Notas

El Derecho Humano a acceder a la salud

Una década de "gente hablando de VIH/sida" en Olavarría

(Ver también "Día Internacional de los Derechos Humanos: Avances y retrocesos en el ámbito nacional"

Se celebran en diciembre dos días de importancia internacional: el de los Derechos Humanos y el de la Lucha contra el Sida. Carlos Rodríguez, coordinador del Grupo interdisciplinario Chesida, que cumple diez años de trabajo, refleja a través de su experiencia cuán importante es, como derecho humano, el acceso a la salud

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Vanina Conde y Fanny Sabatini en uno de los
talleres de Chesida./Foto: Gentileza Chesida
 

En 1998, Carlos Rodríguez tuvo diagnóstico de VIH positivo, y comenzó a buscar en Olavarría grupos de contención, organizaciones que hablaran de VIH/sida pero no las encontró. No había nadie que trabajara especialmente sobre el tema. A pesar del shock inicial que le causó saberse conviviendo con el virus, decidió hacerse cargo públicamente de ello, de enfrentarlo y llevar adelante su vida.

"El afecto, la contención en el primer momento, fue central", sostiene Carlos que por aquel entonces era estudiante de Antropología Social de la Facultad de Ciencias Sociales de esta ciudad. Sus compañeros y amigos fueron la contención directa. Carolina Diez Brodd, Claudia Lajud, Marcelo Zelarrayán, (Licenciados en Antropología Social) también formaron parte de aquello que ninguno visualizaba todavía: el grupo interdisciplinario Chesida.

"El VIH/sida ocurría lejos de Olavarría. Ocurría por televisión. Era un tema que pasaba afuera, no pasaba aquí dentro. Entonces esto de ponerle cuerpo, de ponerle voz, a la cuestión. El médico (Raúl) Mángano a fines del '98 me acercó una información que le había llegado al hospital, que se realizaba en Mar del Plata el primer encuentro regional de personas viviendo con VIH/sida y la verdad es que la experiencia fue de una vez y para siempre", recuerda Rodríguez.

Luego, junto con la Licenciada en Psicología Gabriela Iturralde, conformaron un grupo de contención para personas viviendo con VIH/sida en Olavarría. Porque según cuenta Carlos en la ciudad había personas viviendo con el virus, pero estaban invisibilizadas, autodiscriminadas, o sufriendo discriminación por parte de sus familias, de sus parejas.

El trabajo de profesionales de la salud y voluntarios siguió desarrollándose y fortaleciendo en una etapa muy dura para la Argentina. El período comprendido entre los años 2000 y 2002, signó un modus operandi (interpelar al estado, crear agenda sobre cuestiones de salud pública, acciones planificadas, iniciar un cambio social y cultural desde una perspectiva de derechos) que permitió entender al virus como una problemática social compleja, que requería de la responsabilidad de los distintos actores sociales de la comunidad. Con ello se entreveía que con el trabajo de los voluntarios y voluntarias no bastaba. Y es donde entró en juego la Facultad de Ciencias Sociales y la posibilidad de institucionalizar el proyecto. En 2002, el grupo de contención comenzó a formar parte del área de Salud de la Secretaría de Extensión, Bienestar y Transferencia, y articuló además con la Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/sida.

Una tarde, conversando sobre la importancia de nombrar y nombrarse, surgió Chesida. En la lengua mapuche, mapu significa tierra y che gente, por lo que Chesida, es entendido por sus integrantes como gente hablando de VIH/sida. A partir de aquel momento el grupo también empezó a abordar temas como la diversidad sexual, la salud como un derecho humano y la necesidad de recibir información y conocimientos útiles y actuales acerca del VIH/sida para contribuir al bienestar de la ciudadanía del centro-oeste de la Provincia de Buenos Aires.

Portadores, efectores de salud y militantes como identidad social

El virus del VIH, pensado desde una perspectiva compleja, se revela no solo como una "enfermedad", sino como una problemática social, como un disparador de demandas y reivindicaciones. A su vez se halla inserto en un mosaico cultural, donde las disputas de poder son continuas; donde los procesos económicos y políticos nos afectan a todos.

Ser portador del virus en 2000 era mucho más que ser un paciente hospitalario más. Muchos se convirtieron en interpeladores del Estado, debían dialogar y negociar con los médicos, llegar a los barrios y formar a los integrantes de las organizaciones civiles.

