Notas

Niños, niñas y adolescentes en pandemia

Entre la incertidumbre y las ganas de volver a encontrarse

Cada uno vivió el confinamiento de manera diferente, pero en todos ellos y ellas habrá un recuerdo. La Licenciada en Psicología Eugenia Fernández y el Doctor Gastón Seambelar hablan de los procesos del aislamiento en las infancias y adolescencias.

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Luciana Pedernera - Agencia Comunica

12/08/20

Los encuentros están de regreso, la nueva realidad implica volver con protocolos, alcohol en gel, tapabocas, nada de abrazos y festejos o reuniones sociales multitudinarias. Hoy, el distanciamiento y el tapaboca van a permitir estar cerca del otro sin entrar en contacto físico. La Licenciada en Psicología Eugenia Fernández y el médico especialista en pediatría Gastón Seambelar comparten sus análisis sobre el efecto de este nuevo contexto en niños, niñas y adolescentes.
El encierro los afectó de manera personal, ya que las realidades de cada uno son distintas y los espacios que posee cada grupo familiar son diferentes. Por eso contextualizaron cómo atravesaron esta situación. Eugenia Fernández explicó que “hay hogares con conflictos, separaciones, violencia, en esos hogares es más complicado el encierro y todo se potencia”. Además de lo emocional el tema de la alimentación fue muy importante. El Doctor Gastón Seambelar comenta que “los chicos en sus casas se aburren y tienen cierta tendencia a comer, esto acompañado del sedentarismo trajo una exacerbación del problema de la obesidad que es lo que ya veníamos viendo desde antes”.

Al inicio del aislamiento, se pensaba que serían 15 días de encierro y que todo volvería a la normalidad por lo que la Psicóloga María Eugenia Fernández continuó con los tratamientos de manera online aunque algunos deseaban esperar a cómo se iba dando la situación. Cuando comenzó a prolongarse el confinamiento la mayoría volvió a solicitar un turno y ella habla de que actualmente “tengo muchos pacientes que arrancaron esta modalidad online, no los conozco de forma presencial. La mayoría está atendiéndose en línea”, por lo que las consultas crecieron bastante. “No son solo cuestiones de pandemia, hay otros motivos, pero esto los atraviesa al 100% porque cada uno que consulta está confinado en su casa, fuera de su rutina y con su realidad familiar o individual”, asevera.

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Licenciada en psicología Eugenia Fernández

El aislamiento social preventivo y obligatorio trajo mucha ansiedad debido al desconocimiento que había sobre el virus. La Licenciada en psicología describe que “en un principio atendí mucho ataque de pánico, miedo, fobia”. Eugenia Fernández reconoce que actualmente la situación ha cambiado y que “con el paso del tiempo el miedo fue disminuyendo, se fue conociendo un poco más la reacción del virus y lo que hay es más un estado de desinterés”. Los niños, niñas y adolescentes “ya no quieren cursar online, no quieren volver a la escuela y están más desconectados, desinteresados, apáticos, estoy atendiendo algunos casos de depresión”. La mirada del médico coincide: “en los adolescentes se ven trastornos porque ven un futuro incierto. No ven la posibilidad de hacer lo que ellos tanto piensan en esta etapa de la vida, que es socializar con sus compañeros y amigos”.

Con el paso del tiempo, a la par del cambio de fases que comprendían mayor apertura de actividades, también fueron cambiando los síntomas que expresaban los niños, niñas y adolescentes. La Licenciada Fernández sostiene que “hubo un periodo en el que empezaron a manifestarse síntomas psicosomáticos como encopresis (incontinencia fecal) en niños/as que jamás habían tenido síntomas”. En la misma línea el pediatra Gastón Seambelar explica que “por eso pedimos implementar las salidas recreativas de los chiquitos y con eso vimos disminuir la cantidad de problemas que nos encontrábamos en el consultorio. Y pedimos avanzar con las salidas al aire libre”.

Cuando se permitieron “había nenes que no querían volver a salir, tenían miedo”, describe Eugenia Fernández. “Se tuvo que trabajar la aceptación de la nueva realidad”. La psicóloga también comenta que los adolescentes tuvieron una pérdida de estructura que “es lo que los contiene y sostiene. Al no tener una rutina cotidiana, como hacían en la vida normal, actualmente juegan a los jueguitos hasta largas horas de la noche y se levantan muy tarde”. A consecuencia de esto muchos perdieron la rutina del almuerzo lo cual ocasiona que algunos adolescentes salteen ese momento del día por lo que “aparecieron síntomas como el síndrome del intestino confundido, nenes con mucho dolor de panza porque comen mal y fuera de horario”.

