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“Dejando Huellas”, por un trabajo más democráctico

Cuidadoras domiciliarias y la experiencia de trabajar de manera asociada

El esfuerzo las llevó a conformar la cooperativa. Hoy, ofrecen la posibilidad de acompañar, proteger y garantizar los derechos laborales de un rubro que, históricamente, se ha encontrado sin respaldo: el de las cuidadoras domiciliarias.

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Inauguración de la Cooperativa de Trabajo "Dejando Huellas", el 7 de diciembre del 2022. Fuente: www.soc.unicen.edu.ar

María José García - Agencia Comunica

30/01/2022

Lo más importante para comprender lo que vendrá después es saber de qué hablamos cuando hablamos de cooperativas. Especialmente, cuando se trata de asociarse en un rubro tan autónomo como lo ha sido el de las cuidadoras domiciliarias de adultos mayores.

En primera instancia, la idea podría parecer amarga para algunas personas que están acostumbradas a trabajar solas y a tener sus propios clientes. Sin embargo, Miriam Freyre, presidenta del Consejo de Administración de la cooperativa, y Araceli Pacheco, cívico de la  misma, son dos cuidadoras capacitadas que detallarán las cuestiones por las que, trabajar de manera asociada, solo puede traer beneficios para quienes han trabajado siempre de manera invisibilizada. 

Por ello, destacan que pertenecer a una cooperativa es “tener un grupo en el que se trabaja en partes iguales, se gana en partes iguales y tiran todas para un mismo lado. También es tener un trabajo con contrato y un sueldo asegurados, un seguro de vida, un respaldo y la garantía de que si sucede algo, siempre vas a estar respaldada por la cooperativa”.

Dejando Huellas está integrada por seis profesionales, Miriam Freyre, su presidenta, y las cuidadoras Guadalupe Comensoli, Karina Barrios, María de los Ángeles Gómez, Valeria Saucedo y Araceli Pacheco. Todas ellas realizaron, durante el 2019, el Curso de Formación de Cuidadores Domiciliarios, que se dictó en la Facultad de Ciencias Sociales en el marco de un convenio entre la Unicen, el Municipio de Olavarría y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Hace casi dos meses, se presentaron formalmente e inauguraron su espacio de trabajo. En la inauguración, apuntaron a brindar un trabajo del adulto mayor de manera integral y con calidad. Y esto es lo que han logrado gracias al aprendizaje y el trabajo en conjunto. Pero para llegar a este punto, tuvieron que pasar por un largo proceso…

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Integrantes de la cooperativa junto a la Decana de la FACSO y autoridades. Fuente: www.soc.unicen.edu.ar

El nacimiento de Dejando Huellas

“Nosotras Iniciamos el curso en agosto del 2019, hubo una selección de personas que se anotaron en el curso a través de un examen con una psicopedagoga. Las primeras clases trataban de asociativismo y cooperativismo, por un lado, y de que se trataba el cuidado del adulto mayor, por otro lado. Eran clases de cuatro horas, martes, jueves y sábados”, cuenta Miriam, la presidenta.

“Durante la capacitación aprendimos todo lo que tiene que ver con los cuidados, como así también aprendimos leyes, cuestiones de la Organización Mundial de la Salud, y los derechos del niño y del adulto. Finalmente, el último mes de curso, se trataba de crear una cooperativa”, comparte y añade: “para ello elegimos a un par de personas que podrían tener un perfil para la organización y empezamos a juntarnos, aunque con muy poca frecuencia porque la mayoría no le gustaba y tenían el miedo de que la cooperativa no les iba a permitir trabajar en otro lado de manera autónoma”, se lamenta.

Sin embargo, “nosotras seguimos aprendiendo y formándonos. Fuimos a un Congreso de Cooperativas en Bolívar donde conocimos a Alberto "Tito" Miotti, consejero de Coopelectric, y él nos dió su acompañamiento desde cómo formar y qué es una cooperativa en sí. Nos acompañó siempre, nunca nos soltó la mano”, agradece Freyre.

Todo marchaba bien en la conformación de la cooperativa. Sin embargo, “pasó lo de la pandemia y quedamos un poco varadas. Pero, en agosto del 2020, retomamos un poco y nos ponemos en contacto con Gustavo Sosa, un abogado que trabaja para el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), y nos pide la documentación y el expediente de Dejando Huellas para presentarlo”, relata la presidenta.

La documentación se entrega y “un día, el 23 de diciembre del 2020, abrimos nuestro correo y vemos que se había adjudicado la matrícula de Dejando Huellas. Esto fue emocionante, casi siendo navidad, fue como un regalo debajo del arbolito”.

En este momento, Coopelectric las acompaña y les cede un espacio para realizar las actividades de la cooperativa de cuidadoras. Comenzaron a “buscar un contador, aprender a hacer los libros contables y capacitarnos en todo lo que conlleva llevar a cabo una cooperativa”, detalla Miriam.

