Entrevistas

“En las infancias está el semillero para un mundo mejor”

Hace siete años, Diego Livy -más conocido como Diego Om- dejó su trabajo habitual en la televisión y decidió dar un vuelco en su vida. Así, comenzó a dedicarse plenamente a la ilustración. En esta nota, sus comienzos, el desarrollo de su último libro y el mensaje que intenta dar con su trabajo.

Santiago Garralda-Agencia Comunica

Diego om3

Diego Om presentó en 2016 su primera novela infantil titulada “Cara de Leo”, que trata sobre la amistad y el bullying. Dos años más tarde, tuvo su primera muestra como ilustrador y escritor, llamada “Una imagen me contó un cuento”. Durante el corriente año, lanzó  “Mejor Hablar de Ciertas Palabras'', un libro con ilustraciones y 22 palabras que interpelan a quien lo lea. Es a partir de sus obras que puede volar e imaginar un mundo más iluminado, sobre todo para las infancias. De esta manera, busca reivindicar los valores esenciales de la humanidad.

-¿Cómo empezaste a ilustrar?

-Fue un largo camino. Yo estudié cine, primero me fui más por ese lado, por lo audiovisual. Trabajé en cine, en fotografía y en televisión durante varios años, y en paralelo, alrededor de los 26 o 27 años, arranqué un taller de ilustración y eso me abrió un mundo nuevo. Todo lo que estudié se complementaba en algún punto. Yo no dibujaba ni con palitos, se ve que la semilla estaba en mi pero había que germinarla. Así, estuve dos años más o menos mientras seguía laburando de lo mio. También fui estudiando técnicas de ilustración y pintura. La verdad que me fue despertando algo, y a mis 35 años decidí dar el vuelco. Dejé todo lo que venía haciendo y empecé de a poquito con mis ilustraciones. No tenía mucho material para mostrar ni para vender. Empecé a hacer reproducciones, a ir ferias artesanales. Y lo que más me motivó fue que a la gente le gustaba lo que hacía. Después se fue sumando la escritura, que yo ya venía escribiendo guiones. Fue como una receta. Todos los ingredientes se fueron mezclando y fui encontrándome.

-Hace poco publicaste el libro Mejor Hablar de Ciertas Palabras. ¿Cómo surgió y de que se trata?

-Este fue un año muy abundante a nivel editorial. Mejor hablar de ciertas palabras surgió porque empecé a hacer ilustraciones sueltas. En un momento se me vino la idea de que cada ilustración me hablaba, me ponía una palabra. Y así pensé que estaría bueno que haya un libro donde yo pueda volcar estas 22 ilustraciones y que cada una represente estas palabras, y que de estas todos podamos hablar y compartir. Ahora que los padres están con les niñes en sus casas, pensé que sería bueno poder compartir charlas y hablar de ciertas palabras que son importantes, al menos para mi. Entonces se me ocurrió hacer un libro interactivo, didáctico. Un libro que completan les niñes. Es una propuesta en que tiro estas 22 ilustraciones con sus palabras, y ellos en una hoja pueden escribir y volcar lo que saben de esa palabra, o poner qué palabra le sugiere la ilustración. Entonces la propuesta es esa. No es que fue un libro que yo lo pensé mucho tiempo antes sino que fue  surgiendo a medida que lo iba armando. Es interesante para indagar hacia adentro, y hacia afuera.

 -¿Cuál es el objetivo del libro?

-Muchas veces no tengo la estructura u objetivos claros. No me pongo tanta expectativa a lo que hago. Mi manera de trabajar es más espontánea, me voy dejando llevar por lo que tengo ganas de hacer. Y así, fue apareciendo esa idea. Comencé a pensar que puede estar bueno que en estos tiempos se hablen de estas palabras. Que les niñes tengan la posibilidad de hablar de eso. Después tuve la suerte de que tuvo una gran llegada. Está bueno que lo que hago abra puertas para seguir trabajando con estas temáticas. Lo que fui haciendo me fue interpelando, y fui encontrando el nicho de hacia dónde van las cosas.

