destacadas

La Casa Puentes de Olavarría, un ejemplo de abordaje integral

Ser partícipe de Red Puentes en nuestra ciudad significa no solo estar contenidx por consumos problemáticos sino también ser acompañadx ante cualquier vulnerabilidad, siendo entendidx, escuchadx y visivilizadx. De qué trata la institución.

Red puentes 1

María José García – Agencia Comunica

16/08/2022

El sol comienza a calentar la mañana y el reloj da las 9:00. La ventana se abre en un intercambio de brisa fresca y calidez interior. El aroma a torta y galletitas se escabulle de ella y se queda en la entrada para dar la bienvenida. El mate y el té ya están listos, en la mesa, para dar inicio al encuentro matutino.

“El día que entré, sentí desde el primer momento que esta era mi segunda casa. A mí Puentes me cambió la vida. Me cambió el futuro. Me di cuenta de mi capacidad, de que soy capaz de hacer muchas cosas. Se me brindó ayuda con mis hijos para que asistieran a la escuela y, a la vez, pude retomar mis estudios para terminar la secundaria. A estas cosas nunca las hubiese hecho estando en mi casa. Ahora mi proyecto para el futuro es seguir la carrera de Trabajadora Social”, relata Soledad Araujo de 29 años, usuaria de Casa Puentes. 

“Conocí el espacio gracias a mi tía. Hace casi dos años que estoy acá. Gracias a Red Puentes descubrí cosas de mí que antes no conocía, habilidades desconocidas, y mi vocación: el trabajo sociocomunitario. Acá encontré mi espacio de trabajo. Hoy me dedico a la administración. Soy operador oficial, saco los turnos de los chicos, los acompañó al CPA, busco los medicamentos, entre otras cosas. Ahora estoy por comenzar tres capacitaciones en el Sedronar, de manera virtual, sobre el abordaje de los consumos problemáticos. Me encanta estar acá”, agradece Marcos Acevedo de 34 años, también usuario de la Casa olavarriense.

red puentes 2

La Casa Puentes de Olavarría

Esta institución es un espacio abierto y voluntario. El modelo de trabajo es sociocomunitario integral, lo que significa que no tratan las problemáticas desde un lugar de encierro o de aislamiento de la persona. Tampoco hay límite de edad ni de usuarixs. Nadie es obligadx a tratar algún tema del que no desee hablar. “Acá, si venís con hambre, primero comes. Si venís con frío, primero te buscas ropa. Si deseas tomar un baño, primero te bañas. Y luego se habla sobre lo que te está atravesando”, asegura Soledad Rodríguez, acompañante terapéutica en Red Puentes.

La Casa Puentes funciona en Olavarría desde 2019 y es una de las varias casas de Red Puentes que se encuentran en el país.  Está conveniada con SEDRONAR, es decir, con la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación, en el marco del programa de “Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario” y con la Dirección General de Políticas Sociales en Adicciones, dependiente del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires.

Un objetivo integral

Soledad Rodríguez es operadora socio-comunitaria y acompañante terapéutica en Red Puentes desde hace dos años. Ella y su equipo vienen trabajando desde hace tiempo la temática de violencia en Casa Popular Valeria, una institución autogestionada de acompañamiento y cuidados para las mujeres atravesadas por la violencia.

A partir del trabajo que realizaban en Casa Valeria, les surgió la idea de tener otro espacio más integral. Un espacio en el que una persona que esté atravesada por alguna vulnerabilidad, no vaya solamente por eso. Esto se debe a que hay un montón de otras cuestiones que pasan dentro de esta vulnerabilidad visible y que salen a la luz recién cuando se aborda la problemática.

