Entrevistas

El recolector de sueños latinoamericanos

El fotógrafo argentino Martín Weber lanza su segundo libro y muestra los contextos históricos, políticos y sociales de ocho países de Latinoamérica. Se trata de 110 imágenes donde las personas revelan sus sueños y se empoderan a través de pequeñas pizarras de madera y tiza.

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Camila Ale - Agencia Comunica

29/07/20

“Mapa de sueños latinoamericanos” es el nombre del gran proyecto de Martín Weber que verá la luz en septiembre de este año. Se trata de una idea que surgió como algo pequeño y personal pero que le llevó más de la mitad de su vida. Entre 1992 y 2013 el artista recorrió Argentina, Perú, Nicaragua, Cuba, Brasil, Colombia, Guatemala y México con ayuda económica de becas y apoyo de INCAA (Argentina), EFICINE (México) y Sørfond (Noruega) para conocer qué sueñan los latinoamericanos. Hoy se convierte en algo grande: una película y un libro que aún no se estrenaron.

Durante un tiempo, Martín Weber se ocupó de fotografiar a diversas personas escribiendo sus sueños con tiza sobre una pizarra de madera. Décadas después, volvió a buscarlas para saber si eso se había cumplido y dar testimonio así de las vidas de los lationamericanos. El documental ya ganó el premio al mejor documental este año, en el Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse.

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-¿Cómo nació “Mapa de sueños latinoamericanos” ?

- “Hay distintas etapas, momentos e impulsos que se cruzan constantemente en el libro. Todo comienza en el lugar donde nazco, Chile, porque mis padres se van de Argentina después de Noche de los Bastones Largos”. Aunque no eran activistas ni estaban afiliados a ningún partido político, eran opositores de conciencia a la toma que vivió la universidad por parte de la dictadura de Onganía (1966). Muchos universitarios, particularmente de la Facultad de Exactas, viajaron a Chile antes del golpe de Pinochet. Mis padres luego se fueron a Boston, donde en el Instituto Tecnológico de Massachussets los recibe el Decano, que había estado presente en esa noche de desalojo y había sido golpeado. Con mucha generosidad ayudó a ubicar a varios científicos para que hagan investigación.

Así, tocando de costado y viviendo muchas de los momentos críticos de la historia latinoamericana reciente, de alguna manera traté de repasar esto, no sólo fotografiar el afuera sino fotografiar el adentro, encontré un punto intermedio para poder recuperar memoria de mi infancia con fotografías. Latinoamérica me hizo repensar discusiones que tuve en la escuela por ejemplo sobre la Revolución Nicaragüense. Un dia pensé que de verdad no tenia idea lo que pasaba y no quería solo repetir información. Quise recobrar testimonios directos. En el medio estudié historia del arte, dibujo, cine y fotografía. Aprendí a tomar conciencia y entender el contexto en el cual se centra el personaje, cómo hacer que todos participen de la misma manera, que todos sean representados y que yo no sea protagonista.

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“En el colegio aprendí a nombrar el mundo exterior con tiza y un pizarrón y me propuse usar lo mismo para nombrar lo que quiere el mundo interior, nombrar lo que tenemos cerca, lo que desea o sueña el otro y secretos propios”. Cuando le pregunté a cada persona sobre un sueño, logré que se coloque en el presente y piense ese recorrido hasta al momento, así pueda proyectar un futuro. Siempre reflexioné si existía algo que nos una realmente a los latinos. Elegí ocho países que me parecieron representativos, de ellos pueblos y ciudades que tuvieron relevancia directa de la historia reciente del país. Escuché sueños íntimos e ingenuos, como por ejemplo una niña en Nicaragua estaba deseando tener amigos”y también aparecieron sueños más políticos, en el mismo país una madre deseaba y soñaba encontrar el cuerpo de su hijo caído en combate para darle una sepultura.

