3J en Olavarría
Ni una menos: “los derechos se conquistan en las calles”
Se cumplieron 8 años desde la primera movilización al grito de Ni una menos. En este marco, la Asamblea Feminista y Disidente de nuestra localidad dialoga sobre cómo se fue modificando el panorama social y cuánto falta aún por conquistar.
María José García - Agencia Comunica
04/06/2023
En el día de ayer se convocó a una concentración enfrente a la Municipalidad al pedido de Ni una menos. Se hizo una colecta de productos de gestión menstrual, se realizaron actividades para las niñeces y hubo una mesa dulce vegana en solidarización con el pabellón intersex y trans de Los Hornos.
Este año se le agregó “en las calles” a la consigna “vivas, libres, desendeudadas y en las calles nos queremos”. Se pidió por una reforma judicial transfeminista, por justicia por Sofía y para todos los femicidios y transfemicidios, por la aparición con vida de Tehuel de la Torre, entre otros.
Lo cierto es que este año el 3J se encontró con más de dos mil femicidios sucedidos desde el primer grito de Ni una menos, con una “disminución de la cantidad de personas que salen a las calles los 3 de junio”, considera María Cecilia Fernández, integrante del frente Ni una menos, y con la instalación cada vez más notable de un pensamiento derechista que no reconoce como tal a las identidades feminizadas y trans.
En torno a este panorama, desde la Asamblea Feminista y Disidente, se reflexiona sobre la importancia de seguir marchando por los derechos de las mujeres e identidades trans.
Hoy en dia, a ocho años del primer grito, “podemos decir que la lucha feminista y transfeminista se ha consolidado en nuestro territorio. Hoy, el pedido abarca y convoca a muchísima más gente”, considera Casandra Muñoz del Campo, perteneciente a Socorristas Olavarría, de Socorristas en Red. “Este es un gran logro que se ha dado, el poder decir que somos un tejido de redes que no vamos a parar hasta que se cumplan cada una de nuestras reivindicaciones”, afirma.
María Cecilia concuerda con ello pero agrega que “el primer Ni una menos fue realmente masivo tanto a nivel local como nacional. Pero lo que yo noto es que, a través de los años, se minimizó mucho la cantidad de personas que salen a la calle los 3 de junio. Algo que no ha pasado con el 8M”.
Esto significa que “no está tan en auge el tema de salir a las calles para lograr la conquista de nuestros derechos”, examina y agrega: “y es el único lugar en el que se conquistan realmente. Todas las personas que formamos parte de las minorías, la única forma de lograr el poder popular es saliendo a las calles. Eso me preocupa, la naturalización de la humanidad de vivir en violencia”.
“Hay una violencia instalada socialmente. Hay una derecha que avanza que viene también por los derechos de las identidades feminizadas y las disidencias porque no nos cree como tal”, afirma contundentemente Casandra. Entonces, “es importante no ser ingenues ante este contexto político y social que estamos atravesando. Es importante estar alerta y salir a las calles sistemáticamente, porque ahí es donde podemos hacer eco de nuestros reclamos”.
“Es un paradigma que se resiste a ser derribado”, considera María Cecilia. “Hemos avanzado bastante culturalmente pero aún falta muchísimo por hacer. El avance de la derecha es justamente la resistencia del patriarcado para no perder sus privilegios”.
En este sentido, Andrea Moyano, también integrante del Frente Ni una menos de la localidad, añade que “hasta que no se reconozca el pedestal absurdo en donde se pone a la figura del hombre y se dejen de normalizar los micromachismos, no vamos a cambiar. El femicidio es el último eslabón de la cadena de violencia, pero en el medio se van sufriendo un montón de vulneraciones sistemáticas”.
En cuanto a la aplicación de las leyes, la socorrista Casandra asegura que “acá en Olavarría no se está cumpliendo la implementación de la interrupción voluntaria del embarazo, y si se cumple se hace de una manera muy tortuosa”.
