Notas


Azul


El desafío de volver a un aula

Es posible estudiar Historia de los personajes de Azul, asistir a cursos de Inglés, Yoga, Tecnologia, Mundo vegetal y Gimnasia. Para ocupar el tiempo libre o para seguir aprendiendo, lo cierto es que muchos adultos mayores de 50 años se suman a la iniciativa que tiene cada vez más aceptación.

Evangelina Dieguez *


El Centro de Adultos Mayores (CAM) es un programa para adultos mayores. Tiene su espacio propio ubicado en Ronco 783 de la ciudad de Azul y abrió sus puertas en el año 2018, tras un convenio firmado entre UNICEN y la Cooperativa Eléctrica de Azul Limitada (CEAL). La finalidad es brindar talleres a personas adultas mayores de 50 años.

Con respecto al surgimiento de este proyecto, Luis Ventos, director del Programa, afirmó: “La primera experiencia que tiene la universidad con respecto a adultos mayores con un proyecto propio se da en la sede Tandil durante muchos años y, el año pasado, se incorpora la sede Azul también al proyecto de adultos mayores de la universidad”. A su vez, Ventos mencionó que la universidad viene trabajando desde el año 2000 con un proyecto propio destinado a las personas mayores.

Entre las dos sedes, Azul y Tandil, se dan un total de 70 talleres. Estos los llevan a cabo talleristas con distintos perfiles dependiendo la temática de cada uno. Cada tallerista presenta una propuesta, la cual debe ser aprobada por el Rectorado de la Universidad. En ciertos casos, como lo fue el caso de Marina, Profesora de Inglés, que desde el Centro le propusieron a ella dar clases de este idioma en el CAM.
En cuanto al financiamiento, cada persona que asiste a los talleres paga un monto de $350 por cada taller al que concurre. En cuanto al alquiler y al mantenimiento del edificio, la CEAL se encarga de financiarlo. Actualmente, el CAM de Azul cuenta con casi 200 inscriptos en los distintos talleres.

Volver al aula
Cabe destacar que muchas de las personas que concurren a este espacio, ya han pasado por una universidad o instituto terciario y volver a un aula representa para ellos una nueva oportunidad para seguir aprendiendo, pero también representa un desafío.


Otros casos, como el de Gloria, una docente recientemente jubilada, concurrir a estos talleres significa ocupar parte del tiempo libre.
Por otro lado, cabe resaltar que, de entre los alumnos de Ingles, Maria Emilia afirmo que asistir al taller significa “Sentirte vital. No sé si decirte joven”.
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Mientras tanto, los alumnos mencionaron que concurrir al espacio les lleva a sentirse con ganas de hacer cosas. Muchas veces, uno piensa que las personas adultas, una vez jubiladas, se dedican a estar todo el dia en su casa o que, a lo sumo, viajan por todas partes y que ya han aprendido demasiado. Pero, en este caso, ellos han demostrado que, a pesar de la edad, aun tienen las ganas de seguir aprendiendo y hacer nuevas cosas, tal como una persona joven.

Por otro lado, las alumnas de la clase de gimnasia, siendo Aida la vocera del grupo, mencionaron que esta clase les ha cambiado mucho. Con respecto a este tema, Aida afirmó: “Conocemos nuevas personas, tenemos un tiempo para nosotras. Tenemos buenas compañeras, buenos profesores, buenas secretarias” sacando una risa cómplice de sus compañeras de fondo. Para ellas, volver un aula significa tener la capacidad de relacionarse.

Los adultos mayores muchas veces son excluidos de casi todas las actividades. La creación de estos espacios permite que encuentren un lugar donde mantenerse ocupados y vuelvan a sentirse como en aquella época en la que eran estudiantes, pero sin sentirse obligados de ir a estudiar, sino que vayan por voluntad propia.

El desafío de enseñar

Para quienes llevan adelante estos talleres, enseñar a adultos mayores representa desafíos. Eduardo Agüero, quien tiene a cargo el taller de Historia, mencionó: “el desafío más grande pasa por mantenerlos entretenidos, ocupados y que lo que ellos ven es justamente algo que los atrape, que los tengan ocupados y con la mente pensando en otras cosas o en otras cuestiones diferentes. Sobre todo, romper con la rutina que pueden tener ya siendo jubilados”. 

“Para mi ha sido significativo aprender (...) de personas que tienen un montón de experiencias”, dice Eduardo Agüero. En cuanto a su taller, el afirmo: “es presentarles un panorama nuevo. Creo que ese es el principal desafío. Y sobre todo desde la historia que es bastante difícil”.

En cuanto al aporte que le dio esta experiencia, él afirmó: “fue una experiencia enriquecedora, porque tuve por lo menos entre 20 y 25 visiones diferentes de la historia, sobre todo de la historia local”. Por otro lado, el tallerista reconoció la diferencia entre los alumnos que concurren a su taller y los estudiantes de una escuela, afirmando que los mayores “van por gusto” y los jóvenes van por obligación a “bancarse al profesor”.


Sus clases se llevan adelante a partir de textos que previamente él investiga y escribe para que las personas lean en clase y, luego, se contextualiza y se vincula con el tema y el momento histórico que se esté viendo en el momento. Además, Eduardo lleva de visita guiada a diferentes lugares históricos como museos o hemeroteca, mismos que ellos no conocen o conocían de forma parcial.

Por su parte, Fernando Clarke, quien tiene a su cargo el taller de Gimnasia, mencionó que las expectativas de trabajar con adultos mayores es “que ellos mejoren día a día su calidad de vida”.
Con respecto a los desafíos de trabajar con ellos, ambos coincidieron en “Trabajar con gente de distintas personalidades”, siendo Clarke quien reconoció que cada una de sus alumnas tiene diferentes personalidades y debe amoldar al grupo con tal de que todas estén conformes.

En cuanto a cómo se llevan adelante las clases, el profesor aclaró: “generalmente tenemos alguna actividad aeróbica, que cuando está lindo aprovechamos el parque que está acá cerquita y hacemos un trabajo aeróbico en el parque. Después volvemos al SUM del CAM, donde hacemos un poco de actividades de movilidad articular, un poquito de localizado y finalizamos con elongación”.

Por último, Marina, profesora de Inglés, aseguró que el desafío de trabajar con adultos mayores es “tratar de que entiendan, de lograr que con el tiempo puedan comprender sobre todo oral, sobre todo cuando hablen en inglés, de entender lo básico y tomar la idea principal de una pregunta o una situación y después practicar la parte del habla”.

En cuanto a cómo se llevan adelante las clases, Marina mencionó la utilización de internet y el cañón como herramientas que utiliza dentro del aula al momento de la clase. A su vez, añadió: “en cuanto al vocabulario y fonética, y trabajamos continuamente con diálogos de situaciones reales. Así ellos aprenden inglés en un diálogo de situaciones reales, en un hotel, en la calle, se pierden, en el aeropuerto, ir conociendo gente. Vamos trabajando con esos diálogos a ver qué es lo que entendieron, escuchándolos y después damos nuestra versión con nuestras propias palabras cosa que puedan expresarse en inglés”. Agencia Comunica. Facso

* Voluntaria Agencia Comunica