Entrevistas

“La resistencia está en la creatividad para generar formas distintas de hacer comunicación”

La forma de ejercer la profesión, la flexibilización laboral, las noticias falsas y su diferencia con las fake news y la imposibilidad del periodismo objetivo. En el Día del Periodista, la Dra. Natalia Aruguete analiza el escenario del periodismo de hoy y asegura que "lo más revolucionario es la resistencia para generar contenidos alternativos desde espacios alternativos".

natalia1

Fernanda Alvarez y Luciana Pedernera - Agencia Comunica

La forma de ejercer la profesión, la flexibilización laboral, las noticias falsas y su diferencia con las fake news y la imposibilidad del periodismo objetivo. En el Día del Periodista, la Dra. Natalia Aruguete, periodista, docente e investigadora dialogó con Agencia Comunica. El panorama no se vislumbra fácil para quienes ejercemos el periodismo. Y para quienes lo estudian, el escenario se torna complejo. Sin embargo, “ustedes son la resistencia”, apuesta la escritora de libros que reflejan el trabajo periodístico.
“Lo más revolucionario es la resistencia para generar nuevas agendas, para dar espacio a nuevas voces y generar contenidos alternativos”, dispara. Y nos miramos con esperanza: de eso se trata Agencia Comunica.

La Dra. en Ciencias Sociales y Humanidades, investigadora del CONICET y autora de "El poder de la Agenda: política, medios y público" y de "Fake news, trolls y otros encantos" enfatizó que no existe “la objetividad en el periodismo. Primero porque somos sujetos culturales y por eso tenemos determinados esquemas de percepción y sesgos cognitivos que nos llevan a observar algunos aspectos de la realidad y omitir otros. Es falaz la idea de reflejar la realidad, porque la realidad es tan extraordinariamente compleja, tan fugaz, tan multidimensional, que ningún periodista trabajando 24x7 podrían tomar todas las dimensiones y la multiplicidad de esa realidad. Lo que hacemos cuando escribimos nuestras noticias es construir realidades en sentido se que las definimos de una determinada forma y luchamos por imponer nuestras perspectivas como legítimas. Cuando construimos noticias, dejamos plasmadas nuestros encuadres, formas de entender e interpretar la realidad. A eso se suman los intereses institucionales de los medios. Todos eso cruzado queda plasmado en la construcción que nosotros hacemos de las realidades y las noticias.

-Eso más las fake news, ¿han modificado la fe que se tuvo en algún momento en los periodistas? Y también nuestra forma de hacer periodismo?

No es de hoy, pero el Periodismo y los medios como institución vienen perdiendo mucha credibilidad desde hace un tiempo largo. Creo que en un primer momento la pandemia les dio la oportunidad y muchos creyeron que estaban reasumiendo una responsabilidad social por parte del periodismo. Creo que eso era muy posible como escenario porque la gente estaba preocupada por enterarse de cosas que eran necesarias para la vida en cuarentena.
Conforme avanzó el periodo de aislamiento, volvió a re instalarse ese deseo de las controversias, el inmiscuirnos en la vida de las personas por fuera de los contextos que nos dan la explicación de lo que pasa y eso volvió a ponerse por delante de la necesidad de informarnos.

Los periodistas en distintos ámbitos atravesamos condiciones de trabajo flexibilizadas. ¿Hay una forma de mejorar o cambiar esa manera de trabajar que se viene dando desde antes de la pandemia?

La flexibilización de las relaciones laborales en el ámbito del Periodismo se viene dando hace tiempo largo y se nota en el caso de los colaboradores free lance en muchos medios, que representan la mitad de su composición. Y en algunas ocasiones los colaboradores free lance trabajamos sin cobrar por el hecho de que (en teoría tendríamos que festejar) firmamos y publicamos una noticia, pero en realidad estamos pagando todos los insumos, no solo el tiempo sino todos los insumos que requieren una investigación periodística para un medio tradicional. Eso además compite con esta nueva ola de Periodismo ciudadano, donde aparentemente todos pueden contribuir a contar la noticia. Eso también está muy fuertemente relacionado con las redes sociales y la circulación por otras plataformas que hace que vaya perdiendo forma la idea de un "guardabarreras" centralizado en la figura de un periodista. También hay una lógica del crowdsourcing traducida como la externalización de tareas. El crowdsourcing significa que uno pierde la decisión sobre el eje que tiene su nota, su nota empieza a ser hablada por otros: si yo tengo que decir lo que dijo el presidente por twitter pierdo la posibilidad de decidir a quién llamo yo o a quién voy a ver y qué preguntas hago. Y una tercera cuestión es el hecho de que en un momento en que las métricas empiezan a darnos dato sobre circulación y consumo de las noticias en los medios tradicionales, empieza a imponerse una dictadura del click: la agenda de la audiencia. En este proceso lo que se genera es que el consumidor o lector de esa audiencia empiece a ser un factor determinante de los criterios de noticiabilidad que tienen los periodistas y los editores. Porque las presiones editoriales empiezan a estar muy a expensas de que esas noticias tengan éxito de consumo y de lectura. Todo esto nos lleva a una expresión casi marxista, es decir, nosotros somos extrañados de nuestro objeto producido.

