Notas

El desafío, la astucia y los logros de emprender en cuarentena

Momento de estar adentro. Pero no de quedarse quieto. Para muchos, la cuarentena fue un tiempo de creatividad y de emprender aquellos proyectos anhelados. Y con resultados y aprendizajes más que positivos.

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Fernanda Alvarez - Agencia Comunica

11/09/2020

¿Alguien pudo suponer que la cuarentena sería un momento de quietud? Todo lo contrario: mayor tiempo en casa resultó un aprendizaje para muchos que se animaron a concretar lo que ya tenían en mente desde hace tiempo. Las redes -especialmente Instagram- potenciaron el efecto positivo de cientos de emprendimientos que se pusieron en marcha en los últimos meses, pero que ya habían nacido como ideas.
Desde comidas y postres caseros y naturales hasta lencería. Desde cuentas para intercambiar lecturas a apoyo pedagógico en tiempos de pandemia. Desde estudiar y aprender a cortar el pelo por zoom hasta lanzarse a vender ropa y elementos específicos para ciclistas o la producción y venta a todo el país de pañuelos con estampas originales. Los emprendimientos son diversos y hay público para todos y cada uno. A todos los une el modo de comercializar, a través de lo virtual, una manera que pocos imaginaron como posible, que fueron conociendo y con la que se fueron amigando. Aquí, algunos ejemplos de los que hicieron frente al aislamiento, generaron un ingreso extra o, simplemente y tan importante como aquello, concretaron lo que venían soñando.
Tal es el caso de Yesica Guevara, periodista que creó el espacio @queleistehoy. Y digo espacio porque es más que una cuenta de Instagram. Desde allí se generó que muchos amantes de la escritura se animen a hacer volar su imaginación, además de recibir recomendaciones de libros.
Para ella el aislamiento fue un buen tiempo para incrementar la lectura. Y a pesar de la falta de trabajo -o quizás por eso mismo- el 1 de agosto lanzó el espacio que tuvo seguidores inmediatamente

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“La idea era hablar de libros, intercambiar lecturas, generar un ida y vuelta que se logró. Están buenas las devoluciones. Explorando un poco me parece que hay una característica entre los usuarios de este tipo de cuentas que tiene que ver con mucha participación. Recibo muchos mensajes por privado que tienen que ver con la devolución a la mirada sobre las lecturas. Es un espacio muy rico, de interesante intercambio y que puede tener una linda proyección para generar otras cosas”. Yo le pongo todas las fichas. Y seguro seguirá creciendo, aunque Yesica ya tenga trabajo porque emprendió, ni más ni menos, que su propio medio de comunicación on line.
Otro lugar que crece rápido es @Naturalia.olav, el emprendimiento de Gabriela Goycoa y Miriam Rodrigo que también nació el 1 de agosto. Las amigas tenían una idea central: mejorar la calidad de vida a través de la alimentación y contribuir al cuidado del medio ambiente. “Queríamos encarar una dietética, donde cada uno lleve su envase par reducir el uso de plásticos o vidrios. Pero no pudimos porque es necesario contar no solo con espacio sino con condiciones específicas para el almacenamiento”, recuerda Gabriela. ¿Que si eso las amedrentó? Para nada! Decidieron comprar al por mayor y envasar ellas mismas o en recipientes que llevan sus clientes productos como cereales, yerba, condimentos, legumbres, distintos tipos de harinas y aceites.

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A las emprendedoras les sorprendió para bien la cantidad de ventas. “Como hay más gente en la casa, se animaron a probar otras cosas y la idea es poder ofrecer algo que sea lo mejor para el organismo”, sintetizan.

Crecer y crecer

Para Alejandra la situación laboral en el contexto de pandemia no era la mejor. Y, como tantos, con mayor tiempo dentro de casa se dio el viejo gusto de cocinar y probar nuevos ingredientes y recetas. “Ahí sentí que era un espacio para mi, que en esto podía focalizarme y me gustaba. Lo compartí con unas amigas, una me pidió un postre y me animé”. Lo que empezó con pedidos entre conocidos se transformó en un emprendimiento más organizado y, teniendo en cuenta las delicias de @mh.pasteleriartesanal, era seguro que el horno estaría encendido por muchas horas.empre