“Lo mismo sucede con la ESI”, añade, “que si bien hay una ley, todavía hay distintos resquemores de la instituciones educativas para poder implementarla y capacitar a les educadores. Esto es importante porque las infancias son el primer eslabón para poder ir transformando la sociedad en una más justa”, asevera.
Por otro lado, también está el tema del trabajo informal, punto importante en la consigna vivas, libres y desendeudadas. “La precarización laboral se establece en las identidades feminizadas y las disidencias. Las tareas de cuidado y domésticas no son reconocidas como trabajo genuino y, por ende, remunerado”, asegura Casandra Muñoz del Campo.
“El código, hoy en día, le da una valoración a las tareas de cuidado y domésticas, pero cuando vos te separas. Mientras tanto, no hay una valoración”, explica Andrea Moyano. “Por más que hagas esas tareas por amor, es trabajo no pago. Son todos los que tienen que hacer las tareas del hogar, no solo la mujer. Lo mismo sucede con maternar a las parejas, es algo ancestral. Con lo que terminamos pagando nosotras es con nuestra libertad”, asegura.
“Nos indigna que, habiendo tantas leyes, no se reconozcan nuestros derechos. Por eso se pide una reforma judicial transfeminista. Hay que luchar para que la justicia nos reconozca desde una perspectiva de derechos humanos”, agrega Andrea del frente Ni una menos.
“Las niñeces no pueden ser revinculadas con sus violentadores, no puede ser que se revictimice una y otra vez a la persona que va a denunciar un abuso, no puede ser que estar alcoholizado sea un agravante si sos mujer y un atenuante si sos hombre”, ejemplifica Moyano. Por eso, “la perspectiva de género se debe dar en el ámbito judicial con transversalidad, que haya una mirada de género en todo el proceso judicial”.
María Cecilia concuerda ocn que “a pesar de avanzar culturalmente, nos falta un eslabón muy importante que es esto de la Justicia. Sin perspectiva de género no hay derechos humanos, hay derechos del hombre”, afirma.
“En Olavarría tenemos un montón de femicidios que no han obtenido justicia. Con el caso de María Luján Riva de Neira, por ejemplo, no se garantizó la culpabilidad del femicida porque, como sociedad, no estamos preparados para un juicio por jurados. La gente que va como jurado debe estar capacitada, sin perspectiva de género no tiene sentido, porque estás democratizando pero no estás rompiendo con la cultura machista”, explica.
En cuanto a esto, Andrea Moyano explica que “el problema con esta forma de juicio es que los jurados se sortean entre la ciudadanía en general y se llevan a juicio por jurados los delitos graves, es decir, abusos y homicidios”. Entonces, “ponemos en manos de la ciudadanía delitos gravísimos, en manos de personas que no están capacitadas en materia de derechos humanos o perspectiva de género. No se valorizan los derechos humanos, porque quedan delitos impunes por la decisión de jurados que están insertos en la cultura machista”, expresa.
Finalmente, “no podemos no mencionar la deuda con el FMI”, agrega María Cecilia. “Cuando hablamos de desendeudadas no solo nos referimos a la economía del hogar, sino también a esto, que lo venimos diciendo desde que el presidente Alberto Fernández decide pagar esta deuda, ¿por qué el pueblo debe pagar una deuda privada estatizada?”, se pregunta. “Porque hacerlo significa más precarización, que quienes más la vamos a sufrir somos las mujeres, les niñes y las disidencias”, asegura.
Casandra, de las Socorristas, explica que, además, “el pago de una deuda externa golpea y repercute muchísimo en aquellas personas que trabajan en el mercado informal, que somos, generalmente, las mujeres, las lesbianas, las trans, las travesti y las personas no binaries”.
Entonces, si bien se ha consolidado la lucha feminista y transfeminista, aún queda mucho por hacer. Especialmente, en un clima como el actual, en el que la resistencia es cada vez mayor. Por ello, desde la Asamblea Feminista y Disidente se hace un gran hincapié en fomentar la participación de todes en las marchas y convocatorias que se hacen desde el calendario feministra y transfeminista.