Notas

Los éxitos deportivos de Facundo Leonardo son de toda la familia

Vivir para nadar

Facundo Leonardo es un joven nadador olavarriense de 15 años que hace una semana cubrió su cuello de dorado y plata. Sus grandes logros a nivel nacional e internacional y la obtención del Olimpo de Oro este año son los premios de un esfuerzo familiar

nada02
Facundo ganó este año el Olimpo de Oro.
/Foto: Yanela Alves

Es un joven como cualquiera. Se levanta temprano, toma un cargado desayuno, va a la Escuela Media N°6, almuerza abundante pero sano, hace los deberes, duerme una pequeña siesta, va al gimnasio, a nadar y regresa a su hogar a compartir las últimas horas del día junto a su padre José Leonardo y su mamá Miriam Rincón. Un albañil y una ama de casa que hacen lo imposible por cumplir los sueños de su hijo Facundo. En su pieza, una mezcla de temporalidades: cuadros con fotos de momentos importantes, una guitarra, trofeos, medallas por doquier y, entre otras cosas, la playstation esperando el momento en que cambie de diversión y elija dejar de mover su cuerpo para prestarle atención a ella. Es una escena esperable para un joven de 15 años que está dejando de ser niño, que está cambiando su visión de las cosas y rumbeando su camino hacia lo que realmente siente como un "estilo de vida"; la natación.

Con la música de Las Pastillas del Abuelo de fondo, Facundo resume la carrera que comenzó hace cuatro años. "Empecé a nadar en Midley —un gimnasio con pileta ubicado en Rendón y Lavalle— en 2008, durante el verano. Después continué en invierno. Mi profesor desde ese momento y hasta ahora, es Nicolás Masson. Es como mi 'papá deportivo´. Me fui junto a él al club Ferro donde entreno ahora", recuerda.

La carrera acuática de Facundo comenzó en 2008, después de haber probado muchos otros deportes. Los comienzos y las primeras brazadas en su historia como nadador no fueron fáciles. "El primer campeonato que tuve fue en Independiente de Avellaneda, estaba re nervioso. Me largué a llorar. No pude terminar la carrera. Lo fui superando con los años. Ahora cuando largo, tengo un poco de nervios. Pienso en lo que me dijo mi entrenador antes y me concentro en sus indicaciones".

El domingo es día de descanso para él también; solo ese día no pasa por la pileta. "Mi entrenamiento es de lunes a sábados. Dos horas o cuatro, depende de si falta poco para que compita. Si no tengo alguna carrera cerca, el profesor Ricardo Viera me guía en el trabajo de musculatura en el gimnasio. Además tengo nutricionista, deportólogo y masajista. Tuve lesiones en los isquio, aductores, todo eso fue siempre antes de las competencias y me bajoneó mucho porque quizás me entrené un año para una fecha a la que no sé si me voy a sentir bien para ir", se lamenta.

Plata para el oro

Para realizar una actividad que demanda semejante esfuerzo, el apoyo moral y económico son fundamentales en su profesión por parte de su familia, amigos, el Estado y la escuela. "Las veces que dejé de competir fue por dinero. Siempre me ayudaba el club —con un 10% aproximadamente— y lo demás mis viejos. Para juntar plata papá organiza rifas, cenas o hace asados en peñas en el Festival de Doma para que yo pueda solventar mis gastos. Es que hay torneos que salen como 2000 pesos y a eso hay que sumarle los viajes, la comida, el alojamiento aunque cuando salimos del país el Estado asume los gastos porque pertenezco a la selección argentina", aclara. El municipio, hasta ahora, solo le solventó un viaje para un torneo regional pero desde que ganó el Olimpo, la ayuda se amplió. En agosto le entregaron una beca de 1500 pesos y anunciaron que le darán 1000 pesos por mes hasta fin de año.

Nadar con altura

El hecho de entrenar en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), donde se concentra los días previos a los viajes fuera del país hace que viva una experiencia única. Siente que está en su lugar, con "peces" de su misma especie. "Algunos de ellos, eran mis enemigos en algunas pruebas pero cuando nos conocimos nos hicimos amigos. Nunca se generó un conflicto, nos damos mucho apoyo", destaca.

nada03
Facundo entrena seis días a la semana.
/ Foto: Gentileza familia Leonardo

Participó en un sudamericano escolar en Bogotá y quedó entre los primeros cuatro. "Me fue muy bien, obtuve buenos resultados. Yo soy pechista, es mi mejor estilo. En Colombia quedé 4º en los 100 y en los 50 metros y en la posta quedamos 3º. Lo que me perjudicó fue la altura que hay en ese país", se lamenta.

Con alegría cuenta que últimamente ha bajado sus marcas en 50, 100 y 200 metros en los entrenamientos. Este año estuvo en el Argentino de Mayores donde todos estaban tratando de hacer un buen tiempo para ir a los Juegos Olímpicos. En esa oportunidad clasificó para correr la final con los mejores nadadores de una categoría superior a la suya. "Los que me ganaron a mí en la final fueron después a Londres. Me di cuenta de que no estoy tan lejos de mi sueño olímpico". Cuando regresó de ese viaje le comunicaron que había clasificado para la Copa Austral en Chile. "Mi objetivo fue bajar el tiempo de esa pileta lo que logré la semana pasada y obtuve dos medallas de oro y una de plata".

"Falta Justificada"

Ser un nadador de Alto Rendimiento lo posiciona a Facundo en un lugar en el que tiene que hacer mayores esfuerzos en la escuela: prestar atención en las clases, pedir deberes, estudiar sin haber tenido explicaciones previas. "En la escuela los directivos siempre me saludan y me felicitan, al igual que mis compañeros. Hay profesoras que tienen en cuenta que viajo, pero la mayoría me dice 'más estudio y menos deporte'. Eso me molesta porque yo no me ausento porque quiero sino que cuando viajo, tengo la falta justificada por ser un deportista de selección", se queja con el ceño fruncido.

El deporte lo ha beneficiado en sus capacidades retentivas. Le enseñó a ser responsable en todos los aspectos de su vida. Nunca se llevó materias a diciembre a pesar de haber viajado tanto. "La natación está en mí todos los días y en todo lo que hago, es mi pasión. Es mi estilo de vida, mi compañera. A veces me canso pero pienso en todo lo que conseguí hasta ahora y eso me motiva para seguir, al igual que el apoyo de mi familia y mi entrenador", valora Facundo.

Mientras nada piensa solo en cómo tiene que ir con la velocidad. Explica que tiene estrategias de nado. "Sé cómo avanzar en determinados metros para llegar sin cansarme y con un buen tiempo". Para culminar da un consejo a quienes quieran cumplir sus sueños deportivos. "Con práctica, esfuerzo y ganas se puede llegar a lograr todo". Pero el futuro es algo todavía lejano para él. "No pienso en el mañana. Pienso en ahora. Disfruto y planeo a corto plazo. Trato de dar lo mejor hoy". Facundo sabe que hacer un deporte individual es muy costoso. Su mamá interviene en la charla y refleja el amor de su familia con una sola frase: "Papá ya te dijo que siempre te va a ayudar por más que tenga que trabajar sólo para vos". / AZ-FACSO