"En 2000, era difícil hacer ingresar en la agenda de los decisores políticos la cuestión del VIH/sida, porque Argentina en ese momento colapsaba y no solo en la realidad que nos encontrábamos, que era el tema del VIH/sida sino también que la gente se moría de hambre y de falta de trabajo, falta de proyectos de vida. En ese momento era estar peticionando a las autoridades no solo por mejor atención, por no ser discriminados en los centros de salud sino también por alimentos, por comida, porque sí, posiblemente nos fuéramos a morir por padecer de VIH/sida, pero concretamente en ese momento, compañeros y compañeras nuestros se morían o padecían hambre", recuerda Carlos.

"Podríamos decir que fuimos militantes también, fuimos casi una avanzada de educadores en sexualidad, si es que se puede hablar de educación en sexualidad, previo a lo que hoy se conoce como la ESI, la Ley de Educación Sexual Integral, porque a medida que íbamos nosotros ahondando en la problemática, nos dábamos cuenta de que la problemática del VIH/Sida hacía visible cuestiones que eran y que son tabú para nuestra sociedad todavía, por ejemplo el tema de la sexualidad humana, hablar de diversidad sexual, hablar de la necesidad de la educación sexual".

Chesida hoy

Carlos Rodríguez integra la Red Bonaerense de personas viviendo con VIH/sida y coordina el grupo interdisciplinario Chesida, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro. Es el único de los fundadores del grupo que todavía permanece. "En este recorrer diez años, hemos trabajado con barrios, con organizaciones sociales, con organizaciones de jóvenes, con ciudades vecinas como Azul, Tapalqué, Bolívar. En Sierra Chica con las Unidades Penales 2, 38 y 27, hemos trabajado en casi todas las escuelas secundarias de nuestra ciudad, incluso con aquellas que por ahí, por prejuicios nuestros, creíamos que nunca nos iban a convocar como las escuelas de confesión religiosa."

También el grupo realiza actividades con salas de atención primaria de la salud, específicamente con la Unidad de Atención Primaria N°5 del Barrio Hipólito Irigoyen y todo el Territorio IV. A partir de ellas se tiene un acercamiento al barrio con el objetivo de identificar a los y las referentes sociales de cada barrio para que la información, los insumos, la folletería y los preservativos lleguen a la población en general, que a veces está por fuera de las instituciones, que no concurren ni a las salas, ni a las escuelas.

El trabajo interdisciplinario y en red que propone Chesida, esa búsqueda por involucrar, sensibilizar y dar a conocer la problemática a todos los actores sociales, contribuye a la disminución de la discriminación, los prejuicios y el estigma que el VIH/sida genera; en habilitar espacios de participación ciudadana y medicina comunitaria y en lograr una equidad en la satisfacción de derechos fundamentales. Porque hablar de VIH/sida es hablar de Derechos Humanos./AC-FACSO


Un orgullo para la Facso

Por el Dr. Rafael Curtoni*

Chesida nace formalmente el 28 de junio de 2002 mediante resolución de Consejo Académico de FACSO nro. 087/02, en principio a través de la radicación de un programa de trabajo de la Red Bonaerense de personas viviendo con VIH-sida, delegación Olavarría en la Secretaría de Extensión de la facultad. Chesida se conforma como un grupo interdisciplinario interesado en la problemática y con la intención de construir un espacio abierto para abordar el tema desde una perspectiva social que permita desarrollar una visión superadora de lo estrictamente biológico. En ese sentido, se sostiene que las ciencias sociales tienen aportes y desarrollos significativos para contribuir al diseño y ejecución de políticas públicas. En los primeros años los esfuerzos del grupo estuvieron destinados a la elaboración de estrategias de prevención en sectores desfavorecidos, en la articulación con espacios formales e informales de la vida social activando la conformación de redes interinstitucionales y en la visualización del VIH-sida desde la cotidianeidad de los distintos actores. Muchas han sido las prácticas y acciones generadas por el grupo, al punto que las demandas de la sociedad se han extendido a ciudades de la región. Es un orgullo para la Facultad de Ciencias Sociales contar con Chesida y sobre todo con todas las personas que participaron y aún permanecen colaborando activamente con el grupo y las temáticas que aborda.

*Decano de la Facultad de Ciencias Sociales