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El último caso abordado por el Ministerio Público Fiscal el día viernes fue el de Jorge Miguel Toledo. En la audiencia se detalló que Toledo fue secuestrado el 10 de febrero de 1978, de su oficina por un grupo de personal del ejército y la policía. De allí fue subido a un auto falcon verde y trasladado al Centro Clandestino de Detención La Huerta donde lo torturaron salvajemente.

Toledo era contador y había sido Secretario General de la Juventud Universitaria Peronista, fue su condición de militante lo que produjo su secuestro, enfatizó Portela.

En relación a su secuestro la fiscalía acreditó las pruebas de cómo Toledo estuvo detenido en el marco de la clandestinidad, “su detención fue en febrero de 1978 pero la misma aparece en los registros con fecha de Abril de 1978” manifestó el fiscal.

Posteriormente en la exposición de la fiscalía se contó que Toledo fue sometido a un Consejo de Guerra Especial Estable “pseudo procedimiento,un intento de convertir en legítimo su secuestro” que lo condenó como delincuente terrorista. De ese entonces Toledo estuvo alojado en múltiples unidades penales, en los que recibió tratos denigrantes que deterioraron su salud  física y psicológica.Ante esta situación Toledo en la cárcel de Caseros, decidió quitarse la vida.

Sobre los motivos que llevaron a Toledo a esa drástica decisión Portela recuperó los testimonios de Genson, Tisera y Ondicola, de lo declarado por Genson el fiscal mencionó que en la cárcel no tenían los cuidados necesarios; Sobre los dichos de Tisera sobre Toledo: “Las condiciones actuaron como catalizadores para su decisión, las condiciones eran pésimas, los tratos inhumanos.” Por último Portela mencionó las palabras de  Ángela Ondicola, novia de Toledo: “Estaba muy deprimido, esa cárcel era muy oscura, no tenía ni sol, lo quebraron a él que era tan fuerte, no se que pasó”.

Los padres de Toledo se enteraron del fallecimiento de su hijo el 29 de julio de 1982 mediante un telegrama.

“A Toledo, lograron quebrarlo” culminó Portela.