Entrevistas

La ilustradora feminista Ro Ferrer analiza el rol de las mujeres y las deconstrucciones imprescindibles

“La lucha es política, pero la batalla es cultural”

Con sus ilustraciones hace humor y denuncias. Ro Ferrer es consciente de la necesidad de deconstruirse y de erradicar las violencias machistas, presentes también en muchas mujeres. La dibujante hoy tiene la palabra. Y dice mucho.

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Fernanda Alvarez - Agencia Comunica

8/3/2021

Logró unir el arte del dibujo con el activismo femenino y llegar a decenas de miles a través de las redes. Con sus dibujos de Mala Madre desromantizó la maternidad y le puso cuerpo, sentimiento y realidad a lo que atraviesa cualquier mujer mamá. Pone el cuerpo a la lucha por mas derechos femeninos que, dice, es larga y le falta un largo recorrido. Y en un mundo donde los historietas son hombres, ella les hace frente a Nick o Sendra cuando pasan el límite del humor y se vuelven violentos con un dibujo que quieren aparecer como inocente.
@Roferrerilustradora en Instagram es Romina Ferrer, dibujante, comunicadora, luchadora y “una soñadora” en sus propias palabras. Sus dibujos son un ícono para el feminismo y simbolizan la pelea cotidiana de millones de mujeres que intentamos hace de este mundo un lugar mas igualitario. Pero también se mira a sí misma, observa su propia deconstrucción y hace un análisis de cuanto se ha recorrido y cuanto falta seguir aprendiendo, siempre desde un lugar de “amor y ternura”. Hoy, ella tiene la palabra.

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-Qué es ser feminista hoy? Por momentos aparecen ciertos mandatos como “si sos feminista, no podés hacer tal o cual cosa”...

-Creo que el feminismo permite que cada una elija cómo quiere vivir su vida, qué es lo que quiere y lo que no, sus deseos propios. Es verdad que aparecen estas cuestiones que decís como “si sos feminista no te podes depilar” o “¿va la maternidad con el feminismo?”. Y no debería ser así. Sabés que te depilás por un mandato social, porque te gusta o te queda cómodo, pero creo que el feminismo abre camino de un modo colectivo, pero viviéndolo de manera individual, sin imponer nada a nadie. Me pasó algo muy puntual cuando fue el tema de Maradona. Hay una generación a la que le significó una cosa y yo no desconocía quién fue él ni sus violencias, pero se jugaba quién había sido también para mi en mi infancia. Y para mi en aquel momento Maradona me hizo ser feliz, sentía que se había muerto una parte de mi niñez. Por eso cuando subí el primer dibujo recibi un ataque muy feroz de chicas más jóvenes, y entendí que los procesos son distintos para cada uno porque se viven desde la subjetividad de cada persona.
No todo es blanco o negro, porque en ese momento no teníamos referentas mujeres en todos los ámbitos del a vida. mis referentas en el deporte eran Gabriela Sabbatini y Nadia Comanechi y después siempre nos definió la mirada del varón.

-Nos falta a las propias mujeres dejar de juzgarnos...

Sin dudas. Lo que yo fui aprendiendo fue por otras compañeras que tuvieron paciencia, que no me juzgaron, que entendieron que había cosas que yo aun no podía ver. Hay una anécdota que me hizo el click sobre el feminismo y el disciplinamiento. Fue en el verano el del 2018, cuando Facundo Arana felicitó a la ex porque fue madre y se había ´recibido de mujer´. Ahí Muriel Santana le responde y se arma un gran debate en el que interviene Araceli Gonzalez y dice que ella no era feminista porque amaba a su hijo y su marido. Y todas salimos a darle clases. Yo le mandé un hilo de dibujos explicándole conceptos y a los dos días me cayó la ficha de que la re acosamos. Porque ella dijo lo que creía, con la falta de información o con el conocimiento de ese momento. Y nosotras sentimos que teníamos que enseñarle. Y en ese momento me di cuenta que podíamos ser crueles sin tener esa intención. Porque como nos movemos colectivamente pero sin una guía, sin una referenta, entonces es clave entender que la otra hace lo que puede, como puede, en el momento que puede. ¿Quén dice que el lugar donde estoy yo es EL lugar? Yo sigo aprendiendo.

