Notas

La violencia contra las mujeres, la gran pandemia

Durante el aislamiento aumentaron un 40% las consultas al 44. Y en estos dos meses, hubo 61 femicidios en Argentina. La gran pandemia es contra las mujeres. Hoy volvemos a gritar BASTA. 

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Fernanda Alvarez - Agencia Comunica

3/6/2020

Agustina, Amancay, Rocío, Paola, Romina. Los nombres de esta cuarentena son, en realidad, 61 en todo el país. Y son historias truncas por la violencia machista. Que encierran proyectos quitados de raíz, dolorosamente, por hombres que se creyeron y en definitiva fueron, dueños de sus cuerpos y de sus vidas.
Los datos son escalofriantes: en la Argentina, en lo que va del año se han producido unos 124 femicidios. Y 61 de ellos transcurrieron en la cuarentena. Los datos hablan de la otra pandemia, sobre la que se deben tomar medidas rápidamente para acabar con la violencia cada vez mayor sobre las mujeres.
En nuestro país 151 niñas, niños y adolescentes se quedaron sin su mamá, que además era su principal cuidadora.
“La pandemia vino a poner en evidencia la violencia contra las mujeres. Según los datos del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Nación, hubo un aumento del 40% de llamadas a esa línea”, aseveró la Licenciada en Comunicación Social e investigadora de la Facultad de ciencias Sociales Patricia Perez. “El confinamiento es diferente para las mujeres porque ha aumentado la cantidad de violencia. Venimos relevando no solo que las mujeres siguen siendo víctimas de violencia sino que muchas de ellas atraviesan importantes necesidades económicas porque son las encargadas de tareas que no eran de su incumbencia como convertirse ahora en algo así como maestras, psicólogas, enfermeras, además de madres. Hay una lógica de cuidado que siempre recayó en las mujeres pero que ahora exacerba el aislamiento con costos negativos”, estableció.
Desde el Frente Ni Una Menos, Yanina Bórmida y Cecilia Fernández coincidieron en que durante la cuarentena las consultas y el acompañamiento fueron a través de las redes sociales y “con algún conocido de la víctima facilitamos contactos de instituciones locales y muchas veces fuimos el nexo con el personal de la Dirección de Políticas de Género. Pero en este tiempo no hemos comenzado a acompañar ninguna nueva familia. Sí hemos tenido, en cambio, muchas demandas de familias en emergencia económica”.

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Al comienzo del aislamiento obligatorio, desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología se requirió a investigadores de Olavarría un relevamiento en barrios más vulnerables de la ciudad para conocer las necesidades y demandas de las mujeres. “Nos encontramos -dijo la Lic. Patricia Pérez- con que el principal problema de las mujeres era la comida y la violencia. Por suerte el estado nacional tomó medidas y no estalló el conflicto social, se ha logrado sostener mínimamente en sectores populares en relación a elementos básicos de supervivencia. Pero la pandemia mayor que tenemos es la de la violencia de género”.
Lamentablemente, los números lo certifican: el registro del Observatorio Nacional “Mujeres, Disidencias, Derechos” que cita el sitio Mumala de la Provincia de Buenos Aires muestra con preocupación que desde comienzo de 2020 y al 30 de mayo se produjo un femicidio cada 29 horas, que hubo 112 intentos de femicidios en todo el país y que el 20% de mujeres víctimas había denunciado a su agresor previamente.
Además, el 68% de los femicidios se produjeron en la vivienda de la víctima o en la que compartía con el agresor.
A pesar de los temores más frecuentes, el 12% de los crímenes se han dado en la vía pública, el 6% en la vivienda de una familiar y el 4% en un descampado. Algunos de los agresores se quitaron la vida después de cometer el asesinato. Tan cobardes fueron que prefirieron eso antes que sufrir su propia condena.

Ni Una Menos en cuarentena

El aislamiento impidió acercarse a las casas de las víctimas, una tarea que vienen desarrollando las agrupaciones que forman parte de Ni Una Menos. “Muchas veces nos contacta un familiar preocupado y nos cuenta lo que le sucede a su ser querida. Cuando no pudimos hacer eso, los acompañamientos fueron virtuales. En este contexto de pandemia no cesó la violencia, pero lo urgente pasó a ser el hambre”, explicó Yanina Bórmida.

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Además del tema del alimento “otro aporte que hemos hecho es ayudar a hacer trámites, por internet o Anses, o contactar con psicólogas o abogadas. Hemos ofrecido asesoramiento, hemos llevado artefactos, frazadas, las urgencias vinieron de otras necesidades básicas”, agreg´po Cecilia Fernandez.
Es que “las mujeres solemos resignar muchas cuestiones personales para cubrir las las necesidades básicas de la familia. Hay chicas que no conocen instituciones adonde pedir ayuda o cómo ni dónde denunciar. Hay mucho temor cuando no hay solvencia económica. Pero para salir de los círculos de violencia es necesario generar vínculos, fortalecer redes”.

La pandemia muestra

“La pandemia desnudó la precarización laboral y la desigualdad que tenemos las mujeres en cuanto a los salarios y oportunidades de trabajo. La feminización de la pobreza está a flor de piel”, aseguró Yanina Bórmida.
“Las mujeres están relegadas a cuidar niñes y se nota claramente la falta de dinero para comprar alimentos”, agregó Cecilia Fernández, lo cual demuestra “que hay una estructura y reproducción de lo doméstico que en algunos momentos está liberada por la contratación del servicio doméstico pero que ahora se puso en evidencia”, analizó la licenciada Pérez. “Tomar conciencia de eso es importante para revertirlo. Poner sobre el tapete al menos permite la discusión tan naturalizada que las feministas veníamos relatando. Y ahora se nota”.
Desafíos hay muchos. El trabajo con perspectiva de género y enfoque de derechos en todas las instituciones del Estado se presenta como el más urgente y necesario. “Registramos violencia machista en las instituciones estatales (Justicia, Policía). Muchas veces los femicidas habían matado a otra pareja u otra persona y la justicia no llega a tiempo. Una de cada cuatro mujeres denuncia e igualmente termina en manos de su femicida. Cuando hablamos de que el Estado es responsable tiene que ver con esto”, aseguran desde el Frente Ni una Menos. “La deuda es con nosotras, no con el Fondo”.

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El feminismo no abandona el reclamo del pedido de legalización del aborto. Pero va mucho más allá. “No vamos a abandonar esa bandera hasta que se concrete. Porque en pandemia, las mujeres siguen abortando! Pero no es lo único”, demanda la investigadora Patricia Pérez. “Tenemos que otorgarle sentido a los nuevos Ministerios que hemos conseguido. Lograr en Nación y en Provincia transversalizar las políticas públicas desde una perspectiva de género es el objetivo. Debemos imponer la lógica feminista y el enfoque de derechos en todos los estamentos del Estado”, coincidió. “Ahí recién habrá una modificación sustantiva de nuestra condición de vida”.
Hoy, las mujeres volvemos a exigir “Ni una menos”. (Agencia Comunica - Facso)