Notas

Paseo de verano sobre lectura y tecnología

Bibliotecas Populares: espacios que conviven con los avances tecnológicos

Un recorrido por la Biblioteca Popular Armando Collinet y la Biblioteca Popular 1ro de Mayo, dos espacios que sobreviven a la tecnología con la lectura de socios antiguos y la ausencia de los jóvenes.

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Luciana Pedernera * Agencia Comunica

Mañana de verano agitada en las calles olavarrienses, algunas cuadras separan la Biblioteca Popular Armando Collinet de la Biblioteca Popular 1ro de Mayo, dos lugares de características muy similares, los libros como actores principales. Sobre ese recorrido la ciudad se encuentra en su rutina, caminan a intensos pasos personas llenas de pensamientos, pero en su mundo, atendiendo el celular. Auriculares sobre sus orejas entonando sonidos musicales, en un rincón alguien desesperado revolviendo sus pertenencias, buscando lo perdido. Más allá alguien esperando el colectivo, parece ser que cada cual tiene un lugar asignado, un rol que cumplen a la perfección. 


La primera parada de este recorrido lleno de páginas, frases y mucha tranquilidad es en Alsina 2659, en la Biblioteca Popular Armando Collinet, espacio con 110 años de antigüedad. El 25 de julio de 1909 un grupo de docentes le dio vida a este lugar que después tuvo como presidente a Armando Collinet, una reconocida personalidad de la ciudad que dio nombre a la biblioteca.

Al llegar al edificio te encontrarás con un cartel que avisa la llegada a destino, al entrar por la primera puerta vas a sentir un pequeño viaje en el tiempo: a tus costados dos escritorios, uno de cada lado, ambos a un costado poseen amplios espejos. Pero al levantar la vista podrás ver la entrada, una puerta antigua y amplia de color marrón, por la que verás el interior. Antes de entrar a conocer este lugar hay que hacer un “ring” para que atienda. Listo, llegaste.

La atención de esta biblioteca está a cargo de Carmen Spinella, quién arribó a este lugar en el siglo pasado, aproximadamente en 1995. Para ella transcurrieron muchos años, pero no han hecho más que mostrarle los cambios que ha transitado su espacio de trabajo. La tranquilidad y el orden prevalecen, ella sola se encuentra dentro de uno de los salones de la biblioteca, el resto está repleto de sillas y sillones vacíos, pero rodeados de historias.

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Sala de consulta de la Biblioteca Popular Armando Collinet (Alsina 2659)


El aroma es fresco y puro, decenas de libros desde los estantes desprenden olores que te hacen viajar en el tiempo. A tu derecha atravesamos la primera sala, inmensa, alta, dos pasos y estás adentro. La mesa de las novedades casi vacía, los libros más actuales están en manos de sus socios. A tu izquierda otra sala más, está con un primer piso, pedí permiso y subí, admiraras atónito todo lo que hay a tus costados y también debajo, Carmen, la bibliotecaria te mirará maravillada y lucirá todo lo que allí hay, con palabras mágicas. Este lugar es como estar dentro de una novela, de Florencia Bonelli, Andrea Milano o Gloria Casañas, te transporta.

Carmen está detrás de un escritorio enorme que no para de brillar, muy cerca de la entrada, desde allí puede apreciar quien desea entrar. A su alcance no hay nada más que lo necesario, un par de hojas en blanco, una computadora de escritorio y lapiceras. Sentada en su sillón, manifiesta que “mi trabajo es la atención de público, hago el préstamo, ingreso libro, saco fotocopia, porque hacemos anillados, fotocopias, plastificados. Cada tanto hacemos reubicación de libros, limpieza. Acá todos los días hay trabajo”. Entre risas confiesa que para muchos el trabajo de las bibliotecarias es atender gente y prestar libros, pero nadie conoce cada saga, toma y autor como ellas, que además le han dado la ubicación y el orden que prevalece en cada uno de sus espacios.

En su piel de bibliotecaria expresa que, aunque todos los días alguien nuevo siente el deseo o a veces la necesidad de tocar decenas y cientos de hojas para enardecer los ojos y reavivar el pensamiento los socios más viejos son los que permanecen. Todos al tanto de las novedades literarias que ofrecen escritoras como Florencia Bonelli, Viviana Rivero, Gloria Casañas, lectores muy románticos, tampoco faltan quienes aman los policiales y las novedades de Gaturro.

Biblioteca 7 Entrada a una de las salas de la Biblioteca Popular Armando Collinet


Muchas de las adquisiciones en novedades literarias se compran con dinero que llega desde la CONABIP que es la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares quien otorga un subsidio de gran aporte para todas las bibliotecas populares del país. Este subsidio les permite comprar libros a mitad de precio en la feria del libro y Carmen expresa con emoción “¡Eso es mucho, significa mucho!”. Los aportes y sostenes económicos también llegan desde el gobierno provincial y municipal además de la cobranza de los socios.

