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Nota de opinión

En este día y cada día

 

Lic. María Eugenia Iturralde (ECCyGE – PROINCOMSCI – FACSO)

 

Un nuevo 25 de noviembre nos invita a reflexionar. Un nuevo Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que tiene que multiplicarse hasta convertirse en acciones diarias para la construcción de una sociedad más igualitaria. La Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 1993,  definió a la violencia contra la mujer como: “Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.

El día a día nos muestra que son muchos los cambios culturales necesarios para que el ideal de igualdad pueda concretarse; en ese punto, inevitablemente la perspectiva de género deberá ser parte de la cotidianeidad. Es por eso  que estos días de lucha, de reivindicación, no pierden vigencia sino que se multiplican. En el 2015 una nueva fecha cobró protagonismo en nuestro país, pasando los límites geográficos y contagiando a varios países latinoamericanos: el 3 de junio. El femicidio de Chiara Paéz impulsó el duelo colectivo, las ganas de tomar el espacio público para decir basta: ¡Ni Una Menos! El femicidio es considerado la violencia extrema ejercida sobre las mujeres por el sólo hecho de serlo.En Olavarría alrededor de 8.000 personas marcharon por el centro de la ciudad ¿Convocadas por los medios de comunicación de Capital Federal? Tal vez, pero fueron interpeladas, y salieron a legitimar un histórico reclamo, para afirmar que la violencia de género existe, que las desigualdades existen. Podríamos considerar a esa manifestación como un pequeño paso para sacar a la problemática del ámbito privado, para entenderla como un problema social del que el Estado es responsable.

Días después de la marcha del 3 de junio de 2015 se conformó el Frente Ni Una Menos de Olavarría, espacio desde el que se articulan acciones para visibilizar la problemática e incidir en la agenda política local, exigiendo al Estado la aplicación de políticas públicas con perspectiva de género y enfoque de derechos.

Desde el 3 de junio de 2015 surgieron iniciativas políticas tendientes a abordar la problemática en Olavarría. En noviembre de 2015 se aprobó en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza con el objetivo de crear, dentro del presupuesto anual del Municipio, una partida destinada a “la atención integral de la violencia contra las mujeres, de género y familiar”. Asimismo, desde el municipio se dio a conocer en noviembre de 2015 el 1° informe estadístico sobre violencia de género y familiar, elaborado desde la Secretaría de Desarrollo Social y la Sub Secretaría de Indicadores Locales. El 10 de diciembre asumió una nueva gestión de gobierno municipal que creó la Dirección de Políticas de Género, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Local y la Subsecretaría de Desarrollo Humano y Familia, y  en agosto de 2016 fue acondicionada una propiedad perteneciente al Municipio para ser sede de esta Dirección. Este año el Honorable Concejo Deliberante aprobó una ordenanza con el objetivo de “sancionar a aquellas personas que tengan causas por violencia de género y violencia familiar probadas en la justicia”, mediante la misma se las inhabilita para acceder a cargos y empleos públicos en el ámbito municipal. También se han presentado iniciativas de legisladores provinciales locales, el “Proyecto de Ley que promueve la creación de un Observatorio Provincial de Violencia en el ámbito del Consejo Provincial de la Mujer” y el proyecto de Ley denominado “Protocolo de actuación en materia de  desaparición de personas”.

Otro aspecto a tener en cuenta son las medidas económicas tomadas desde el gobierno nacional en el último año: el ajuste afecta fuertemente a las mujeres. Son variados los trabajos realizados desde la perspectiva feminista sobre la pobreza que sostienen que las mujeres tienen más dificultades para salir de esa situación, porque tienen mayores responsabilidades familiares y en el cuidado de la niñez; son discriminadas en el acceso al mercado laboral; y obtienen menores salarios. En los contextos neoliberales la violencia de género se recrudece.

Para erradicar la violencia hacia las mujeres, para que ninguna mujer muera por ser mujer, tenemos que efectivizar la Interrupción Legal del Embarazo. El Ministerio de Salud de la Nación reconoció, en 2015, que se hicieron entre 370 y 522 mil abortos, se calcula que una mujer muere por día al realizarse un aborto inseguro. Las mujeres abortan, más allá de la existencia de la ley, pero las que mueren son las pobres, sometidas a un negocio que desde la clandestinidad impone sus propias reglas. Sin lugar a dudas ya es momento de que el aborto sea debatido en el Congreso de la Nación.

Es necesario prestar atención y efectuar un seguimientos sobre estas acciones y propuestas a las que hacemos mención, para que no se transformen en meros oportunismos frente a un contexto que  las marca como políticamente correctas; la comunidad tiene que velar para que la clase política asuma un compromiso real y se tomen medidas tendientes a erradicar las distintas formas de ejercicio de las violencias. La lucha para erradicar las múltiples violencias es una batalla política que tenemos que dar en este día, y cada día. ¿Contamos con vos?