. “Tuvimos que aggiornarnos porque representan dos sustitutos de la carne vacuna y son más económicos. Esta diferencia tiene que ver con las condiciones de crianza. Es mucho más accesible criar pollos y cerdos y es por esto que los productos llegan al local con otro costo”, fundamentó Zulaica. También estuvo de acuerdo con el aumento del consumo de carne de cerdo y pollo uno de los encargados de la carnicería Martínez, ubicada en el centro de la ciudad.

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Por su parte Fernando Luis, presidente de la Sociedad Rural de Olavarría, hizo hincapié en que no se redujo el consumo de carnes en general, puesto que junto con la disminución del consumo de la carne vacuna se produjo un aumento de la compra de cerdo y pollo. “Si miramos el panorama global de la cantidad de carne que se come, probablemente no haya una disminución muy importante de lo que es la incorporación de proteína animal al organismo”, aclaró.

Otra de las modificaciones en el circuito productivo de la carne que relató Raúl Zulaica es la venta, por parte de los frigoríficos, de piezas que antes no se vendían por separado. Esto se vincula con la caída de las ventas en aquellos frigoríficos que venden carne sólo en el mercado interno y no son exportadores. “Ahora ya no venden sólo la media res completa sino que están empezando a trozarla. Esto es algo reciente”, remarcó Zulaica. Agregó, además, que en la ciudad de Azul un frigorífico que exporta carne vacuna comenzó a vender sus productos a compradores particulares. “Como esos precios son muy reducidos, está rompiendo con el mercado de las carnicerías de Azul” subrayó.

 

¿Qué factores inciden en el aumento de los costos?

 En cuanto a la causa del aumento de los precios, todos los carniceros entrevistados coincidieron en que el costo de la electricidad es un factor primordial. Según indicaron, el valor de las facturas de electricidad supera los $20.000 mensuales. “Hoy en día no sabemos cuál va a ser el costo de la próxima factura y eso es enojoso. Cuando vos no tenés idea del costo que va a tener la factura de luz, corrés el riesgo de perder el trabajo. Tal es así que yo he hablado con mi familia las posibilidades de cambiar de rubro” enfatizó Raúl quien además hizo hincapié en la importancia que la energía eléctrica tiene en este tipo de comercios. “Hay negocios que no tienen un costo energético alto por el producto que venden y las tarifas actuales tienen una carga excesiva de impuestos”. Mossuto hizo referencia, también, al aumento de las tarifas de los clientes. “Un aumento muy alto en las tarifas frena todo el negocio. Si venimos vendiendo bien y aparece ese aumento, se modifica totalmente la situación”, específica. “Los precios de las tarifas están muy altos y ya no puedo destinar la misma cantidad de dinero a comprar carne” comentó Margarita, una mujer jubilada que compra allí.

 

 

“Los precios de las tarifas están muy altos y ya no puedo destinar la misma cantidad de dinero a comprar carne”

 

 

Se menciona, además, como causa de los aumentos aquellos impuestos que el Estado cobra en el circuito productivo de la carne desde el campo hasta los frigoríficos. “El circuito tiene una logística muy importante y a esto se suman los costos de los impuestos de distintas entidades estatales. El Estado es responsable en gran parte del costo alto”, remarcó Mossuto. Por su parte, Fernando Luis  dirigente de la Sociedad Rural local, aclaró “la carga impositiva, a grandes rasgos y excepto por algunos impuestos específicos, es alta pero no es diferente a la carga que tiene la producción y la actividad económica en Argentina”.

Por último, el encargado de una de las carnicerías ubicada en el centro de la ciudad destacó el alto costo laboral en aquellas carnicerías que tienen empleados. “Hay una falta de políticas en relación por ejemplo a convenios laborales para que los negocios puedan crecer. El Estado no propone planes de empleo acordes a la realidad”. Hoy de acuerdo a la escala salarial de los empleados de comercio, un empleador requiere más de 35 mil pesos mensuales para poder tener un trabajador correctamente registrado trabajando 8 horas diarias.

