Notas

 

Un banco como símbolo de las diversidades

Luciana Pedernera - Agencia Comunica
La agrupaciòn Mujeres en Movimiento pintó un banco en “La Vela” de la Facultad de Ingeniería, en el marco de la Marcha del Orgullo que se realizó en capital con más de 500 mil personas. Un símbolo para intervenir y visibilizar la lucha de las disidencias sexuales.

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Un banco es unión, es amistad, un banco toma tu cuerpo para que reposes en él, te recibe, escucha, siente y aguanta con vos todo. Sobre él caen lágrimas, risas, a veces el sol le pega fuerte, en otras la lluvia lo lava y así te vuelve a recibir.

Mujeres en Movimiento (MEM) es un grupo de compañeras docentes, no docentes y estudiantes que hacen actividades en paralelo y a veces en conjunto, con la Facultad de Ingeniería. Su primera participación visible fue para presentar el protocolo contra la violencia y la discriminación de género en el programa de ingreso, para continuar realizando actividades el 8M, Día Internacional de la Mujer. Este grupo se reunió con motivo de participar en una intervención que se realizó en los salones de la Facultad de Ingeniería. En esta actividad buscaban interpelar a los estudiantes poniendo sillas con fotos de víctimas de femicidios de nuestra ciudad, lo que se convirtió en un símbolo de que esa persona podía estar en ese lugar pero no estaba porque la asesinaron.

Llegó junio y con él la movilización por Ni Una Menos, un movimiento que viene copando las calles desde 2015 para gritar en contra de los femicidios. En este contexto el MEM se autoconvocó para pintar un banco rojo, que simboliza a mujeres que murieron en manos de hombres que decían amarlas.

Pensando en actividades, participar, intervenir y visibilizar es que Mujeres en Movimiento, quienes además desean replantearse el nombre para poder contemplar a las diversidades, se unió a la Marcha por el Orgullo que se realizó en Buenos Aires. Y en Olavarría decidieron pintar un banco en “La Vela” de Ingeniería, que simboliza la diversidad. Un banco que les donaron desde la facultad y en primera instancia desarmaron, para poder lijarlo, darle color y al que inauguraran luego de rearmarlo para que todos y todas puedan reposar su cuerpo sobre él y hacer historia, interpelar y motivar a continuar.

Marcha del Orgullo

Cerca del mediodía del sábado 2 de noviembre, llegaban a la Plaza de Mayo miles de personas para celebrar la XXVIII Marcha del Orgullo. Con nuevo nombre en el que se contempla a todas las diversidades, dejando atrás las iniciales lgbtq+, portando el rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta en banderas con las que se sienten identificadas, entonando canciones, amando a sus pares, respetando y pidiendo políticas más justas para una comunidad marginada. Robert Massaro, estudiante de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales, compartió su experiencia de haber marchado con más de 500 mil personas.

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Foto: Agencia Presentes


El sol hizo posible que cada uno de los presentes pueda mostrar su arte. Robert expresa que “es mi segunda marcha. La primera fue en 2017 y me quede con una re linda visión, me llenó mucho, me acompañó, fue muy fuerte, ves cosas muy fuertes”. Hoy aclara que “este año se llama marcha del orgullo, se cambió el nombre del año pasado porque las diversidades no querían que se las nombra con esa letrita. En el momento que vos nombras algo estás encasillando, estás institucionalizando”.
En esta misma línea manifiesta que “estamos en un momento de identidades convergentes, nómades, de cambio, en transición, la persona que se autopercibe y se proclama de alguna forma con alguna identidad: yo soy tal. Creo que el nombre que encontraron para la marcha fue muy positivo, no deja nada afuera”.

Robert siguió muy de cerca la organización de este evento y comenta que “estuve muy pendiente de las consignas políticas, porque además de ser una fiesta es un momento de lucha. Somos personas sociales, es imposible pensar esta movilización, ajena a un montón de causas sociales”.