natalia
Vuelvo con el tema de las fake news. Tampoco es nuevo ¿pero podemos decir que es fake porque no fue chequeada y en la rapidez de publicar se comete un error o porque hay una intencionalidad política de desprestigiar a alguien y entonces se miente?
Nosotros traducimos fake news como noticia falsa, pero en EEUU distinguen entre Fake y False news. Para ellos hay dos definiciones. Nosotros en el libro (“Fake News, trolls y otros encantos”, escrito junto a Ernesto Calvo) también distinguimos: son conceptual y políticamente distintas. Cuando nosotros hablamos de noticias falsas, nos referimos a aquellos contenidos que en ocasiones involuntariamente no logran ser verificados, por rutinas, por sesgos cognitivos, a veces porque la nota pasa por tantas manos que nos puede llevar a publicar noticias falsas. Pero decimos Fake News si nos referimos a la intencionalidad política de publicar una desinformación o descontextualización que tiene como propósito dañar a otro. Hay un objetivo no informativo sino performativo. Quiero decirles a aquellos a los que va dirigido que yo tengo poder para dañarlo. Es más, no importa cuánto dure la mala información porque el daño ya lo generé. Y más aún en redes sociales los contenidos que son fake news, suelen propagarse más que las desmentidas. Porque lo que hacen es coincidir con los prejuicios de los usuarios que la comparten.
Las fakes news dañan a la gente, pero también la actividad periodística...
Si, nos daña. Pero también pone de manifiesto nuestra responsabilidad en esto. Durante la Covid circularon muchas noticias falsas, la OMS con mucha preocupación dio a esta situación el nombre de infodemia y eso erosiona la democracia en el sentido de que erosiona el derecho a informarnos y a comunicar. Muchas de las noticias falsas o fake que han circulado durante este tiempo, fueron noticias que circularon en medios tradicionales. Que además fueron replicados por cientos de otros medios. En algunas ocasiones los medios tradicionales (los más conocidos y de amplio alcance) de supuesta mucha reputación e historia en Argentina, levantaron la información de medios Fake. De medios que están hechos para llevar adelante la estrategia de fake news. A esta altura, debo relativizar la vulneración de un medio que avala que se publique una imagen de Chile refiriéndose a villa Azul. Eso vulnera a mucha gente sumamente desprotegida no solo en términos socioeconómicos y sanitarios sino en términos informativos, porque esa gente queda expuesta como energúmenos que salen a protestar en un momento como este. Y mucha gente seguramente no se enteró de la desmentida, que tiene menos alcance. Pone manifiesto que hay muchos medios que trabajan con poca cautela.

agenc1

El viernes pasado, durante el encuentro virtual organizado por el Observatorio de Medios de la Facultad de Ciencias Sociales, un panel discutió sobre la realidad  periodística. 

 
En este escenario, que posibilidad quedan para los estudiantes de carreras de Periodismo?
La resistencia. Creo que lo más revolucionario es la resistencia para generar nuevas agendas, para dar espacio a nuevas voces, para generar contenidos alternativos desde espacios alternativos. Lo que queda no es la pretensión de estudiar para terminar en un medio grande de Buenos Aires o la región sino para poder dar fuerza, sustancia académica y reflexión política a nuevos espacios de producción de información. Y a nuevas formas de circular esa información. La resistencia está en la creatividad que podamos tener para generar formas distintas de hacer comunicación. Si no pensamos que el derecho a la información y comunicación es solamente leer muchas fuentes en un medio. Y está muy lejos de eso.
¿Las redes pueden ser enemigas del periodismo en esta responsabilidad que mencionabas o podemos aprovechar ese espacio tan público para hacer periodismo y ofrecer otras miradas y otras voces?
Las redes son plataformas que pueden ser generadores de violencia. Pero también condiciones de oportunidad para la resistencia. En muchos colectivos sociales pueden generar un espacio comunicación para la resistencia. En los periodistas debe primar la intención de buscar nuevas y voces distintas. Nuevas voces para que cuenten cosas distintas a las que estamos acostumbrados escuchar. Son insumo fundamental para el periodismo, el tema es recorrerla de una forma distinta.