Notas

Zum/ Niñas y niños al cuidado del planeta en el Parque Zoológico La Máxima

Guardianes de la naturaleza, de los amigos y de la cultura

El grupo de niñas y niños Guardianes de la Naturaleza se reúnen los sábados en La Máxima para conocer y proteger el medio ambiente. Aprenden también, la importancia de cuidar las amistades, respetar a los demás y conocer otras culturas

guardianes01
Los niños y niñas toman nota de los insectos
que "descubren" en el Parque./ Foto: AZ-FACSO

Entre los muchos visitantes del Parque Zoológico Municipal La Máxima, entre árboles y plantas los sábados por la tarde se pueden ver a grupitos de niñas y niños realizando distintas actividades. Tienen entre 5 y 12 años, y son "guardianes" por distintos motivos. A algunos les encanta jugar con animales, otros quieren proteger la naturaleza porque saben que es su hogar y hay quienes buscan hacer buenos amigos.

Rocío y Candela cuentan que hay veces en las que recorren el Parque para conocerlo y cuidarlo. Salen con lupa, libreta y lápiz en mano, y buscan bichos. Revuelven entre las plantas como entre sus juguetes, pero tienen gran cuidado al encontrarlos. Gritan como si hubiesen hallado un tesoro cuando aparece una araña. La observan detenidamente. Intentan clasificarla. Discuten. Revisan unos papeles y anotan con letra chueca: arácnido.

"Una vez hicimos una experiencia con plantas y poníamos botellas. Una tenía mitad llena de agua, otra mitad llena de tierra, y al medio de todas las botellas iba una planta", relata Clara, de 9 años, mientras comparte la merienda con un grupo de amigos. Camila, de la misma edad, aporta más detalles para subrayar la intención proteccionista de la experiencia. "Agarramos el plástico para hacer como una reja para las plantas, porque se había escapado un agutí dorado y se andaba comiendo todas las plantas; el objetivo era que no les pase nada a las plantas".

Los chicos y chicas como Florencia, de 11 años, tienen en claro que "los árboles son muy importantes, dan oxígeno y frutos, sombra". Los Guardianes de la Naturaleza se encargaron de reforestar parte del parque luego del temporal del 29 de noviembre de 2011. Hicieron también carteles con los nombres de plantas y árboles para que los visitantes puedan identificarlos.

Cada sábado realizan una actividad distinta que les propone "la seño Mónica" Eyler. Practicaron tai chi y yoga. Hace tres encuentros pintaron piedras donde representaron sus deseos. Hicieron honor a la Pachamama. "Vino un pueblo aborigen que hizo un pozo en la tierra, pero primero había que pedirle permiso a la Naturaleza y después pusimos frutas; los varones tenían que cavar y las mujeres teníamos que ofrecer a la Naturaleza", relata Florencia. Y Matías, medio atravesado para expresarse, agrega "cocinamos tallarines. Amasé. La chocotorta fue el postre. Tenemos que hacer animales que no existan. Con plasti (pegamento), tiza y agua. (Combinando) un insecto con otro insecto".

Historias de otras culturas

Las historias acercan a los niños y niñas a la realidad de una manera que les hace comprender el mundo de un modo más fácil. Imaginan cómo sería todo en ese espacio que no conocen, pero que luego de haber escuchado un relato pueden recrear y transmitir.

Clara aprovecha cada oportunidad para contar algo que aprendió y que la sigue sorprendiendo. "Los aborígenes hacían pigmentos naturales, o sea con la naturaleza podían pintar y hacer obras de arte, y también que hay algo que se llama La Cueva de las Manos, que tienen, que ponen, que me parece que era algo de empujar... ¡Ah!, que tocaron pigmentos naturales y empujaron la piedra no sé para qué". Camila intenta reconstruir el relato. "Me parece que la leyenda era que unos chicos se habían enamorado y habían atacado a la gente, entonces con todas las piedras habían empujado la pared, y con todo, a veces con sangre lo rojo, me parece que era, cuando se pintaban las manos, cuando querían detener la piedra, usaban las manos y dejaban todo manchado".

Rocío, de 10 años, y Florencia decidieron contar a dos voces la historia del tai chi. "Lo inventó un chino hace más de mil años", empieza Florencia. "Era un médico, viste de esos médicos que te curan haciéndote relajaciones, bueno era un tipo de esos médicos. Entonces un día un rey lo llamó para que vaya a curarlo porque estaba muy enfermo, entonces le iba haciendo relajaciones y preguntas. El chino le dijo al rey que estaba enfermo por cómo era, porque el rey era muy malo. Y el rey pensó que lo estaba engañando, entonces lo encarceló hasta que lo curara. Entonces un día el chino lo quería curar, pero es como que hacía... no me acuerdo esa parte... ¿Cómo era qué hacía?". Rocío sale al rescate. "El usaba hojas y como unos medicamentos que al rey le parecieron que eran extraños". Con la memoria recuperada, Florencia continúa. "Sí, porque le tenía que dar esos medicamentos, entonces al rey le parecieron extraños y pensó que lo quería matar, entonces lo mandó a matar al chino. Y el día que lo iban a matar, el reunió a todas las personas que había en el patio e hizo la última clase de tai chi que le quedaba para repartir el tai chi a los demás y se lo enseñen a todos". "Que fue el juego de los cinco animales", añade Rocío. "Y entonces lo mataron y el tai chi quedó por todos lados", resume Florencia, y Rocío remata: "Y ahora los chinos recuerdan a ese hombre"./AC-FACSO