Notas

 

A un mes de las manifestaciones en la isla 

Cuba, entre el bloqueo, las protestas y la necesidad de avanzar

Sumergidos en una crisis económica cada vez peor, el pueblo cubano salió a la calle, el terreno de lucha por excelencia. La conquista de nuevos derechos parece ser el horizonte. El análisis de un Magister en Relaciones Internacionales sobre lo ocurrido en el país latinoamericano.

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Santiago Garralda-Agencia Comunica

El bloque comercial histórico, las nuevas generaciones y sus necesidades y las memorias de la revolución. Todo confluye para que el pueblo cubano atraviese desde hace tiempo momentos clave. El 11 y 12 de Julio pasado, miles de personas se lanzaron a las calles en muchas ciudades y poblados de Cuba. Se trató de la mayor protesta masiva en su historia reciente. “Es algo inusual, al menos en los últimos sesenta años”, señaló Oscar Mastropierro, Magíster y director de la carrera de Relaciones Internacionales (UNICEN). La reacción del presidente Miguel Diaz-Canel ante el avance de las manifestaciones fue, por un lado, reprimir violentamente, causando muertes, heridos y detenidos de manera arbitraria además de restringir el acceso a internet y a las redes sociales;  y por otro lado, “hablar en la televisión nacional para convocar a sus seguidores que salieran a las calles a enfrentar a los manifestantes”. Esto provocó enfrentamientos entre ambos bandos.

Las razones de las protestas del pueblo cubano son varias y es necesario enumerarlas para comprender de lleno este conflicto que poco espacio tuvo en los medios nacionales. Según Mastropierro,  la pandemia por Covid-19 aparece como un primer factor detonante. Si bien durante los primeros meses de 2020 se logró controlar, “en las últimas semanas hubo un rebrote que lo ha llevado a posicionarse entre los lugares con más casos registrados por cantidad de habitantes en América Latina”. A esto se le suma la falta de respuesta del gobierno ante la crisis ocasionada por la emergencia sanitaria, y el colapso total de los sistemas de salud. Ante este panorama, la respuesta de Diaz-Canel fue considerar que la situación que están atravesando es la misma que vivieron otros países de la región.

La segunda razón, que deriva de la anterior, es la situación económica de la isla. El turismo es uno de los impulsores de la economía cubana. Desde su apertura a la inversión extranjera después de la caída de la Unión Soviética en 1991, no ha dejado de crecer. No obstante, hoy se ve fuertemente afectado. A esta situación, “se agregaron otras cuestiones que están vinculadas con la creciente inflación, los apagones, la escasez de comida, la escasez de medicamentos, y de productos básicos”. Problemas similares que ya se denunciaban en la última protesta de esta magnitud ocurrida en 1994, en lo que se conoció como “El Maleconazo”. 

El tercer factor para comprender por qué se desataron las manifestaciones en Cuba, radica en el acceso a internet y redes sociales (que es limitado). En este sentido, se puede destacar a  las nuevas generaciones, ya que “gran parte de la población, principalmente los jóvenes, tienen acceso a Facebook, a Twitter, a Instagram, y estos medios constituyen en cierta medida los principales canales de información”, afirmó Mastropierro. Asimismo, sostuvo que los jóvenes tienen otra visión del mundo, diferentes reclamos e inquietudes, como por ejemplo, la posibilidad de entrar y salir libremente de la isla. Es a partir de esta nueva generación que se pretende impulsar los cambios y las reformas. 

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Oscar Mastropierro, Magister y director de la carrera de Relaciones Internacionales  (UNICEN)

Además, es importante remarcar el contexto estructural de las manifestaciones. Se relaciona con la ya mencionada situación económica, “que por un lado, se ha agravado producto de la pandemia, afectando al turismo, principal fuente de ingreso. Y por otro lado, seguramente, tiene que ver con el embargo que recibe la isla por parte de Estados Unidos”, aseguró el Magíster en Relaciones Internacionales. Este bloqueo comercial, económico y financiero fue impuesto hace varias décadas, en una primera instancia, para prohibir la comercialización de armas. Posteriormente, a partir del triunfo castrista en la Revolución de 1959 -que tan lejos quedó en el tiempo y en los ideales- , las medidas se recrudecieron con la finalidad de asfixiar a Cuba y provocar el derrocamiento del gobierno. El triunfo de Fidel Castro significó un avance del comunismo en el mundo, en pleno auge de la Guerra Fría. Estados Unidos, adjudicándose un papel ”salvador” de las democracias occidentales, tomó cartas en el asunto e implementó medidas extremas que persisten hasta hoy. Si bien hubo un acercamiento de Barak Obama para mejorar la relación entre ambos países, todo quedó truncado con la llegada de Donald Trump. 

Como se ve, la omnipresencia de Estados Unidos también es un factor a tener en cuenta. Incluso en las recientes protestas, aplicó dos sanciones a la isla: una al Ministro de Defensa y otra a la Brigada Nacional Especial, por su accionar en las manifestaciones.

Consecuencias

Para Oscar Mastropierro, lo favorable (o positivo) de lo ocurrido durante el mes pasado en Cuba, es “el reclamo de algunos derechos, que tal vez en esa isla no existan. Y tal vez, haya algunos derechos que en Cuba no se aceptan, como elegir el gobierno de otra forma, mayor democracia, más libertad”. En este punto, es importante destacar que no todos los países eligen a sus gobernantes de la misma manera, es decir, que “no todas las sociedades tienen formas democráticas al estilo occidental”. En el caso de Cuba, tiene un modelo de partido único.

 Por otra parte, lo negativo de la situación es “la división de la sociedad en dos grupos antagónicos e irreconciliables, que genera una crisis y una fractura en América Latina. Los manifestantes no tienen diálogo, y en cierta medida es por un lado, producto de las autoridades del gobierno que no colaboran en esto, ya que impulsan a que sus seguidores salgan a la calle ,y los opositores, tampoco contribuyen porque fomentan lo mismo. Y lo que habría que buscar es el diálogo”.

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Foto: Reuteres


Latinoamérica fragmentada

Lo sucedido en Cuba acrecentó la fragmentación que existe en América Latina. La reacción de los países fue diversa. Por un lado, Bolivia envió ayuda humanitaria a la isla, a través de medicamentos y alimentos. México hizo lo mismo, enviando distintos tipos de ayuda con buques de la Armada. Por otro lado, Chile, Argentina y Colombia “prefirieron no comentar nada”.

Por último, cabe reflexionar sobre nuestra tierra. América Latina es la región con mayor desigualdad en el mundo. En los últimos meses, se han producido varias protestas en diferentes países, buscando conquistar derechos para tener condiciones de vida más igualitarias. Es sin dudas un avance. A Cuba se le suma el caso de Colombia, con las marchas para impedir que se apruebe el Proyecto de reforma tributaria -que favorecería a la clase alta- impulsado por su presidente Ivan Duque; o el de Chile, con las múltiples manifestaciones para modificar la constitución que estaba vigente desde la última dictadura cívico-militar; también en Brasil, donde se produjeron manifestaciones multitudinarias para reclamar un mejor manejo de la pandemia por Covid-19. En este sentido, Mastropierro sostuvo que “lo ideal sería ir superando poco a poco esas crisis, y  la única forma de avanzar es que estemos más unidos. Somos países que estamos comenzando permanentemente, cambiamos de gobierno y arrancamos de cero porque lo que hizo el anterior no sirve. Estamos comenzando, avanzando, y retrocediendo permanentemente, y eso nos tiene inmovilizados”.