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Dr. Gaston Seambelar 

El Dr. Gaston Seambelar manifiesta que es difícil saber si se podría haber evitado el confinamiento de los niños, niñas y adolescentes. “Uno se enfrentó a esta cuarentena con un virus nuevo, fue necesario hacer eso en un principio, lo que yo creo es que después se fue aprendiendo. Hoy hay mucho trabajo de infectólogos referentes que explican que al aire libre y con distanciamiento es muy difícil que se generen contagios de coronavirus”. De la misma manera aclara que “los chicos se contagian también pero no desarrollan enfermedades graves. Sí se contagian ellos y a sus familiares” por lo cual considera necesario que no dejen de tomar las medidas para evitar la propagación hasta que llegue una vacuna. “Si bien la enfermedad no les va a hacer nada, son portadores del virus y van a transmitir a sus padres y a sus abuelos”.

La Licenciada Eugenia Fernández es contundente: “el aislamiento va a dejar sus consecuencias. Son marcas que habrá que trabajar a lo largo del tiempo, episodios de estrés postraumáticos y síntomas psicosomáticos. Habrá un recuerdo de la pandemia” de acuerdo a cómo cada uno lo haya procesado. “Hay muchas familias que desestiman síntomas y llegan a hacer la consulta cuando la situación se vuelve insoportable”.

Síntomas a observar

Eugenia Fernandez indicó algunos síntomas a los que se debe estar atentos, entre ellos la depresión y tristeza y explica que “en muchos niños se está manifestando fuertemente después de tanto tiempo de no ver a sus abuelos, a familiares, a sus compañeritos, de estar fuera de rutina, además están desinteresados porque no ven un futuro”. De la misma manera explica que existe una situación inversa: “están los nenes que han hecho una adaptación al confinamiento, están desarrollando una fobia social y no necesitan en este momento salir, ni ver a nadie, se sienten seguros y confortables, protegidos, estando aislados en casa”. En este contexto focaliza que “va a costar en estos niños que vuelvan a socializar porque se les enseñó que el otro era alguien que los ponía en peligro y que ese otro era alguien que podía a llegar a contagiarle el virus”.

Informar y acompañar en la nueva realidad

Hay que aceptar esta nueva realidad, acomodarse y adaptarse a ella “que es quizá lo más difícil de aplicar. Esto de que se adapten a salir y a tener estos cuidados, es necesario hablarlo mucho en casa, que puedan llorar y enojarse, que manifiesten sus emociones, explicar que es para cuidarse y cuidar, para salir y no volver a estar aislados y que esto funciona”.

El Dr. Seambelar agrega que “como todo tratamiento de salud pública tiene que ser aceptado por la comunidad. No creo mucho en las conductas coercitivas que sean cumplidas durante mucho tiempo. Tiene que haber una participación de la sociedad y entonces explicarle ‘Vos queres juntarte con tu amigo o amiga, dale, hacelo pero de esta forma, porque así no te contagias’”. “Hay que empoderar a los adolescentes, porque son personas que pueden elegir un presidente ¿cómo no van a tener la capacidad de cuidarse? A ellos no les gustan las conductas coercitivas. Los haría participar, donde acepten, impulsen y promuevan el distanciamiento y que sepan que hasta que llegue la vacuna, la forma de socializar y de volver a hacer muchas actividades que le gustan será con elementos y actitudes de prevención”.

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El reencuentro de los y las adolescentes. Foto: En Linea Noticias 

La psicóloga agrega que es importante “explicarles que va haber un futuro y que este es un momento que tenemos que atravesar todos” por lo que el lugar de los papás es fundamental: “los papás y mamás deben ayudarlos a no desestructurarse de las rutinas. Si bien es más flexible, poder ayudarlo a sostener esta rutina es fundamental. Un equilibrio entre límites, amor y comunicación”.

Por su parte, el Dr. Seambelar también sugiere que respeten los momentos de encierro y soledad de los niños, niñas y adolescentes porque ellos lo necesitan, y además que los papás y las mamás entiendan las ganas de juntarse con sus amigos y dejarlos que lo hagan “pero tienen que persuadir, para que actúen cuidadosamente. Que respeten los cambios de temperamento, porque es norma en los adolescentes y se exacerba en estas condiciones. Y tratar de llegar a situaciones de negociación en las cuales ellos sepan cuáles son las conductas necesarias para no contagiarse”.

En esta nueva fase en la ciudad de Olavarría, con mayor socialización, el médico destaca la actividad al aire libre. “Es una forma en que los chicos puedan juntarse y salir del sedentarismo. Va a ser un cambio en cuanto a lo emocional y lo físico”, concluyó. (Agencia Comunica-FACSO)