La Biblioteca Popular Armando Collinet sigue su transcurso a diario ya que Carmen Spinella como bibliotecaria y Alejandra Dublanc como directora, son la cara visible de estos rincones. Pero hay una comisión que permite la realización de las actividades. Las bibliotecas populares pertenecen a los socios que son quienes reviven constantemente estos lugares.

Durante el año en las instalaciones de la biblioteca hay actividades como talleres de idioma inglés e italiano. Carmen comenta que “el año pasado estuvo abierta la inscripción para tejido, pero no hubo gente, después también hubo un taller de encuadernación”. Y casi con lamento dice que “se llama, pero no hay convocatoria. Como es algo que se paga no hay gente, en este momento que estamos”. Aunque no deja de destacar que los talleres de idioma siempre han funcionado.

Las bibliotecas no son solo sitios con pilas de libros que te inunda de aromas y sensaciones. Son espacios para la cultura y el encuentro, aquí no faltan una o dos veces al mes las presentaciones de música, autoras locales que la eligen para presentar sus libros, Andrea Milano y Rocha Campos. Los niños y adolescentes también son partícipes con sus llegadas a la biblioteca mediante visitas escolares que están a cargo de la directora Alejandra Dublanc.

Biblioteca 8Biblioteca Popular Armando Collinet


Siendo atravesados por la tecnología, la adquisición de internet es indispensable. La biblioteca no deja de ser ese lugar de estudio donde el ambiente cumple con todo para una concentración que permita obtener todos los conocimientos suficientes. La biblioteca posee internet para quienes lleguen allí a estudiar y para el manejo de los programas específicos y/o redes sociales del espacio. En este contexto es clave la relación de los libros en papel con la tecnología.

¿Es lo mismo leer desde el celular o la computadora que tener entre tus manos una pila de hojas que desprende olores e ideas inimaginables? Más de uno debe pensar en donde quedaran las pilas de diarios, revistas y libros que están en estos lugares que a veces solo parecen tener recuerdos para quienes no los recorren a diario. El sentido de pertenencia y la libertad de poseer la lectura entre tus dedos es una sensación que deberías experimentar.

Carmen Spinella, como bibliotecaria y conocedora de las rutinas expresa que “los libros y la tecnología se llevan más o menos, hay un trabajo constante con los socios que retiran novelas, hay muy pocos jóvenes y chicos. A consultar en sala casi nada, nada que ver a cuando yo entré en el 95/98, en la sala teníamos 100 personas por día y fotocopias era cantidad, no dábamos a basto, nada que ver ahora, esto ha decaído muchísimo”. 

Al salir de este lugar hay que volver a enfrentar cuatro cuadras de rutinas para llegar al próximo destino. El mundo sigue, la ciudad está avasallada por las obligaciones, lejos está la posibilidad de mirar a un costado, pero el sol brilla sobre cada paso que puedas dar. Hay que reconocer que es una mañana de verano y muy pocos tienen ganas de estar cumpliendo órdenes y llegando a destino.

“Los libros y la tecnología se llevan más o menos, hay un trabajo constante con los socios que retiran novelas, hay muy pocos jóvenes y chicos. A consultar en sala casi nada...”.

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Con la mente en el entorno y cuidando de que ninguna baldosa fuera de lugar trastoque la próxima visita un cartel sobre la vereda indica la llegada a destino, Dorrego 2557. El edificio casi que se repite, aunque no te reciben dos espejos y un timbre, la puerta inmensa y antigua que hoy está abierta, en otras ocasiones necesitará de todas tus energías para abrirte paso, es pesada, y si sos de baja estatura el picaporte atraviesa tus ojos imponentemente. Pero allí está Yolanda Pérez, bibliotecaria a cargo de la recepción de la Biblioteca Popular 1ro de Mayo.

Yolanda llegó a la Biblioteca Popular 1ro de Mayo después de trabajar en otra biblioteca de la ciudad, primero fue un trabajo de medio turno y luego se quedó allí. Su trabajo desde siempre, ha sido catalogar y clasificar libros, ingresarlos al sistema que ofrece la CONABIP (este sistema de catalogación y carga de libros solo pertenece a las bibliotecas populares) y atender. Expresa que, “en el turno normal de la biblioteca que es de 8hs a 12hs y de 15hs a 19hs. de ocho a diez estoy sola y tengo que atender, ya después estoy con mi compañera”.

