Notas

“La peor acción es la inacción”

>Fue una de las declaraciones del intendente Ezequiel Galli. Varias organizaciones han decidido dar su punto de vista al respecto de los dichos del jefe comunal y sobre la difícil situación alimentaria que está atravesando no solo Olavarría sino todo el país.

Por Eliseo Diaz (Agencia Comunica)

"No creemos que estemos ante una emergencia alimentaria"

Dijo Ezequiel Galli en una conferencia de prensa el día 4 de septiembre, mientras que 8 días después, el 12 de septiembre, el senado aprobó la ley de emergencia alimentaria con 61 votos positivos. El intendente ha quedado expuesto por sus dichos y varias organizaciones han salido a dar su punto de vista sobre el tema. “Con respecto a los dichos del intendente y de cualquier persona que quiera desconocer la emergencia alimentaria nosotros lo que decimos es que si la hay y hace bastante… Y se está agravando mucho”, manifestó Enrique Hohl, miembro del movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y organizador del último verdurazo y panazo en la ciudad.

Esta iniciativa consistió en entregar verduras y pan que pertenecen a emprendimientos productivos a un precio simbólico para la gente de bajos recursos. Se realizó en el barrio Nicolás Avellaneda y en el barrio Mataderos y se entregaron, entre lo que se puso desde el MTE y las donaciones, cerca de 500 kilos de verdura y 70 kilos de pan a aproximadamente 100 familias por barrio.

“Los problemas de salud son por la baja calidad nutritiva de lo que actualmente estamos consumiendo”, afirmó Hohl mientras que sostiene que no solo en la ciudad hay emergencia alimentaria, sino también en toda la provincia y el país.

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“El pueblo en Olavarría está cubriendo la emergencia alimentaria”, expresó Saúl Bajamon, ex concejal y miembro de “Tierra, Techo y Trabajo”. Esta agrupación hace varios meses comenzó a realizar ollas populares en el barrio La Loma, enviando también al barrio Coronel Dorrego. Realizan, todos los sábados por la mañana, 140 raciones para solventar la falta de comedores escolares los fines de semana. “Hace tres años comenzamos a ver esta situación porque nos pasaba con compañeros nuestros… Nosotros existimos solo porque existe el problema”, aclaró Bajamon.

Desde el Comedor Inmaculada manifiestan estar recibiendo gente nueva a pedir la bolsa de alimentos que se entregan todos los meses. Estas personas, por lo general, por la incapacidad de poder pagar el alquiler, se han tenido que mudar a un barrio más alejado del centro y han decidido optar por el comedor para recibir ayuda con la compra de alimentos. “En olavarría no hay hambre porque los chicos tienen apoyo desde que nacen hasta que terminan el secundario”, sostuvo Mabel Antista, referente del Comedor Inmaculada.

“Tenemos un montón de familias que están pasando un mal momento solamente”

Solamente gente que la está pasando mal manifestó Galli; solamente gente con hambre, “gente con familia muy numerosa y también gente grande”, son los que acuden todos los sábados con su taper a pedir una porción de comida. La olla, más allá de la ayuda, se muestra simbólicamente como un llamado de atención para un gobierno que paradójicamente parece estar haciendo “la vista gorda”.

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Lo mismo sucede con los organizadores del verdurazo y panazo que manifiestan que “al no haber diálogo con el gobierno, lo que creímos más conveniente fue visibilizar la problemática y acompañar lo que fue una jornada nacional”. Sostienen que la realidad alimenticia en los barrios está muy deteriorada principalmente por la pérdida de poder adquisitivo de las familias, y el sentido final de esta iniciativa fue acercar un plato de verdura y pan a personas que tal vez sea, manifiestan, el único que comerán en la semana o en el mes.

“Se asiste a 17 comedores”

Así lo expresó el intendente en la misma conferencia de prensa del 4 de septiembre y desde el Comedor Cáritas Inmaculada comentan que “en este momento la contribución del municipio es de 2400 pesos… La última boleta de mercadería, y solo haciendo una compra de lo que hacía falta, fue de 12 mil pesos”. Actualmente es más complicado conseguir alimentos para las bolsas que entregan, y se ven en la necesidad de tener que salir a pedir en varios lugares. La comunidad juega un papel fundamental en este sentido, las donaciones y contribuciones monetarias ayudan a sostener el comedor en este contexto difícil. “Hasta ahora Cáritas Inmaculada se ha salvado”, contó Mabel Antista.

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Con respecto a las ollas populares, desde la CTA conservaban instrumentos desde el año 2001 cuando alimentaban a 500 chicos cuatro veces por semana. Esto implicó un menor gasto para poder volver a poner en funcionamiento la olla. Los alimentos los consiguen a base de colectas que realizan via Whatsapp o Facebook, donde la gente dona lo que hace falta para esa semana o compra un bono contribución de $100. “En su momento le hicimos un pedido al municipio que nos hizo entrega de algo que no sirvió de mucho”, manifestó Bajamón mientras concluyó con que “colabora más con nosotros el gremio camioneros que el municipio”.

“Nosotros miramos para adelante”

La frase también pertenece a Ezequiel Galli, el intendente de la ciudad. Es necesario mirar al futuro, pero un futuro que tenga soluciones. Las que plantean desde el MTE y las organizaciones sociales es que es sumamente necesario modificar el sistema productivo y dejar de ser un sistema agroexportador. Hacer mucho más hincapié en los pequeños productores de alimentos y generar cinturones productivos a lo largo y ancho de las ciudades que puedan abastecer los mercados locales.

La situación actualmente es difícil y la contención por parte de varias organizaciones ayuda a evitar que todo desborde. No es el pasado, ni es un cuento de ciencia ficción, son personas de carne y hueso que ponen todo su empeño en ayudar a quienes más lo necesitan cuando quienes deben hacerlo se ausentan. No hay que taparse los ojos y es necesario ver lo que está pasando. Porque, como dijo el intendente, “la realidad mata al relato”. Agencia Comunica - Facso.