 

La exportación de carne ante la disminución del consumo interno

 Ante la inminente disminución del consumo interno de carne, el presidente de la Sociedad Rural afirmó que los cortes que no se consumen en el país se exportan y esto es positivo para el sector. “Si bien ha traído dificultades de otro tipo al país con motivo de la inflación, la revalorización del dólar permite una exportación más activa. Esto tiene una contracara buena: es una fuente de ingresos importante para el país”, puntualiza Luis. Según explicó, esto se debe a que la carne vacuna es un bien inapreciable en el mundo y permanentemente se verifica que la demanda supera la oferta. En este sentido, el dirigente esclarece que esto no significa ningún cambio para los productores. “El productor sencillamente vende. El comprador o el frigorífico es el que le da destino de consumo interno o exportación. Si hay una baja en el consumo, el productor no la está detectando y eso es beneficioso”, remarcó.

Por otra parte, Luis explicó que es necesario que un porcentaje de la carne vacuna se exporte  para impedir las fases de liquidación. “La exportación sostiene el precio de la carne. Si no se sostuviera el precio, se entraría en una fase de liquidación, donde el productor se vería obligado a vender más y eso provocaría una baja en el precio aún mayor”, expresó, y agregó que “estas fases hacen que la carne esté muy barata, pero se achica el stock rápidamente y vuelve a subir el precio”. Por último, Luis sostuvo que la exportación de carne genera una gran entrada de divisas al país y esto es muy positivo. “Es virtuoso que lleguemos a vender más caro al exterior que vender barato en el mercado interno. El consumidor podrá estar molesto y lo entiendo, pero a nivel país eso es lo mejor que se puede hacer”, reflexionó.

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 *Cliqueá la imagen y mirá el listado de precios

 

Precios esenciales para unos pocos 

 Dentro del nuevo programa de Precios Esenciales anunciado por el Gobierno Nacional, se incluyeron tres cortes de carne vacuna: asado, matambre y vacío a $149 el kilo. Desde el gobierno afirmaron que estarán disponibles a la venta 120.000 kg. semanales de cada corte. La presentación e implementación de este nuevo programa trae consigo varias problemáticas que ponen en tensión su alcance y función.

En primer lugar, y según un informe del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la producción nacional es de aproximadamente 250.000 toneladas al mes, lo que significa que sólo el 0,19% del total se incluye en el programa. Por otra parte, estos precios sólo estarán disponibles en algunas ciudades del país. Olavarría no está incluida y el lugar más cercano para acceder al programa es un frigorífico de Azul. “Para ir hasta Azul en auto tendríamos un costo de $300 de nafta y $160 de peajes. Si compráramos un solo kilo nos costaría $510” analizó en su cuenta de Facebook la ex Diputada Nacional Liliana Schwindt. Además de este frigorífico, sólo hay otros dos puntos de venta en la provincia de Buenos Aires, lo que indica las grandes deficiencias que tiene el programa para llegar a la población. En cuanto al resto del país, los precios esenciales vinculados a la carne sólo se podrán conseguir en 18 de las 23 provincias y habrá apenas alrededor de 100 puntos de venta en todo el país.

 

La mesa de los argentinos cada vez con menos carne

 El aumento del costo de la carne vacuna es una situación difícil de afrontar tanto para los carniceros como para los consumidores. Ambos se ven afectados no sólo por esta suba sino también por los altos precios de las tarifas eléctricas y se ven obligados a optar por nuevas estrategias que les permitan salir adelante. En el caso de los carniceros, la incorporación de la venta de carne de cerdo y pollo fue una de ellas. Por su parte los consumidores optan por la misma opción “Si compro pollo o cerdo, puedo comprar más cantidad y me rinde más” expresa Miriam, o eligen reemplazar la carne por otros alimentos, como verduras y harinas. “Cocino más verduras que antes, son una buena alternativa”, relata Fernanda. En otros casos directamente se suprime el consumo de carne, “Antes nos juntábamos a comer asado con amigos, ahora es casi imposible, optamos por otras comidas” remarca Ezequiel.

Sin regulaciones estatales sobre el mercado de la carne nos encontramos ante una gran transformación en nuestro país, el precio de la alimentación en este rubro tan siginificativo para los argentinos se fija a valor de exportación, un valor al que cada vez menos personas pueden tener acceso.