Entrevistas
Día del periodista

Natalia Aruguete: “Los medios son actores que tienen una capacidad determinada de percibir la realidad”

La periodista e investigadora del CONICET indaga en los vínculos entre la ciudadanía y los medios de comunicación, las agendas establecidas y la importancia de la universidad y sus medios para buscar alternativas.

 

Natalia Aruguete es periodista, docente universitaria, doctora en Ciencias Sociales, investigadora del CONICET y colaboradora del diario Página/12 y Le Monde Diplomatique. Durante su trayectoria profesional se centró en el estudio de las agendas política, mediática y pública desde distintas teorías. En el marco del Día del Periodista brindó un Conversatorio en la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría (FACSO) de la UNICEN y presentó su libro “El Poder de la Agenda. Política, medios y público”. En una entrevista con los medios de la FACSO, analizó y reflexionó acerca del vínculo entre el público y los medios, las agendas periodísticas y el desafío de los medios universitarios en la actualidad.

¿Crees que el público le da importancia a la fuente periodística con la que los medios construyen la realidad?

Hubo todo un proceso que vinculado a la discusión por la ley de medios que se sancionó en 2009. Fue una ley sumamente discutida en el que hubo participación de la sociedad civil y además hubo mucho consenso y mucha discusión a nivel parlamentario. Eso hizo que esa problemática y que la idea de “quién es la fuente de información” o “quiénes son los medios que me están informando” se instalara en la agenda pública como preocupación, como tema de discusión. Entonces un efecto cultural que tuvo eso fue empezar a preguntarse sobre cuál es la fuente de información: qué me informa diario Página 12, qué me informa La Nación, qué me informa Clarín… Que me informan los diarios que en otras épocas estaban consolidados en distintas ciudades a nivel regional y ahora uno empieza a preguntarse quiénes son los dueños, qué intereses persiguen, qué ideología lo sostienen. No solamente en términos económicos sino también en términos políticos e ideológicos, eso es algo que pareciera no importar pero los medios tienen ideología y profunda... Eso hizo que la relación de la ciudadanía con los medios se afinara un poco más. Uno llega un punto en que no lee cualquier medio o al menos sin preguntarse “qué me quiere decir este medio” o “qué persigue en el recorte de la realidad que hace”. Esa es otras de las cuestiones que me parece importante poner en juego: los medios hacen un recorte de la realidad percibida, los medios también son actores que tienen una capacidad determinada de percibir la realidad. Y en esa capacidad determinada y limitada de percibir la realidad hay cuestiones que ingresan en su agenda y otras que quedan afuera. Los medios no reflejan la realidad. Me parece que este es un elemento que uno empieza a preguntárselo y a ponerlo en cuestión: los medios no nos cuentan todo, hay cosas que ingresan y otras que quedan afuera.

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¿Notas que hay una agenda hegemónica de algunos medios que repercute en el resto de los medios o periodistas?

La relación que se da entre las agendas mediáticas es una temática que se viene analizando hace décadas. Ya en la década del 50 se hablaba acerca de que había una homogeneización y una consonancia en el sistema de medios. Y lo que se planteaba es que allí se daba una homogeneidad que se parecía a un sistema arterial inverso. Cuando analizamos cómo se da la corriente de agua en los ríos vemos que ríos más pequeños convergen en un cauce más grande. En el caso de los medios se da al revés: de los medios más grandes va fluyendo información que impacta y es retomada por las agendas de los medios más pequeños. Esa homogeneidad es una de las cuestiones que hace que los medios tengan mayor capacidad de instalar agenda porque cuando es tan homogéneo está tan consolidado lo que ocurre que otras temáticas quedan fuera o en lugares muy marginados como para hacer mella en las agendas mediáticas. Efectivamente hay homogeneidad y hay un fuerte impacto de las agendas de aquello que “es importante”, de “los grandes temas” propuestos por “los grandes medios”. A nivel de las rutinas periodísticas, de las rutinas productivas de los profesionales de la información, lo que se da es la sensación inconsciente de que esa repetición de las noticias nos va a dejar la tranquilidad de que nosotros conocemos la noticia real.

¿Cómo encajarían los medios universitarios en este contexto de agenda publica, mediática y política? ¿Cómo crees que deberían desempeñarse los medios universitarios en este contexto?

Creo que lo bueno que tiene la educación formal y el nivel universitario es que son espacios potentísimos para promover agendas alternativas. Lo son sobretodo porque hay un momento de reflexión mucho más tranquila, no tan apresurada por lo que son los tiempos de los cierres impuestos por las agendas tradicionales. Además hay espacios de discusión que no son solamente sobre determinados temas o perspectivas académicas sino que repercute en una reflexión sobre la propia práctica profesional. Creo que eso tiene que ser un espacio muy potente para que se cuelen agendas alternativas y los académicos profesionales podamos preguntarnos sobre otras posibles entradas a la realidad percibida. También haciendo recortes pero intentando hacer recortes alternativos porque creo que en ese punto la educación es un momento de resistencia. La resistencia de la educación pública, de la educación universitaria, no está solamente en la calle sino también en la capacidad de poder instalar y pujar por agendas nuevas y alternativas./ AC-FACSO