“Lo que más me gusta del ciclismo es viajar con mi familia”

Por Florencia Quiñones (*)

La casa de Charo Posse está ubicada al lado de la bicicletería de su padre, lo que demuestra la importante presencia que tiene el ciclismo en su vida. En el living de su vivienda, recién llegada de la escuela y con una vestimenta sencilla, la adolescente abre el baúl de los recuerdos para relatar cómo fueron sus inicios dentro del ciclismo y describir las experiencias más importantes transcurridas durante su corta carrera.

Charo empezó a andar en bicicleta desde muy pequeña. Si bien no recuerda exactamente lo que sintió en aquellos momentos, observar a otros niños hacer carreras en la pista del parque de la ciudad compitiendo para ver quién llegaba primero a la meta fue lo que la incentivó a querer formar parte de ese mundo. Así comenzó a familiarizarse con la bicicleta, primero andando con rueditas que fueron eliminadas a medida que iba ganando confianza, y siempre con la compañía de su papá, quien le fue enseñando con mucha paciencia. “Fue siempre mi gran profesor”, declara, y remarca la entrañable relación que mantiene con él. Charo arrancó a correr a los 10 años en las categorías de los más chicos, donde se mezclaban los varones con las mujeres, y en esos momentos fue donde tuvo sus primeras experiencias.

-¿Ahí pensabas en competir o solo ibas a divertirte?

-La verdad es que una siendo chiquita igual también tiene la idea de querer ganar, o sea, ahí ya te empieza a salir el espíritu competitivo y decís `tengo que empezar a entrenar más para poder ganar’.

Mientras veía participar a su hermana mayor en un campeonato importante de ciclismo, a Charo se le despertó el sueño de competir junto a ella en una categoría en parejas y por eso comenzó a entrenar de manera más intensa y profesional. Con padre y a su hermana como profesores, ella implementó cuestiones técnicas en su ejercitación que la llevaron a tomar ritmo y perfeccionarse específicamente en velocidad. “Tenés que estar muy atenta a lo que pasa alrededor. Yo todavía estoy aprendiendo porque soy muy despistada, entonces por ahí hay cosas que no me doy cuenta y me las tiene que ir corrigiendo mi hermana siempre”, confiesa.

Los lugares que más frecuenta son Tandil, Azul, Tapalqué y Ayacucho, en donde compite todas las semanas en las famosas “carreras domingueras”. No solo ha participado en eventos dentro de Buenos Aires, sino que ya recorrió casi todas las provincias del país con su bicicleta, como San Juan, San Luis y Córdoba. En julio de este año viajó a competir en el Argentino de Pista 2022 donde se consagró campeona en las categorías de 500 metros y 200 metros lanzados de velocidad, en las que consiguió dos medallas de oro, y la categoría de vueltas puntuables, donde ganó una medalla de bronce. “Viajo con mi familia siempre para todos lados, me encanta, y creo que eso es lo que más me gusta del ciclismo”, afirma Charo con emoción.

-¿Y cómo organizan los viajes en cuanto a lo económico?

-Nosotros viajamos por todos lados y además hacemos fotos en las carreras. Una vez que terminó, la gente pasa y si se encuentra en alguna imagen la imprimimos y con eso sustentamos gran parte de los viajes. A los lugares que viajamos siempre tenemos a alguien que nos ofrece alojamiento, que quiere que estemos ahí en su casa y nos ofrece un lugar. Si no, nos la rebuscamos en camping con carpas o en alojamientos para ciclistas.

Tanto Charo como su madre sostienen que este es un deporte caro, que conlleva muchos gastos por el equipamiento necesario para la bicicleta y la indumentaria especial que necesitan utilizar. Sin embargo, la joven ciclista asegura convencida que “si te gusta no hay impedimento de nada, no importa si tenés los materiales o si no los tenés, de a poco se va consiguiendo. Si andas mal o si andas bien, no importa. Si sos gordito, alto, flaco, nada de eso. Si te gusta, lo podés hacer. A cualquiera que le guste, lo puede hacer”.

Actualmente, siente que esta actividad ha crecido mucho en la ciudad y que existen muchos jóvenes con muy buenas capacidades. Ve que dentro del entorno ciclístico existe un amplio individualismo y, aunque se lleva bien con la mayoría de las personas que practican este deporte, hay muchos que se enfocan únicamente en lo competitivo y se ven como rivales.

Sobre sus próximos objetivos dentro del ciclismo, afirma que se ve “entrenando de manera profesional y en un futuro muy lejano me vería corriendo afuera, si Dios quiere, carreras internacionales”. Además, desde el lado académico, cuando termine el colegio secundario planea estudiar para ser tripulante de cabina ya que es una carrera que engloba su interés por los idiomas y su actividad favorita: viajar. Si bien es aún muy joven y tiene muchos objetivos por alcanzar, con el respaldo y la compañía de su familia, Charo Posse es una promesa femenina del ciclismo olavarriense.

Distancias y dificultades

Si bien entrena diariamente y complementa el ciclismo con el gimnasio, Charo relata que le es muy difícil poder practicar antes de las carreras porque no hay ningún velódromo cerca que le posibilite hacerlo. La adolescente afirma que siente que, debido a esto, les da una ventaja a otros ciclistas. Por ejemplo, cuando anuncian la fecha de algún campeonato, los que viven cerca de un velódromo "lo tienen al lado y ellos van dos meses todos los días a entrenar ahí, y vos por ahí decís ‘tengo que ir a un velódromo’ y vas, no sé, una vez a la semana porque no te da la plata, porque está muy lejos o porque simplemente no se pudo". A pesar de esto no deja de practicar y utiliza como opción el autódromo de Olavarría, aunque trata de hacer lo posible por ir al velódromo de Mar del Plata, que es el más cercano.

(*) Trabajo presentado para la cátedra Redacción Periodística I de la carrera de Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales (Unicén)