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Sobre la izquierda, la presidenta de la cooperativa, Miriam Freyre. Fuente: www.soc.unicen.edu.ar

Brindar un trabajo integral

Los principios de la cooperativa son, en primer lugar, que “apuntamos a cómo proteger a la cuidadora en el trabajo y también al adulto mayor, siempre desde la responsabilidad que tiene cada una en hacer su trabajo”, puntualiza Miriam Freyre. Para ello,  “nos dividimos por turnos, 12 h diarias divididas en dos módulos de 6 h y luego un módulo de 12 h por la noche. Sin embargo, cuando el adulto mayor tiene alguna patología que hace que el trabajo sea más arduo, los módulos se hacen de menos horas para no sobrecargar a la cuidadora”, detalla.

Lo que “nos destaca es que realizamos un trabajo integral porque integramos en el cuidado a todas las patologías psicológicas, psiquiátricas, motrices o el adulto sano que solo necesita acompañamiento”, puntualiza la presidenta. 

En cuanto al proceso de contratación, “viene la familia a nuestro establecimiento a solicitar una cuidadora y nos cuenta sobre la situación del adulto mayor. Luego, vienen con este o vamos nosotras y hacemos una evaluación en primera persona”, explica.

En este sentido, Araceli Pacheco, una de las cuidadoras de Dejando Huellas, detalla que “nosotras realizamos un trabajo colectivo y en equipo con el adulto mayor. Observamos si puede jugar a las cartas, cocinar con nosotras, integrarse a las actividades o si se acuerda en dónde están las cosas”, y añade: “desde ese lado se busca la motivación del adulto mayor, siempre respetando los límites de hasta dónde pueden llegar ellos y hasta dónde podemos ayudar nosotras”. 

Para ejemplificar, cuenta que “hemos tenido abuelos que, al principio, no se movían de la cama y hoy andan en bicicleta. Esto es muy gratificante para nosotras. Y para lograr esto, se debe evaluar cómo se desarrolla el adulto mayor y dar un diagnóstico de cómo le afecta todo a su alrededor. Estamos profesionalmente preparadas para poder avanzar con ellos”, destaca Araceli.

Además, desde el lado de los beneficios para las trabajadoras, Miriam destaca que “la cooperativa garantiza un trabajo progresivo y le da el respaldo a la cuidadora de estar protegida durante el trabajo. Somos monotributistas, tenemos un contrato interno”. 

Algo importante es que allí se detalla que “cuando entramos a trabajar a un hogar y no logramos hacer un vínculo con el adulto mayor o con la familia, o si a la familia no le gusta cómo trabaja la cuidadora, es posible avisar con anticipación y realizar cambios sin ningún problema. Así se encuentran respaldadas las dos partes”, ejemplifica.

Para ilustrar las diferencias, Araceli Pacheco cuenta que “trabajé toda mi vida cuidando adultos mayores. Y esto de entrar a la cooperativa, al principio, me costó mucho porque sentía que no me iba a favorecer ya que yo tenía a mi gente y sabía quienes me iban a tomar para el trabajo”, cuenta.

Sin embargo, “con el tiempo, aprendí a trabajar con ellas y me di cuenta que era necesario una cooperativa en la que nos uniéramos todas para trabajar en equipo, porque sino cada cual trabajaba independientemente, ganando algunas más y otras menos. Eso no es justo. En cambio, por intermedio de la cooperativa, podemos hacer un grupo en el que se trabaja en partes iguales, ganando lo mismo y yendo todas para el mismo lado”, destaca la cuidadora. 

Esto es clave, porque de manera autónoma “vos te podés manejar sola, pero no tenés el resguardo de la cooperativa. Siendo parte de ella tenés un seguro de vida y un trabajo con salario seguro, porque ha pasado que hay familias que no te pagan. Sabés también que si te sucede algo algún día, alguien te puede reemplazar. O sabés que si un adulto mayor ya no requiere de tus cuidados por diversas cuestiones, no te quedas sin trabajo, porque la cooperativa siempre va a tener un trabajo para vos”, precisa Araceli.

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Un sueño logrado después de mucho trabajo. Fuente: www.soc.unicen.edu.ar

En cuanto a la organización de la cooperativa y el trabajo en equipo, Miriam Freyre detalla que “cada hogar en el que se forma un grupo de cuidadoras se llama burbuja, y en cada una de ellas hay una coordinadora que evalúa como va avanzando el adulto mayor. Quizás lo que, actualmente, más nos está costando es organizar que cada una de esas burbujas aprenda a trabajar en sociedad, de manera organizada. Que estén en comunión entre ellas y con la familia. Pero son cosas que se van aprendiendo”.

En este sentido, para Araceli tiene que ver con que “a veces no se sabe lo que es una cooperativa. Porque no es que sea un grupo, sino una sociedad. Es asociarse y cooperar entre todos, tener beneficios, estar respaldados y ser solidarios. Eso es lo que nos caracteriza como cooperativa”.

“Para ello, hacemos reuniones, nos enseñamos mutuamente, informamos a todos, hay transparencia, se comparten los trabajos y se anota todo lo que hacemos. Acá todas sabemos todo, porque así funciona mejor”, afirma la presidenta.

Finalmente, las cuidadoras muestran su entusiasmo por comenzar este 2023 de la mejor manera, aprendiendo a superar obstáculos, trabajar en sociedad, participar en eventos, y encontrar a más socios para generar una mejor seguridad laboral para las cuidadoras domiciliarias de Olavarría, un rubro que ahora se encontrará más democratizado para quienes deseen ser parte de la cooperativa de trabajo Dejando Huellas.