Entrevistas
Infancia y educación

El guardapolvo en cuestión: de la distinción a la igualdad

Un acuerdo distrital propone desterrar la idea y práctica de usos de colores distintivos en los guardapolvos en el Nivel Inicial. Desde 2017 los jardines de Olavarría podrán optar por guardapolvos de cualquier color.

 

Dentro de las tradiciones instauradas por las instituciones educativas, algunos elementos y pautas manifiestan desde ciertos status sociales hasta diferencias de género en función de su sexo. En el Nivel Inicial, los guardapolvos de color rosa y de color celeste son un símbolo de la distinción entre las niñas y los niños. Mediante las labores emprendidas desde el tratamiento e implementación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), surgió la idea de utilizar guardapolvos con un solo color para repensar las prácticas que se instituyeron históricamente. El acuerdo se realizó en el distrito de Olavarría entre inspectores y equipos de directivos. Claudia Lajud, licenciada en Antropología Social e integrante del grupo de extensión universitaria “Che Sida”, repasa la importancia y el desafío de comenzar a desnaturalizar ciertas tradiciones en la búsqueda de una nueva manera de pensar y relacionar los vínculos desde la niñez.

¿De qué se trata esta nueva disposición en los jardines de infantes?

La cuestión de los guardapolvos en el Nivel Inicial, en relación a los colores, no está explicitada en ninguna normativa. Hay algo de lo histórico, lo cultural, que se instaló de esta manera: guardapolvo cuadrille celeste para los varones y el rosa para las mujeres. Pero si uno busca en la normativa vigente no hay nada al respecto de un ordenamiento a este uso de los colores. Hay algo del orden de lo cultural y de la práctica social que se ha impuesto. Por lo tanto, si vos buscas una normativa como el Reglamento General de Instituciones Educativas o alguna específica de Nivel Inicial nada dicen de los colores o su uso.

Lo que pasa en Olavarría no es una orden de nivel provincial sino que es un acuerdo distrital que se llevó a cabo por la reflexión que hicieron inspectores del Nivel Inicial, Jefatura Distrital y equipo de directivos del Nivel Inicial. Es un acuerdo mediante un proceso de trabajo social y comunitario para, de alguna manera, desterrar la idea de los colores rosa y celeste en el uso de los guardapolvos. En primera instancia no es una normativa provincial. Estos procesos institucionales, en Olavarría, se inician con el tratamiento y capacitación que han recibido directivos y docentes en Educación Sexual Integral (ESI). La ESI tiene un trabajo muy intenso sobre lo que es el eje de derechos humanos y la perspectiva de género. Eso ha llevado a conmover lo históricamente instalado y empezar a tensionar, problematizar y visibilizar cuestiones que en las instituciones acentúan jerarquías o diferencias de género.

Después de haber atravesado estas capacitaciones, el equipo de docentes se pregunta por qué hay que hacer una diferencia en el uso de los colores, por qué se le asigna determinados colores a las mujeres y a los varones… Y desde la escuela estamos enseñando esta diferenciación. Entonces problematicemos esta cuestión de los colores y que las familias lo puedan elegir; o que la institución pueda ir instalando paulatinamente un color para mujeres y varones. Lo que se propone es tratar de desnaturalizar esas tradiciones. De hecho, si vas a un jardín de gestión privada es posible que los niños y niñas vayan con un equipo de jogging rojo, verde o azul. No hay una norma sobre esto pero sí existe una tradición.

A partir de toda la capacitación y de todo el trabajo que se hace con la sanción de la ley de ESI, los docentes empezaron a cuestionar esos usos, comenzaron a problematizarlos y a formular nuevos acuerdos. No se modificaran de un día para el otro, como toda tradición cultural merece un proceso. Y en eso están actuando las instituciones. Pero repito, esto es un acuerdo distrital, no es una disposición de Provincia. Más allá de eso, que las autoridades del distrito tanto de Nivel Inicial como de la Jefatura Distrital hayan tomado esa propuesta con los directores de nivel es un avance a considerar.

¿Cómo será la participación de las instituciones o las familias?

Algunas instituciones del Nivel Inicial ya acordaron en que los niños y las niñas que ingresen a sala de 3 durante el período 2017 van a ir con un color determinado. Otras instituciones decidieron que será un proceso paulatino, en el que se será cuidadoso. Quizás los jardines opten por un color igualitario para los niños y las niñas, o bien serán colores que elijan las familias. La idea es hablar con las familias cuando vayan a inscribir a sus hijos e hijas. En el mes de febrero, cuando se hagan las reuniones informativas, este tema formará parte de la agenda.

¿Crees que además de esto sería necesario tener en cuenta lo pedagógico o lo lúdico?

Sí, por supuesto. Todo eso hoy está en tensión. En mis inicios como docente era testigo de situaciones donde si un niño jugaba con las muñecas era una cuestión a atender. Hoy eso está bastante superado. Existen algunos docentes que puedan tener esa concepción pero todo ello está problematizado y los jardines tienen otra mirada y otros conceptos de los juguetes que usan niños y niñas. Lo mismo que las clases de educación física. En 2014 surgió una resolución donde se señalaba que las clases de educación física en el nivel secundario podían ser mixtas, lo cual reflejaba un avance muy importante porque se entiende que existen condiciones del juego y del deporte que se pueden compartir, que pueden ser colaborativas o mejorar con la presencia de mujeres y varones de forma conjunta.

Hay procesos interesantes que están sucediendo y que tienen que ver con las pautas acerca de la convivencia en la sociedad. Dentro del Programa de ESI se vienen trabajando los temas que marcan ciertas rutinas y rituales escolares y que suelen plantear una distinción sexo-género. Se trabaja pero sabemos que los cambios no se dan de un día para el otro. Todos nosotros fuimos formados y socializados con otras pautas. Cambiarlas toman su tiempo, sus niveles de problematización y conflicto./ AC-FACSO