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Cada familia con sus hijos, abuelos, amigos, compañeros, cada disidencia marchó y festejó con consignas. Una de ella fue “basta de violencia institucional”, que se terminen los crímenes de odio. Robert dice que “es ahí donde entran los trans feminicidios, están ocurriendo muchos crímenes de odio, la comunidad trans está bastante golpeada en ese sentido”. En esta marcha pudo apreciar otros contextos y expresa que “vi comunidades de caporales donde había mujeres trans, las miraba y decía ustedes son muy valientes, ustedes vienen acá a decir acá estamos, a hablar por las que no están, las que no van a estar nunca o las que no se animan”.
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La calle es ese lugar que elegimos caminar para llegar a cualquier lugar, pero es, además, el lugar elegido para conquistar las luchas. Por eso le joven asegura que “no podemos dejar de ver toda la lucha que se da en la calle. Se calcula que fueron 500 mil personas, en el momento de crisis que estamos viviendo, para mí todo tiene que ver con eso”. Se visten de los colores y la alegría del festejo para ser escuchados. Hoy hay pedidos claves, necesidades básicas no sustentadas, fuertes recortes en salud que perjudican a las comunidades trans-travestis, a quienes padecen VIH y otras enfermedades que se creían terminadas y por falta de vacunas reaparecieron. Es por esto que Robert pide “sí, vamos a festejar, me parece súper necesario que nos celebremos, pero no podés dejar de ver lo que está pasando”.

Comunicarnos con nuestro par desde lo inclusivo es un desafío. Estudiante de antropología, lleno de energías y con una visión propia de todo lo que atraviesa la sociedad, Robert Massaro es una persona llena de carisma y actitud que ve el lenguaje inclusivo como “una herramienta que viene a marcarnos que fuimos creados con un chip binario y binario para todo y no solo para cuestiones de género, ese sistema binario que nos hace reproducir la desigualdad”.

Muchas veces desea llegar a otras personas, pero entra en discusión consigo mismo y expresa que “quiero decir algo importante, quiero hablar con perspectiva de género pero si digo la e se olvidan de lo que estoy diciendo y se quedan con ¡ay este habla con la e!. La importancia del mensaje se pierde porque hablaste con la e”. En esta línea plantea que “está todo en movimiento. lo importante es estar predispuestes a recibir, a permitirnos instalar y plantarnos a decir desde la duda y la pregunta”.

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Foto: Agencia Presentes


Con sus pupilas titilando de emoción, desbordado, Robert recuerda que “en la marcha me crucé muchas familias con padres heterosexuales, llevando a sus niñes con arcoíris en sus caras”. Los niños son otro eslabón de esta sociedad, quizá los más frágiles. Robert trabaja con niños, da talleres de ESI y teatro y en este contexto enfatiza que “yo considero y esto lo aprendí de Susy Shock, que ante toda pregunta hay una respuesta y si no hay una respuesta vamos a construirla y sobre todo cuando se trata de niñes. No solo la e porque sí, tengo mi porque y si lo necesitan se lo voy a explicar. Eso con algunos niños me ha pasado, con otros me ha pasado de decir bueno, entendieron todo y ellos mismos me corrigen a mí, te interpelan ellos”.

En la actualidad medios de comunicación audiovisuales más hegemónicos le están dando visibilidad a las disidencias, ¿Alcanza con mostrar personajes homosexuales o trans en novelas de televisión? “En la televisión argentina están haciendo un homenaje bastante importante tratando la temática de género, me llama mucho la atención. Pero sigue siendo la pata más hegemónica, la que muestra todo muy bello, muy color de rosas”. En este sentido analiza que “están haciendo un intento por mostrar esto, están captando las identidades muy bien, desde un punto de vista psicológico social y humano, me preocupa hasta qué punto pueden tratar la temática con el respeto que se merece”.


Está televisión hegemónica le genera desencuentros y por eso agrega que “por qué tiene que haber una producción en televisión para que salga esto, qué nos está pasando. Me genera sensaciones encontradas porque sí, yo quiero que a la persona que hoy no estoy llegando ni con mi trabajo, ni con mi militancia, quiero que prenda la tele y vea esto. Pero hay que ser responsable”. Agencia Comunica - Facso