Diego om2

-En el desarrollo contaste con la colaboración del Observatorio de la Niñez y Adolescencia de la Facultad de Ciencias Sociales (UNICEN)...

-Si, estuvo muy bueno. El libro me terminó interpelando a mi, porque cuando yo elegí estas 22 palabras en mi empezaron a aparecer ciertas dudas, porque en algún punto todos nos estamos adaptando a estos tiempos y desconstruyéndonos en un montón de aspectos. En todo lo que es lo heteronormativo tenemos por aprender un montón de cosas. Y en el libro, que no es fundamentalmente educación sexual, pero si había un par de palabras que yo sentía que necesitaba una consultoría. Yo había venido a Olavarría a presentar mi novela infantil, Cara de Leo (que trata sobre el bullying y las infancias), y quedó muy buena relación con La biblio "Del Otro lado del Árbol". Y hablando de las dudas que tenía con respecto a algunas palabras como deseo, amor, diversidad, me sugirieron el contacto del Observatorio de Niñez y Adolescencia. La verdad que fue fundamental su aporte. Pudimos estar en diálogo constantemente, me ayudó en estas zonas grises que yo capaz ante alguna ilustración quería poner cierta palabra que tal vez terminaba siendo un poco equivocado. Mi intención era que si les niñes iban a ser los principales protagonistas, yo quería tener la mente suficientemente abierta de conceptos como para poder abrir puertas y posibilidades. Que todes nos podamos sentir más incluidos e incluidas en las definiciones. 

-En tus trabajos parece que las infancias es el denominador común. ¿Crees que es así?

-Yo lo fui descubriendo en el camino. Todo esto que se fue haciendo en el andar. La niñez e infancia me invita cada vez más a seguir haciendo cosas. Está todo por hacerse, y todo lo que podemos hacer por este mundo si queremos cambiar algo, si queremos ser una mejor humanidad.  Creo que todo hay que hacerlo ahí, donde está el semillero para un mundo mejor. La esperanza está ahí.

-En las redes sociales apareces como “Me imagino un mundo”. ¿A qué se debe?

-Comencé vendiendo postales, imanes y cuadritos que ilustraba. Y para identificar el emprendimiento elegí como nombre “Me imagino un mundo”. Ese era el mundo que me estaba imaginando, uno donde se realcen ciertos valores. Mis ilustraciones afloran las mismas temáticas: la familia, el amor, los amigos, los vínculos sanos, la naturaleza. Esos ejes siempre están. Y un poco el mundo que yo me imagino tiene que ver con eso. Que vivamos en un mundo donde lo fundamental sea eso. Por suerte, gracias a mi trabajo me permite vivir en ese mundo. Es una manera metafórica de estar ahí y entregarlo. Tengo la certeza de que el camino es por acá. Siempre siento que es con estas herramientas porque es donde yo puedo manifestar mi mensaje. 

Diego om4

-¿Cuál es el mensaje?

-Volver al origen, a lo simple. Recordar cuál es el origen del ser humano y cuáles son nuestros valores. Volver al amor, a sanar los vínculos, a llevarnos bien. A comprender realmente para qué estamos acá. Siento que mi mensaje va por ahí. Que seamos humanos, de verdad. Con mi trabajo intento que aflore ese lado más luminoso.

-Por último, ¿qué significa el mes de las infancias para vos?

-Todos los días tienen que ser el día de las infancias. Hay que trabajar para ellas y ellos siempre, no un día al año. Siento que está creado como un día más comercial. De todas formas, creo que lo bueno es que son días que hay que aprovecharlos para reflexionar, para generar encuentros, para estimular y dar a conocer proyectos y personas que trabajan en pos de las infancias. A partir de eso, me fui reconciliando, más aún después de que cambió el concepto de que ya no es más el día del niño, sino que cada vez se está incorporando la idea de que es el día de las infancias, de la niñez. Me parecen mucho más integradores, inclusivos y amorosos.