Notas


La Posta: la economía social y solidaria como alternativa concreta

Luciana Pedernera - Agencia Comunica


La Posta es un programa de extensión de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría que propone la producción y el consumo responsable a través de ferias que se realizan una vez al mes. Pero además, es la posibilidad de comprar y vender productos agroecológicos, con un sentido cooperativismo y cuidado del medio ambiente que marca la diferencia.

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“La Posta”, dos palabras y siete letras que adquieren significado con quienes la integran. Este programa de Economía Social, Solidaria y Popular de la FACSO ofrece productos agro ecológicos, frutas y hortalizas, conservas y alimentos panificados con opción a veganos y vegetarianos. ¿Por que hacen hincapié en que La Posta es una feria distinta? Como dice la coordinadora del programa Rosana Sosa, “porque cada productor llega a la feria con un pedido armado, el consumidor una semana antes de la venta accede a un catálogo con las ofertas disponibles y allí encarga lo que desea consumir, lo cual le asegura al productor su venta”. Más adelante aclara que “el catálogo de ofertas se difunde al interior de la comunidad universitaria incluyendo a trabajadores de la universidad y a estudiantes, pero lo encontrás también en la página de facebook La Posta”.

La Posta comienza a crear su identidad en el año 2015. “Surge como una propuesta que se le hace a secretaria de extensión de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría. La idea era tener un espacio institucional para pensar varios proyectos”. Así lo expresa Rosana Sosa coordinadora del programa Economía Social, Solidaria y Popular de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO). Además, en este contexto dice que “nuestro aporte desde la facultad tenía que ver con pensar el consumo y la producción responsable, haciendo de esto también un proceso educativo”.


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En sus inicios La Posta hacia ferias alrededor de la ciudad promoviendo la participación de distintas instituciones. Rosana Sosa recuerda que “proponíamos ferias, abríamos la convocatoria a feriantes y así fue que se empezaron a acercar a los productores”. La esencia de La Posta reside en que “ trabajar en clave de economía social y solidaria” ,. En esta línea dice: “si bien mucha gente hace ferias, no todos trabajan de esta forma”.

Llegando al edificio de aulas comunes del campus universitario se siente olor a tierra húmeda, el día avanza caluroso. Cabe aclarar que anoche llovió pero igualmente es un agradable dia para feriar y compartir. El campus está inundado de tranquilidad, se oyen algunas voces de fondo, si ya cruzaste todos lo edificios veras flamear en uno de ellos dos banderas: una roja y otra naranja. A La Posta has llegado.

La Posta busca trabajar con el o los productores evitando la reventa, “promoviendo de este modo el contacto directo entre quien produce y quien consume, además con una lógica del cuidado del medio ambiente”. La coordinadora de este proyecto reconoce la situación económica actual del país y asume “otra de las facetas de la clave de la economía social es que hay muchos productores que llegan porque se quedaron sin trabajo, nuestro aporte es que comiencen a pensar es que es un medio de vida”. Y aclara esto porque “esta feria tiene sistematicidad, una vez por mes van a feriar en la facultad de Ciencias Sociales y de Salud y ademàs hacemos contacto para que quienes consumen sus productos puedan saber dónde encontrarlos”. De este modo Sosa expresa que “si bien aprovechamos la crisis, la idea de lograr un grupo consolidado tiene que ver con identificar que la economía social y solidaria es una economía alternativa, es decir que va a sobrevivir a las crisis y en todo caso cuando no haya crisis”.


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Es dia de feria, es dia de Posta, el SUM de Aulas Comunes de Campus Universitarios está rodeado de productores y consumidores, la gente entra y sale, por momentos el clima es tranquilo. Hay que destacar que la sistematicidad de este proyecto ha hecho que todos se sientan en familia.

En primera persona

La primer productora de este circuito es Romina Hegoburu. Su producción es familiar: de La Posta participa ella, su compañero y sus dos hijos de uno y tres años. Aclara que sus niños participan en su forma lo cual califica como algo agradable ya que ellos crecen y van aprendiendo. Un tanto afónica porque está mal de su garganta, Romina dice que “con mi familia somos una unidad productiva y tenemos huerta y gallinas. La producción es agroecológica, respetamos los tiempos de la naturaleza. Tenemos productos de estación, bandejas de ensalada y sopa”. Se pueden apreciar sobre la mesa acelgas de gran tamaño y sus hojas y un verde que penetra en los ojos mientras expresa que “nosotros pensamos que era una feria más y cuando nos sumamos más al grupo entendimos que involucra a muchos productores que también elaboran como nosotros de forma sana”.