“En Casa Valeria teníamos chicas atravesadas por la violencia de género pero no era solo eso. Eran pibas con consumos problemáticos, o que lidiaban con los consumos de sus compañeros o hijos, que tenían cuestiones habitacionales, problemas para conseguir trabajo o que sufrían discriminación”, relata Rodríguez.

red puentes 3

Por eso, cuando surgió Casa Puentes en Olavarría, durante el 2019, la “idea era tener una mirada íntegra y un abordaje integral de las personas. Y esto tiene que ver con un reconocimiento de los derechos que están siendo vulnerados y con hacerles saber que lo que les falta es un derecho y dónde pueden reclamarlo, de qué manera y a quién”, explica la acompañante terapéutica.

Lo que “buscamos es la gestión de estos derechos: a la vivienda, a la identidad, a poder acceder a un DNI de forma gratuita, que a veces por estar en situación de calle no lo tienen o lo han perdido”.  Además,  la Casa sirve para que personas con temas habitacionales tengan una dirección que puedan usar “para que el DNI, o cualquier otra encomienda, llegue y también para realizar trámites”, ejemplifica.

Y esta integralidad se piensa no solamente con la contención, sino también con poder entender el cuidado del cuerpo y de la salud. “A veces hay chicos que vienen por consumos problemáticos y, cuando comenzas a dialogar, entendes que el consumo es, en realidad, el problema menor. Entendes que, quizás, tienen problemas de salud a los que hay que prestarles más atención porque hay que fijar un tratamiento. Por ejemplo, un pibe de 20 años que tiene diabetes y no tiene acceso a la insulina o un pibe que tiene HIV y viene sin controles o sin tomar los retrovirales”.

Algo importante es que “trabajamos sobre un montón de cuestiones sin estigmatizar porque, en realidad, cuando alguien viene con un consumo problemático, siempre hay detrás un caso de vulneración de derechos, de falta de oportunidades, de falta de acceso a los centros de salud, o de no poder retirar la medicación en tiempo y forma por diversos motivos”, concientiza Soledad.

red puentes 4

El equipo de trabajo

En Olavarría, el equipo que trabaja en la Casa está conformado por una trabajadora social, una psicóloga, tres operadores, una coordinadora y por Soledad Rodríguez, como acompañante terapéutica. También está la parte administrativa y quienes colaboran todo el tiempo con talleres, charlas y trámites, entre otras cosas.

En cuanto a las personas que son usuarias, siempre se va modificando. “Entre 12 y 15 personas son las que están en convivencia, que vienen todos los días de 9 a 16. Después, hay más de 20 que vienen por el tema de las intervenciones, es decir, que son acompañades para hacer trámites, para  bañarse, para comer, o por el plan FinEs. También tenemos un área de niñeces llamada red María Elena Walsh, ligada a les niñes que tienen mamás o papás que participan en Red Puentes”, detalla Rodríguez.

La Casa también tiene articulaciones voluntarias con varias de las instituciones de nuestra ciudad. “Si alguien, por ejemplo, necesita un psiquiatra, nosotros articulamos con CPA. También articulamos con el consultorio inclusivo, con las salas, o con doctoras que ya nos conocen”. A su vez,  “articulamos con el Juzgado de Familia Nro. 2, con Servicio Local, con la Comisaría de la Mujer, con Defensoría, etcétera”, ejemplifica.

Cuando la Casa abre sus puertas, se brindan a lxs participantes diversos talleres. Algunos de ellos son dados por profesionales, como el personal sanitario o lxs profesorxs de Educación Física, y otros, son dados por chicas con formación sociocomunitaria y los temas son variados: ESI, cuidados del cuerpo y de la salud, infancias, derechos. “La idea es que no sea un taller estricto para aprender, sino para comenzar a hablar y entender cómo funciona el espacio”, cuenta Soledad.

red puentes 5

“Yo creo que lo que se encuentra acá y que, tal vez, no se encuentra en otros espacios, es el acompañamiento literal. El hecho de que sea una casa con personas que respetan las diferencias, las necesidades y la voluntad del otro”, se enorgullece Rodríguez. “Acá no hay imposiciones, acompañamos tu proceso y tu construcción. Y no solo que te acompañamos a vos, sino también a tus hijos. Eso es lo que nos diferencia”.