Notas

La lucha de Chile y los cambios profundos que vive América Latina

El plebiscito en Chile dejó múltiples aristas para analizar. La investigadora Sandra Colombo explica qué sucedió, cuáles son los desafíos que debe enfrentar la sociedad chilena y qué impacto tuvo en el resto de América Latina. Por otra parte, Diego Hernandez -residente chileno- tiene la sensación de que todavía no se ganó nada. Es el principio de un proceso para un cambio estructural.

chile3

Santiago Garralda- Agencia Comunica

Fotos: Diego Hernandez Perez- @caminantehernandezph

Latinoamérica vuelve a cambiar y se abre a conquistar derechos que han sido vulnerados. El ejemplo chileno marca un punto de inflexión para entender la política internacional más cercana. ¿Qué sucedió y cuáles son los desafíos que enfrenta el país vecino?
El 25 de octubre de 2020 la ciudadanía chilena votó a favor de borrar las huellas dolorosas de Augusto Pinochet. Según Sandra Colombo -Profesora de Historia y Magíster en Relaciones Internacionales-, la constitución impulsada por Pinochet en 1980, en plena Dictadura Cívico-Militar, intentó “garantizar el continuamiento del modelo político y económico neoliberal”; y aunque fue reformada 31 veces, estas fueron superficiales y menores. Sin embargo, este modelo comenzó a ponerse en cuestión a partir de un malestar social que se venía engendrando desde hace décadas. Si bien se intentaba vender las bondades del neoliberalismo posicionando a Chile como un país “rico económicamente, prestigioso, que se inserta en el mundo porque tiene convenios de tratados de libre comercio con diferentes regiones del mundo”; nunca se mostró -en los medios de comunicación sobre todo- la contracara de este neoliberalismo depredador. Un Estado que promueve universidades privadas, que no está obligado a ofrecer una pensión en caso de jubilación, que no está obligado ni siquiera a garantizar los derechos humanos básicos (el agua es propiedad privada, por ejemplo) Todo eso generó “una sociedad crecientemente inequitativa donde la riqueza está concentrada en el 1 o 2 % de la población, y donde el 80 % de la población tiene acceso a menos bienes, servicios y derechos”, sostuvo Colombo.

chile
El punto de ebullición llegó en 2019 con las movilizaciones de estudiantes que se manifestaron en contra del aumento del boleto de subtes. No obstante, no luchaban por una rebaja de precios, sino que el reclamo iba más allá: como los carteles de aquellas manifestaciones decían, “no luchamos por 30 pesos, luchamos por 30 años”. La respuesta inmediata del gobierno chileno fue la represión, hecho que generó mayor malestar social y más movilizaciones. Diego Hernández Pérez, un joven chileno que practica el fotoperiodismo independiente y estuvo presente en esas movilizaciones, afirmó que “los carabineros -la policía- andaban con armas largas y metralletas, fue como un contexto de dictadura”.
Finalmente, el gobierno tuvo que dar una respuesta a la agitación y presión social, y en Diciembre de 2019, sancionó una ley para iniciar el proceso hacia una nueva constitución.

chile4
Ya en 2020 se produce una continuidad de estas movilizaciones y de la represión, sumado a una muy fuerte crisis social y económica que se vió agravada por la crisis sanitaria por el Covid-19. En este contexto, se llega al Plebiscito Nacional de Chile realizado el 25 de Octubre. La población chilena votó masivamente - fue la mayor presencia en las urnas desde que en 2012 se instaló el voto voluntario- y se decidió por el SÍ a la reforma constitucional. El triunfo fue amplio y arrasador: 78,27% SI, 21,73% NO. Cabe destacar, que también se preguntó a los votantes sobre el modo en que se debería crear la nueva constitución en caso de que el SI triunfe. En este sentido, el 80% decidió que se convoque a una constitución constituyente, en la que haya paridad de género y representación -de un 15%- de pueblos originarios chilenos. En efecto, la investigadora Colombo aseguró que “los candidatos van a ser presentados por los partidos políticos y puede haber también candidatos independientes que no estén militando dentro de un partido político, pero tienen que tener un aval de un porcentaje por la población del distrito al que representen”. Estos serán elegidos por votación popular en abril de 2021; luego, tendrán 12 meses como máximo para redactar la constitución y se estima que para agosto de 2022, la nueva constitución se someta a un nuevo plebiscito para saber si se acepta o no.

chile1
Por esta razón, es que Diego considera que “no hay un triunfalismo total, es solo el inicio de un proceso que no se detiene acá. Más que un triunfo, es un inicio”. Y agrega que la sociedad chilena es muy consciente de que no es el fin, que hay que seguir trabajando para generar un verdadero cambio estructural. También remarcó la importancia de la calle como bien de lucha y transformador de la realidad, que nunca debe perderse, porque “es en estos planos socioculturales en donde se producen los cambios”; y la influencia de las/os jóvenes en el proceso hacia una nueva constitución, ya que “gracias a ellos y a la sociedad juvenil se están diagramando los cambios de nuevos contextos socio políticos. Son una piedra angular y fundamental”. Porque como asentía Jesús Martin-Barbero, las/os jóvenes son los que sacan al país a caminar, problematizan y son los primeros en salir a la calle frente a una injusticia social.

Re-configuración del mapa político latinoamericano y desafíos

Según Sandra Colombo, desde 2015 América Latina entró en un proceso denominado reestructuración conservadora, caracterizado por el ascenso de gobiernos que querían recomponer el neoliberalismo en la parte sur del continente. Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina, el Golpe de Estado en Bolivia y la asunción al poder de Janine Añez, Lenin Moreno en Ecuador, Sebastian Piñera en Chile. Todos estos ejemplos conforman un paradigma de gobiernos volcados hacia la “nueva” derecha. Sin embargo, este mapa comenzó a cambiar a partir de tres hechos que sucedieron en poco tiempo: el triunfo de Alberto Férnandez y la derrota del neoliberalismo, la victoria arrasadora de Luis Arce en Bolivia, y por último, el plebiscito en Chile.

chile2
Estos acontecimientos -sostiene Colombo- “estarían mostrando una recomposición de los gobiernos políticos” y proyectan a América del Sur hacia “la reconstrucción de procesos de integración regional, procesos de cooperación política, gobiernos más progresistas y un discurso alejado del neoliberalismo”.
Por último, Colombo dio cuenta de los desafíos que deberá enfrentar el pueblo chileno en los próximos años. En este sentido, se debe conseguir que la constitución constituyente “esté integrada por sectores progresistas, sectores que quieren un cambio real, un cambio estructural de la sociedad chilena”. Estos sectores -además de tratar de conformar una lista de unidad para tener mayor fuerza en la votación- aspiran a que con la nueva constitución se intente “reformar la estructura económica social, hacer una estructura social más orientada a la producción, a la industria, y darle más preeminencia al Estado. Con un Estado más fuerte que limite a los empresarios del sector privado del mercado y que garanticen cierta equidad social y derechos humanos”.