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A un costado de Romina está Mariana Sandoval, quien cuenta que “hace 2 años que estoy en La Posta. Hago milanesas de soja hace 16 años, canelones, rosquitas, wafles, tengo mucha variedad, todo lo que sea para trabajar lo hago”. Su proyecto inició para afrontar la situación económica y expresa orgullosa que “con las milanesas de soja le pague la carrera a mi hija. Yo trabajaba en el hospital, mi sueldo no alcanzaba y fue la única forma que encontré de afrontar la situación”. Hoy para Mariana esto es una salida laboral y le gusta.

Frente a Romina y Mariana se encuentra Paula Anderete. Sobre su mesa se pueden ver budines, grisines y conservas, envasados prolijamente, listos para llevarlos. Compartiendo mate expresa que “estoy desde el principio del proyecto, siempre tuvimos una respuesta positiva por parte del consumidor. . es gente consciente de lo que compra”. Ella arrancó con este proyecto como una salida laboral y desde antes de llegar a La Posta ofrecía sus productos en ferias o por redes sociales. Sin embargo destaca que ”en la feria vos no sabes qué respuesta vas a tener. Acá en cambio venis con el pedido armado”. Destaca la elaboración de productos artesanales y pensados en lo que su público demanda.

En equipo

Camila, por su lado, se muestra contenta y en su apariencia tímida. “Llegué acá por la casa de Helen Keller. Allí fueron a visitarnos un día y me invitaron”. Camila ofrece pan dulce, pasta frolas, budines y alfajores bañados en chocolate. No es la primera vez que se acerca a este circuito y expresa que “antes vine con cerámica”.


Analia Umpierrez está al lado de Camila y expresa que “represento a un grupo de productores estudiantes que están detenidos”. Ella cuenta que “a partir de un proyecto autogestivo se generó la posibilidad de hacer marroquinería y mosaiquismo”. Los estudiantes privados de su libertad donan lo producido y Analia lo comercializa en ese espacio. De esta manera expresa que “su ganancia sirve para comprar alimentos para los estudiantes o se recuperan materiales para seguir produciendo”. En esta unidad productiva vas a encontrar macetas de cemento, algunas intervenidas con mosaico, cartucheras, bolsos y billeteras.


A un costado de este lugar, SUM de Aulas Comunes del Campus Universitario está Paola Alvarez que tiene una unidad productiva, por demás innovadora. Paola llegó con Roulotté, Roulotté es un emprendimiento de juguetes de tela y objetos de decoración donde su mensaje en el producto final es el consumo responsable. A su lado está Miriam Ayalef que hace dos años llegó a La Posta pero hace 25 años que se dedica a cocinar tortas fritas, pan relleno y muchas cosas más. Paola de Roulotté recuerda “vine un viernes a la hora del almuerzo. Me gustó el equipo, el grupo de trabajo, nunca me había encontrado con una forma de trabajo así, el sistema de pedido te da una seguridad que está buena”. Miriam refuerza la mirada al decir que “en La Posta somos un equipo, compartimos almuerzo, reuniones, para hacer banderines, manteles siempre buscamos mejoras”. Ambas llegan a la conclusión de que esto es una economía horizontal, nadie es más que nadie y expresan “es menos salvaje a lo que estamos acostumbrados desde la economía. Es un sistema único que va creciendo”.

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Maria Eugenia Petesch es la octava productora entrevistada, y asegura que “con mi compañero hacemos todo lo que es con harina integral, prepizzas,pizzetas, tartas precocidas”. En su caso, todo esto surge porque su compañero de vida trabajó en una dietética y allí aprendió a trabajar con harina integral.

Por último, Lorena Salazar que hace dos meses que llegó a La Posta. “Me acerqué a ver cómo era y me quedé. La primera vez vine con un stock, sin pedido, ahora me sumé al formulario y los pedidos fueron pocos pero bien”. De las redes sociales con sus tartas dulces pasó al espacio común del campus universitario.

Este grupo de productores fue creciendo con el paso del tiempo, mientras el programa iba tomando forma. Como dice Rosana Sosa “algunos se fueron, otros llegaron, todo por el boca a boca. La idea de formar un grupo era tener pertenencia y poder tomar decisiones colectivas”. Incluso hay gente que puede ir a feriar a La Posta pero no necesariamente pertenecer al grupo y que siempre están abiertos a sumar más gente. Y hoy tienen como proyecto para el próximo año comenzar a formarse sobre Economía Social, Solidaria y Popular, con la idea de que “sean los propios productores los que formen a otros productores”. Agencia Comunica - Facso