Notas

El deporte como herramienta de contención

El Gran DT del barrio 4 de Octubre

La historia de Justo Roldán quien, con 81 años, sigue entrenando a 90 chicos cada semana y de forma desinteresada los prepara en el fútbol como en la vida

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Justo Roldán, el Gran DT/AC- FACSO

"Los educo para el bien, tengo la amarilla y la roja para echarlos cinco minutos si se portan mal o se faltan el respeto, después alguno me dice 'Roldán me sacaste afuera´ y yo le digo 'portáte bien y no te echo más´ y así es como los tengo acá y evito que anden en la calle" explica Justo Roldán. Es un hombre de 81 años, jubilado municipal y abocado al deporte desde hace 34 años. Vivió desde siempre en el barrio 4 de Octubre y ama el deporte desde que empezó a respirar.

En su juventud jugó al fútbol en clubes como Ferro, El Fortín, 25 de mayo y La Esperanza. Una vez retirado se dedicó a entrenar boxeadores. Llegó a preparar a 14 y dos de ellos fueron campeones de zona, Néstor Sánchez y Rubén Pendar.

Hoy enseña fútbol gratis a 90 chicos de cinco a 12 años. Trabaja solo y mantiene los costos con su bolsillo porque está convencido de que con el deporte se obtiene mucho más que buenos deportistas. Algunos clubes de la ciudad han colaborado con él comprándole camisetas y pelotas y la Secretaría de Deporte de la municipalidad le donó los arcos. Todo lo que hace, sin embargo, se sostiene con su sacrificio. "Esto sale de mi bolsillo, les compro las medallas, jugo y frutas para cada sábado y una vez al mes, cuando cobro mi jubilación, les hago una parrillada. Lo hago porque me gusta y porque es una manera de contener a los chicos para que no anden en la calle", aclara Roldán.

Para la gente del barrio el proyecto de Roldán también es más que fútbol para sus hijos porque funciona como grupo de contención. Los chicos se entretienen y aprenden el valor de formarse como deportistas y a través de eso el entrenador les enseña a llevar una vida sana y respetuosa para ellos y hacia los demás y los ayuda a sobrellevar sus problemas personales.

Alicia Salías, de 59 años, es la dueña de la despensa del barrio. Ella considera que Roldán tiene el carisma necesario para coordinar a tantos chicos. "Hace muchos años que este hombre trabaja con los equipos de fútbol, todo lo que él hace es por la contención de los chicos del barrio. Muchos de ellos tienen problemas familiares y él los distrae y contiene con el deporte. Además le hacen caso, mirá que un equipo con suplentes y todo son 22 y él tiene casi 100 chicos que los siguen", subraya Alicia.

Domar no. Dar oportunidades, sí

Por la habilidad que Roldán tiene para relacionarse con los chicos, muchas familias se han acercado a él para pedirle ayuda con la conducta de sus hijos. "Hay madres que me dicen 'Roldán sabe que yo no lo puedo dominar, a ver si me lo doma usted'", señala Roldán. Su trabajo, según aclara, no es domar al chico sino darle la oportunidad de formar parte de algo, de asumir un compromiso con el equipo, la responsabilidad de ser un deportista y de aprender a respetar y a ser respetado.

La mayoría de los chicos que participan de este grupo provienen de familias que no pueden afrontar el gasto de enviar a sus hijos a los clubes de la ciudad, lo cual incluye el costo del pasaje en colectivo y la cuota mínima de 30 pesos por mes para ser socio. Por eso el grupo de Roldán se presenta como una gran oportunidad dentro del barrio, "antes les cobraba 30 pesos, pero la mayoría de las familias son pobres y no tienen ni para un par de zapatillas, muchos chicos me decían 'mamá este mes no le paga porque no tiene para el pan´, entonces dejé de cobrarles para que eso no sea un límite y sigan viniendo", asevera Justo. Además de prepararse física y tácticamente, los chicos pueden probarse en alguno de los clubes locales. "Si el chico es bueno, los padres eligen el club, yo les hago el contacto y los llevo a probarse", explica Roldán quien aclara que no cobra cuota alguna por esa conexión.

Roldán entrena a los chicos todos los lunes y viernes de 17 a 18 en la canchita que improvisa en el predio del salón del barrio y los hace jugar cada sábado en competencias interbarriales. Además de ser el preparador físico y táctico de los niños y adolescentes que concurren a sus entrenamientos, Roldán se convirtió, para las familias del barrio 4 de Octubre, en el DT de la vida porque a través del deporte contiene a los chicos y les enseña que en el potrero hay que jugar como en la vida, pero que para eso hay que estar preparado./ AC- FACSO