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-El crecimiento del feminismo en la Argentina en los últimos años ¿vino con información ?

No tanto. Yo noto que lo que no se respeta son las trayectorias, son las luchas que llevan años. Y creo que en ese sentido la revolución de las hijas debe entrar en un estado de conciencia de reconocimiento de las ancestras y de las contemporáneas. Ese disciplinamiento que sentí el día que te contaba de la muerte de Maradona, me hizo pensar. El nivel de insultos que recibí me preocupó. Sentí la angustia del silenciamiento y yo me había prometido no bancarme violencia de nadie, especialmente de una compañera, porque duele más el fuego amigo. El cuento termina con que grabé audios y videos que se viralizaron donde yo me mostraba lo mal que estaba, asi nomás. Muchas se disculparon y entonces lo que pienso es que esto es con amor, es con paciencia, es entender que nos falta información y poniendo el cuerpo. El aprendizaje dentro del feminismo es que sea con amor, con convicción y con ternura. Si no volvemos a reproducir las violencias.

- Las redes permitieron esa masificación enorme de tus mensajes. Cómo lográs combinar el humor y la lucha política con el dibujo?

Yo volví a dibujar después de una relación muy heavy de mucho tiempo en la que me había descontado de mi misma. Así que empecé a ponerle dibujo a lo que había vivido, que era violencia de genero. Lo hacia por mi y pensaba que quizás esto le servía a otras. El dibujo es parte mía, es como respirar. Yo veo y pienso en imágenes. Y con respecto al humor, yo me río de muchas pavadas, juego con las palabras, invento palabras para darle mas humor. Feminací fue de hace unos años, estaba tan podrida del feminazi que lo modifiqué y dije feminací, feminacimiento… Y esa palabra se transformó en algo muy poderoso. Estoy muy conectada con lo que pasa alrededor, dibujo lo que siento.

-Sos consciente del poder de tus ilustraciones? Y querés que llegue a alguien en particular?

No soy consciente hasta donde llega ni qué genero, salvo cuando me lo dicen. Creo que llego a muchos y aclaro que primero creo que todos somos machistas. El posicionamiento feminista es político, es una identidad, una filosofía de vida y una construcción diaria. Con el dolor que eso implica. Yo no pienso quien lo va a leer, porque si no no haría nada. Y entendí que no me puedo hacer cargo de lo la otra persona interpreta o siente. Yo tengo un modo de decir provocador, pero no es humillante.

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-Te siguen varones, y hay un ida y vuelta con ellos?

Me doy cuenta que me empiezan a seguir cada vez más varones y está bueno porque si no empiezan ellos a desarmarse, no va a cambiar nada. Nosotras venimos haciendo procesos de generación en generación y nos rompemos la cabeza para ver cómo llegamos a ellos y los pibes están en otra, se sienten fastidiosos, molestos. No todos los varones, pero bueno si tienen que ser conscientes en algún momento de sus vidas han reproducido distintos tipos de violencias de género. Y que como son culturales no las perciben porque nos enseñaron a todos que llorar es de nenas, que ser mujer es ser más débil, que ser gay es negativo. Entonces ¿cómo nos van a ver como iguales?

-Vos te has enfrentado sin nigún problema a tus colegas ilustradores varones, fuertes ellos, cuando desde el humor se burlan o menosprecian.

Pero claro, porque las patinadas mínimas una las deja pasar. Pero las de Sendra o Nick no son patinadas. Nick es nefasto. Siento que le tengo que contestar, primero porque es del palo y segundo porque hay que contrarrestrar el discurso de odio. Nos dicen “ahora no se puede opinar de nada” “y la libertad de expresión?” Pero una cosa es eso y otra es cuando es discurso de odio. Y odios son esos discursos que sostienen, legitiman o reproducen dscriminación, violencia, humillación, opresión. No es una opinión, es violencia simbólica. Y ademas yo estoy comunicando todo el tiempo, entonces el reclamo es político pero la lucha es cultural y eso lo tenemos grabado a fuego. . Sabemos que estamos desarmando un paradigma para armar otro diferente.