- Son sueños muy emotivos y espontáneos los que me contás pero… ¿tuviste un tiempo de lectura y preparación antes de ir?

- “Hubo mucha lectura, todo surgió de la lectura literaria y también teórica, y de mis preguntas. Me cuestioné muchas cosas antes de ir al país o arrancar el proyecto. Todo estuvo pensado”. Elegí llevar una cámara antigua ya que tiene que ver cómo uno se relaciona con cada fotografíada/fotografíado para de alguna manera devolver dignidad. Las primeras fotos del fotógrafo peruano Martín Chambi de los años 30, me influenciaron. Chambi indígena de nacimiento, adquirió este oficio trabajando para otro fotógrafo, decidió tomarlo y ponerlo al servicio de quienes no podían tener su propia fotografía, salió al campo a fotografiar a quien era su igual. Me pareció interesante recobrar el tema de la dignidad. Obviamente el que tiene la camara tiene más recursos y más posibilidades de llegar e irse, el que es fotografiado muchas veces no puede irse, aparecieron en los sueños, la idea de viajar o irse de donde se encontraban. Siempre trato y traté de recobrar la emoción y ponerla en el centro de la obra.

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- ¿Y cómo surgió la idea de volver a los países, ya lo tenías planeado ?

- Surgió en el preciso momento iba borrando las pizarras antes de guardarlas para irme a la otra posible foto, me pareció una acción muy fuerte eliminar un sueño y preparar para que otro escriba un sueño nuevo. Me llevó tantos años porque dependía de apoyo económico, nunca había planteado la idea de poder volver, tuvo que ver con esta investigación previa, tenía un mes para cada país que elegía. Con el paso del tiempo empecé a conectar nuevamente historias, surgió una clara necesidad de volver”. Regresé tímidamente a una historia, y cada una de las historias se volvió más interesante y rica, mucha de la gente me esperaba pero yo no lo había prometido ni tampoco concederles los sueños, y fue muy fuerte a nivel humano, fue muy fuerte la entrega posterior. Espero que el conjunto de testimonio agregue un grano de arena para pensar donde estamos, de dónde venimos y a dónde queremos ir.

- De todos los países que visitaste, de todas las historias que escuchaste ¿cuál fue la historia que más te conmovió?

- Todas tienen algo, sin embargo una de las cosas que me sorprendió fue la generosidad de la gente, la mayoría de las personas a las que me acerqué a invitarlos, dijeron que si. Yo estaba dispuesto a escucharlas y saber sus sueños, que nos presten atención realmente fue algo fuera de lo cotidiano. Cuando emprendí este proyecto, la idea de generar un espacio, en ese momento no existían las redes sociales ni los teléfonos celulares, no existía esa posibilidad de contar tu historia si quisieras de manera directa, hoy por hoy, eso está cubierto, la mayoría de la gente, tiene esa posibilidad. Lo que creo que ganó es que cada una de las historias fue sumando a la otra un contexto y generar contexto es una de las responsabilidades más grande como artista y como persona, tenemos como reto que no queden estan historias sueltas, que se alimenten una a la otra para encontrar posibles soluciones.

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- Si estuvieras del otro lado de la cámara, ¿qué escribirías en la pizarra? ¿o tu sueño ya está cumplido?

- Trato de tener mucho cuidado, es muy difícil. “Muchos productores trataron de convertirme en personaje central del documental y yo siempre traté de correrme porque a pesar de que lo haya hecho yo (la película y el libro), no es sobre mi”. Quise conocer los sueños de los demás, de ver que nos unía y prefiero quedarme con eso porque en la actualidad existe una distancia entre la posibilidad de expresar un deseo y la posibilidad de concretarlos. Quiero que la película se vea, que nos pongamos en el lugar del otro. El libro invita a encontrar el punto en común y conocer el contexto. En un momento como este, donde el miedo se agita, donde el otro trata de echar malos sentimientos, creo que es el momento de extender la mano y comprendernos.