Notas

La maternidad de a dos mamás

El deseo de ser madres se convirtió en una fuerte decisión para Yamila y Magalí. Y juntas se convirtieron en la primer pareja olavarriense del mismo sexo que encaró una co maternidad. Cuales fueron sus desafíos y cómo están hoy, en una sociedad en proceso de cambio y aceptación.

dos mamas y un bebe

Sol Sraiber * Agencia Comunica

El ginecólogo y especialista en fertilización asistida Ricardo Fodere fue quien se encargó del proceso médico de la pareja, que además pasó por el Registro Civil para casarse y poder tener los mismos derechos como mamás de Ismael. El médico define a la fertilización asistida como “toda aquella que se realiza bajo indicación médica cuando una pareja no puede concebir después de un año de búsqueda, si son jóvenes, y después de los 6 meses si tienen más de 35 años”.


Fodere también se refirió a las técnicas disponibles que pueden ser de alta o baja complejidad. “Baja complejidad son todos los tratamientos médicos que hacemos en el hombre o en la mujer y consiste en medicamentos, en instrucciones accesorias o algún procedimiento realizado en el consultorio. La concepción se realiza de forma natural dentro del organismo de la mujer, no interviene un laboratorio para generar la fertilización”. Y las técnicas de alta complejidad “es donde se extraen los ovocitos de la mujer, se procesan los espermatozoides del varón que también se pueden extraer del aparato genital masculino, y en el laboratorio se realiza el procedimiento de fertilización que puede ser in vitro, en el cual las dos gametos masculina y femenina hacen su trabajo de fecundación o bien asistido con una técnica que se llama Icsi (microinyección Intracitoplasmática de espermatozoides) dentro del cuerpo del ovocito femenino de la cabeza de un espermatozoide”.


Magali donó sus óvulos a Yamila, se compró una muestra de semen, se realizó la fertilización in vitro y luego se lo implantaron a Yamila, que llevó en su vientre el embarazo. “Tuvimos que hacerlo todo de manera privada porque a pesar de tener una prepaga no llegábamos con los requisitos, entre ellos poseer problemas de fertilidad, que no era nuestro caso”, relató Yamila y además agregó que debieron sacar un crédito para pagar los procedimientos. Todo por el deseo profundo de ser madres.

Ambas tuvieron la fortuna de contar con familias que aceptaron su decisión y que reaccionaron muy bien a la decisión de ser madres. “Todos estaban re contentos y eso te hace sentir bien porque sabes que lo que venga con vos va a ser bien recibido también”, expresó Yamila. En cuanto a la sociedad, ella nunca se ha sentido discriminada pero tampoco le interesa la opinión del resto. “Si no te interesa no mires, tenés otros 320 grados para mirar”.

La joven hizo referencia a la aceptación o no de la sociedad en cuanto a la maternidad o paternidad de a dos y la dividió en dos. “Las personas de hasta 25, 26 años es muy abierta y acepta. De ahí para arriba les cuesta, pero como viene una generación muy fuerte empujando a que acepten o acepten es casi una imposición y está bueno que vayan corriendo a las generaciones más grandes que les cuesta más”.

La vida cotidiana las ha puesto en lugares que toman con naturalidad, pero son conscientes de que viven en una etapa de cambios sociales. Yamila recuerda que las mamás del jardín le han preguntado cómo explicarle a su hijx que un compañero tiene dos mamás. “La idea es decirles que hay nenes que les toca tener dos mamás. Y punto. Los chicos obtienen la respuesta y siguen con su vida. Los grandes deben sacar el prejuicio y el peso a la situación”. Además agregó que “el problema está cuando la persona va creciendo en un núcleo familiar que es prejuicioso, negador y discriminativo, entonces etiquetan y ponen el prejuicio, la diferencia y los chicos no pueden negar lo que maman, más allá de lo que viven. Por eso también hay chicos que tienen una suerte de rechazo o les cuesta mucho más aceptar este cambio”.

El proceso de fertilización asistida

El doctor Fodere explicó que para llevar a cabo el proceso “necesitamos un ovocito y un espermatozoide sanos genéticamente, un útero sano y si se hace por vías de inseminación o de baja complejidad las trompas sanas también porque de lo contrario existe riesgo de un embarazo fuera de lugar”.

También habló sobre la duración del tratamiento. “Un procedimiento estándar dura 14 días hasta el procedimiento que involucra la fertilización. Luego de la transferencia o de inseminación se esperan otros 14 días para hacer el test cualitativo y cuantitativo donde determinamos la cantidad de hormonas de embarazo circulante en el cuerpo de la mujer, y de acuerdo a los valores de esa hormona circulante sabemos si el embarazo es de buen pronóstico, de regular pronóstico o de mal pronóstico, en estos últimos casos con riesgo de aborto”. Y agregó que “el embarazo conseguido por un tratamiento de fertilidad, una vez que está fertilizado y es uno solo tiene el mismo desarrollo que un embarazo espontáneo y natural. El riesgo puede estar cuando se transfieren más de dos embriones y ocurre un embarazo múltiple, embarazo gemelar o el embarazo triple que ya configura una problemática en la mamá de esa pareja que puede llegar a complicarle el embarazo y configura un embarazo de alto riesgo”.

Un dato muy importante que agregó el obstetra es que “una vez que se transfieren los embriones o se espera una fecundación la tasa de fertilidad ronda alrededor del 30% por intento. La fecundabilidad en una pareja normal que tiene relaciones en el día adecuado y cuando está todo en condiciones ideales es del 25%, muy baja en la especie humana, 1 de cada 4 se va a embarazar en su ciclo buscándolo, es decir que elevamos un 5% con estos procedimientos”.

La ley

En nuestro país la Ley 26.862 de Producción Humana Asistida o Fertilización Asistida data del 2013. La misma establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo.

Fodere define a la Ley como “un avance formidable” para nuestro país, que además considera a la esterilidad como una enfermedad más. Aunque también es consciente de que debe actualizarse y modernizarse porque aún faltan cosas por mejorar, y en esto hace una diferencia en cuanto al sector público y privado de salud. “La diferencia son los tiempos y la disponibilidad que requiere. En el hospital público son pocos los que realizan estos tratamientos por ende hay una lista de espera muy larga y el sistema está saturado”.

Y pese a que según la Ley todas las pacientes que posean obra social deben contar con la cobertura de su tratamiento porque está dentro del Plan Médico Obligatorio no siempre sucede, y no siempre los tratamientos se cubren al completo. Fodere se refiere a los costos del proceso. “Dependen de los tratamientos que se necesite hacer, un kit de protocolo de medicamento sencillo que es para obtener 1 o 2 óvulos que otorga por ejemplo IOMA está por arriba de los 80.000 el frasco y a veces se necesitan 3 o 4 para una pareja. Y el procedimiento generalmente equivale a un 40% del total de los costos de los medicamentos, asi que si una paciente particular tuviera que hacerlo con un medicamento y procedimiento estándar sin ninguna práctica agregada puede salir $250.000, de ahí varía el costo dependiendo la práctica que se haga”.