-Si hay un rol femenino que se nos ha inculcado culturalmente es el de la maternidad. Es la “realización femenina”. Vos en “Mala madre” lográs desromantizar ese papel. Cuanto influeyn los mandatos en las maternidades de hoy? ¿Podemos romperlos?

Debemos romperlos! La maternidad planteada como esta es el rol mas cruel y de mayor control y definición que existe. Es esta maternidad de la abnegación, dejarte pra el final, preocuparte por el resto ante que vivir lo que vos quieras, y con culpa. Mala madre se burla y se ríe desde mis propias vivencias, desde lo que implica hacer y dibujar esto de esconderme para comer un chocolate o decirles a los pibes ´basta, no aguanto más´ y mostrarse vulnerable. La maternidad desromantizada es mucho mas sana, es esto de que a les hijes se les ama, pero donde hay momentos que se necesita espacio, soledad, silencio. No nos enseñarnos a ponernos en primer lugar ni a tener confianza en nosotras. Hasta ahora se esperaba que fueras madre porque si no no eras productiva para la sociedad, porque no dejabas mas trabajadores en el mundo.

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-Lo que es una contradicción porque en ese rol también se nos condena porque no nos quieren como trabajadoras ya que, cuando nos embarazamos, generamos una pérdida a las empresas.

Exacto! Solo somos un envase. Ademas siempre nuestro espacio es de la puerta de calle hacia adentro, como si viniéramos con el chip de crianza, cuidado, limpieza del hogar, como si fuese algo natural. Lo único natural de la mujer es la menstruación y encima tiene connotación negativa: que estás ´con esos días´, que ´es un asco´ y nos fuimos transformado en objetos funcionales a las necesidades de los varones. Los hombres que pudieron llegar a lugares de poder o fuerte desarrollo profesional lo hicieron gracias a su madre que se ocupaban de lo doméstico y a sus parejas que hacia lo mismo y ademas satisfacían la cuestión sexual. A nosotras nos han negado el deseo, sobre todo el sexual, también escondiéndose en el rol materno. El varon puede vivir su sexualidad plenamente desde la adolescencia y a nosotras nos sigue costando relacionarnos sexoafectivamente sin escuchar esa vocecita que nos dice “si decis esto va a pensar tal cosa, si haces aquello va a decir tal otra”.

-Cuánto nos pesa la imagen a las mujeres (física y social)

Uf! Deberíamos entender que así como estamos, somos perfectas. Si en algún momento todas las mujeres nos despertáramos y nos diéramos cuenta que estamos divinas, se funden la mitad de las empresas del mundo. No hay más cremas, ni electrodos, ni nada! El cuerpo deseado es el que no tiene marcas, arrugas, pelo, es el cuerpo de una niña y nos exigen eso. Es una carrera que vamos a perder si o sí por el paso del tiempo. Somos hipersexualizadas y siempre en función del deseo masculino, no nos enseñaron a sentirnos contentas con cómo estamos. Debemos trabajar eso colectivamente.

-Cuanta crueldad...

El empoderamiento esta siendo cruel, para empoderarte hay que hacer un recorrido y proceso individual tan duro y difícil que me pregunto ¿no le estamos exigiendo de nuevo a las compañeras que se coloquen en un lugar donde aún no pueden estar? Yo no me siento empoderada las 24 horas del día. Empoderarse es empezar a ponerte en el centro de tu vida, a ser vos la que define las cosas que queres hacer, más allá de las miradas y expectativas de los demás.
Feminismo no para pasar por arriba a los hombres sino pedir que entiendan que deberíamos tenemos mismos derechos, oportunidades, libertades y que lo que buscamos es equidad, justicia y vivir la vida sin pensar que la próxima noticia sobre femicidio podemos ser nosotras. Porque sabemos que puede sucedernos. Aún con miedo, nos movemos porque el compromiso es colectivo.