La biblioteca tiene 107 años y fue fundada por un grupo de jóvenes del partido socialista de esa época, Yolanda habla de que “no hay mucho registro de esa época”. Los jóvenes en aquel momento fundaron el espacio como una biblioteca para la comunidad, separándose de lo partidario. Hoy ella, como cara visible dice que “en el año 2001-2002 se empiezan los trámites con CONABIP y a partir de ahí pasa a ser popular, ya no es del partido socialista es de los socios”. La biblioteca no perteneció siempre al edificio que ocupa en la actualidad, que pertenece al partido socialista, pero mediante un comodato le da vida a la biblioteca que recorrió varios espacios de los cuales no se tiene registro.

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Yolanda Pérez bibliotecaria de la Biblioteca Popular 1ro de Mayo (Dorrego 2557)


Es una mañana agitada, la sensación es distinta a la visita anterior, quizá porque la puerta abierta invita a pasar y desde allí llega el sonido de los vehículos, bocinazos y voces que entran sin pedir permiso. Este lugar es mucho más pequeño que el anterior, pero los libros tienen magia. El estante de las novedades que se encuentra a un lado del escritorio de la bibliotecaria y está casi vacío, en unos días cierran por vacaciones y los socios llegaron a llevarse sus provisiones literarias para esas tardes de verano, mate o té y mucha vereda.

En referencia a los socios Yolanda explica que “hay de todo, antiguos que son los que más concurren y después continuamente se están haciendo socios, el caudal mayor de gente que viene a la biblioteca es mayor de 60 años que son los que más leen y le gustan las novelas”. Mientras en su mente ronda el pedido de fotocopias de una señora muy alegre, al marcharse la charla continua, “las novelas que más salen son, las románticas históricas, las románticas, después hay una selección de policiales y suspensos les gusta mucho”.

Entre uno y otro comentario llega otro visitante con ganas de curiosear, claramente es una mañana agitada. La bibliotecaria le ofrece ayuda y el señor muy amable confiesa “tengo casi 80 años, soy de Olavarría y es la primera vez que entro acá”. ¿Cuántos se darán el lujo de llegar hasta la puerta y entrar? ¿Cuántos serán quienes se animen a llevarse un ejemplar? Las bibliotecas, espacios que sostienen el alma y la memoria, un lugar abierto a todo el público, pero del que algunos pocos se llevan las sensaciones debajo de sus brazos y en el corazón. Entraron algunas personas mas y la pregunta fue si todos los días eran así de concurridos y su bibliotecaria respondí “Sí, a veces más, a veces menos. Pero ahora, en verano, que estamos hasta las 14hs, hasta las 13hs hay más movimiento, no me aburro nunca”.

Biblioteca 3Yolanda junto a dos nuevas socias en la Biblioteca Popular 1ro de Mayo 

El sostén económico al igual que en la Biblioteca Popular Armando Collinet llega desde subsidios y socios, pero además le agregan la venta de libros y anotadores que son vendidos en ferias. Actividades que le dan vida a cada rincón de historias, espacios populares que están destinados a crear lazos llenos de experiencias así es como llegan las visitas guiadas solicitadas por las escuelas de la ciudad. Mes a mes las ferias de libro y los cafés literarios, mientras que cada fin de semana la biblioteca se viste de música con jóvenes que buscan divulgar su creatividad artística.

De a poco internet fue siendo transversal a todas las actividades que surgieron, los avances tecnológicos, comenzaron a ocupar un lugar preponderante en estos lugares que se están adaptando a su uso, pero no de forma masiva. Al igual que la Biblioteca Armando Collinet, el sistema de registro de libro se hace mediante una plataforma ofrecida por la CONABIP que requiere de la utilización de una computadora y acceso a internet. Pero más allá de esto, casi en primer lugar, están los lectores es por eso que Yolanda comenta desde su mirada que “el lector de libro en papel, no se ha ido por el libro electrónico. Los chicos si en la escuela le dan literatura obligatoria, la sacan de internet o hacen fotocopias, pero no vienen. Siento que con la tecnología mucho no cambió, el pibe que no lee, sigue sin leer. Los que más leen son los jubilados, después hay un porcentaje de jóvenes que han sido lectores toda su vida y vienen a buscar libros, pero son los menos”.

“Ell lector de libro en papel, no se ha ido por el libro electrónico. Los chicos si en la escuela le dan literatura obligatoria, la sacan de internet o hacen fotocopias, pero no vienen...".

Biblioteca 1Biblioteca Popular 1ro de Mayo

Estos espacios populares corresponden a todo un circuito que hay en la ciudad de Bibliotecas Populares. Tomar el desafío de abrir un libro, absorber su aroma y todas las letras y pensamientos que emanan sus páginas corresponde a aquella persona que ame la lectura y que pueda transmitir esa pasión. Tomar la decisión de leer un libro es un viaje de ida, la apertura hacia un nuevo mundo y la conquista de nuevos pensamientos.