Pero no todo es cocinar: Alejandra también se ocupa del packaging y ahora, del rediseño de su marca: “me voy reinventando todo el tiempo, me siento motivada, con ganas de seguir apostando porque no es solo ponerme a cocinar sino comprar herramientas, elegir un local para comprar de buena calidad, poder invertir en una balanza, una batidora, de a poco pero viendo los frutos “, comenta. A esto suma capacitaciones y “lo bueno es que somos muchos pero todos trabajamos”.
Del mismo modo hay espacio para nuevos peluqueros y peluqueras que decidieron aprender el oficio a través de un zoom. ¿Misión imposible? En absoluto. Brenda Rodríguez (@clubdebelle), había empezado a hacer colorimetría en enero, pero en marzo y con el aislamiento más fuerte los aprendizajes llegaron de manera virtual. “Para practicar tuvimos que cortarnos algunos mechones y empezar a decolorar a ver qué surgía”, comenta. Prueba de que la imaginación todo lo puede, se les ocurrió que el intercambio de mechones a través de los motomandados podía ayudar a las futuras profesionales.
Debieron atravesar diferentes fases y adaptarse a las posibilidades de cada una: que era posible ir al local a cortar, que ya no podían ir más, que no me puedo parar delante y cerca de la clienta para ver cómo le quedó el flequillo, más la higiene de cada peine, secador, mascarilla y sillones...
Hoy Brenda superó las pruebas y se prepara, con elementos propios y hasta bacha portátil en mano, para hacer trabajos a domicilio y trasladarse con tinturas, cortes y modas. El dato positivo: “este año me propuse hacer lo que siempre me gustó. Y aquí estoy con todo” para generar un nuevo ingreso económico.
Así está también Agustina, al frente de @ganesha.olavarria, quien fabrica accesorios. Lo que la cuarentena quita, la cuarentena lo devuelve. Es que como se quedó sin uno de sus ingresos económicos debido a la escasez laboral, decidió que era necesario sumar un extra para sus gastos diarios. “En Ganesha al principio traté de incorporar artículos que nadie traía como por ejemplo scrunchies (sujetadores para el pelo), luego incorporé los cubrebocas /barbijos a precios económicos y se sabe que son productos que se venden por necesidad. Hago algunos sorteos que ayudan a la difusión y casi todos los días publico qué está en oferta. Me di cuenta que por instagram la gente puede llegar a escribir en horas que antes no eran comunes, cambiaron algunas modalidades de venta on line”.
Micaela, por otro lado, vende lencería a través de su cuenta @untoquedeangel. Julio fue el mes que marcó la diferencia y, gracias a la inversión y las ganas, logró instalar el showroom y generar un ingreso de dinero. “Hay que meterle a las redes, no te puedes colgar. Ya tengo pensado traer más cosas y llegar a un local en la ciudad”. Desde @Aprehenderpsicope Solange y Ezequiel organizan charlas gratuitas, talleres y herrmientas para trabajar desde el ámbito clínico o la educación. Como psicopedagogos y docentes, disipan dudas a estudiantes y familias sobre diferentes áreas de la psicopedagogía.

Apostar a la venta on line

@Rodado.29 es un emprendimiento familiar de padre e hija ciclistas (ella empezando a recorrer kilómetros). El contexto de pandemia les dio el empujón para materializar una idea que traían hace tiempo. Emilia expresa que @Rodado29 nació porque “mi papá es ciclista de toda la vida y tenía ganas de traer a Olavarría cosas puntuales de ciclismo”, como ropa y accesorios. En esta línea comenta que antes de la pandemia salía a correr pero que frente a las medidas de aislamiento se motivó con el ciclismo y comenzó a pedalear con el rodillo hasta que se habilitaron las salidas. “Ahí empecé a andar en bici de otra forma”.

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Hoy crecen con la ayuda de las redes sociales (a cargo de una de sus hermanas) y asegura que el contexto de pandemia fortaleció el emprendimiento y potenció la venta porque “nos posibilitó organizarlo y pensarlo con más detenimiento”.
Para ella, como para Celeste Madueña, diseñadora textil, las redes abrieron un nuevo mundo donde encontrar nuevos clientes. La cuenta @celestemaduenia muestra la variada y colorida producción de pañuelos con estampas exclusivas. “Surgió la idea porque soy fanática de los pañuelos y quería desarrollar una colección propia”, cuenta la creadora.

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Y todo empezó junto con el inicio de la pandemia en la Argentina. Más allá de las demoras en entregas de telas, lo que empezó con una producción de 28 pañuelos se fue multiplicando. “A las dos semanas mandé a estampar 3 veces más (unos 30 metros), ya voy por 60 metros y estoy preparando más para el verano”, se entusiasma Celeste. La venta on line a través de su propia página (www.celesteduenia.com.ar) llegó a otras provincias y ya prepara pedidos al por mayor. “Este contexto de cuarentena me sirvió para organizar el emprendimiento, pensarlo mejor, terminar de desarrollar estampas. Había escuchado sobre el e-commerce pero me sorprendió. Creo que es una opción que se va a instalar con más fuerza”.
Volviendo a la pregunta del principio: ¿alguien pudo suponer que la cuarentena sería un momento de quietud?