Notas

Entender la salud de un modo integral

La medicina comunitaria se desarrolla en Olavarría a través de las unidades sanitarias municipales

Cuerpo, emociones, familia, lazos sociales, contención, inclusión social. Una manera diferente de entender la salud se aplica en algunos barrios de la ciudad. El caso del barrio Independencia, con 24 años de medicina comunitaria, es uno de los más experimentados pero también en los barrios Belén y CECO se aplica esa visión integral

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Una de las actividades comunitarias de la salita

del barrio Belén es el grupo de baile

"Rincón de Fanny". /Foto: AC-FACSO

"Una nena estaba siempre por debajo de su peso. Resultó que vivía en una casa de chapa, descalza y al lado de un criadero de chanchos. Para la familia era una situación normal y hasta divertida, ellos estaban felices y eso es lo importante, pero para que la nena cambiara su futuro había que darle otras posibilidades. La solución no estaba desde el punto de vista médico sino que había que incluirla en lo educacional. La idea fue incorporarla al Centro de Día porque tenían actividades para nenes desde tres años", relata Fanny Rizzonelli, médica de cabecera de la Unidad Sanitaria N° 23 del barrio Belén. "Hoy las chicas se mantienen en contacto con nosotros, vienen lo justo y necesario y tienen una protección para no quedar embarazadas. Se trata de hacer un seguimiento sin llegar a la invasión", explica Rizzconelli.

La visión de la profesional sobre cómo ejercer la medicina cambió a partir de realizar un posgrado de Medicina Comunitaria en 2007. Ahora es especialista en Medicina Social y Comunitaria. "Salimos como médicos hegemónicos, sin tener en cuenta la realidad del otro. Pero la salud no es solo tomar el antibiótico; es el arte, es sentirte feliz, tener hábitos saludables. Pintar es salud y la religión también porque te da recursos para seguir viviendo". Para Rizzonelli, quien es también docente de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud de la Unicén, hay que "sacar a la medicina del lugar de salvadora que va a sanar todo y mirarla desde lo educacional". Si bien reconoce que "el medicamento para sanar es importante", añade que "en un gran porcentaje los problemas son comunitarios".

El primer trabajo que se realizó en el barrio Belén consistió en hacer un foro comunitario con el objetivo de visualizar las problemáticas vecinales. "Se planteó que los adolescentes tenían desaprovechado el uso del tiempo libre, no había un espacio y se trabajó con lo que plantea la Carta de Ottawa que se centra en la promoción de la salud. Ahí están los puntos del trabajo comunitario y la propuesta de que la gente se empodere —que adquiera poder— de la acción que se quiere lograr y que ellos mismos la continúen", enfatiza la médica, quien llegó al barrio en 2001 y conoció a la comunidad a partir de llevar adelante la vacunación a domicilio junto al equipo de la unidad sanitaria.

Los vecinos lamentaban que los jóvenes no cuenten con espacios de recreación y expresión así que, como respuesta, la Unidad Sanitaria N° 23 junto a las instituciones barriales abrieron varios espacios de esparcimiento. Se coordinó un equipo deportivo con un profesor de educación física y un grupo de baile para niños llamado "Rincón de Fanny", se ampliaron las actividades en el Centro de Día Municipal Nº 2 y se implementó el programa municipal Callejeada-Belén. "Uno de los objetivos era integrar las instituciones y dar a conocer las actividades que planteaban porque los chicos y los adultos las desconocían, entonces se fortaleció la comunicación. Así, incluyendo a instituciones que pudieran dar respuesta como la municipalidad y la policía, se hizo la Mesa de Gestión que está integrada por todos los actores sociales, que son las personas que tienen relevancia en el barrio: la Sociedad de Fomento, la Escuela N° 22, el Centro de Día y algunos vecinos del barrio", explica la médica.

Involucrarse con el paciente no solo desde el papel con la receta y tomar contacto con la realidad del otro a través de un familiograma —que describe las relaciones entre los integrantes de la familia— y revertir la mirada vertical del médico hegemónico posibilitó que Rizzonelli y el equipo interdisciplinario se conviertan en herramientas de cambio biopsicosocial. Terminaron abriendo caminos para una mejor calidad de vida para la comunidad y se creó el Servicio Municipal Territorial Nº 3. Hoy los vecinos se manifiestan a través de la Mesa de Gestión, se empoderan de sus necesidades, deseos y llevan adelante iniciativas como la pintada de un mural para embellecer la plaza del barrio.

Médicos que recorren el barrio

Bajo esta perspectiva la salud proporciona a las comunidades los medios necesarios para mejorar su calidad de vida y ejercer un mayor control sobre la misma, por lo que es fundamental conocer el entorno más inmediato del paciente como condicionante de su salud. La Unidad Sanitaria N° 12, ubicada en el barrio CECO, se enmarca en una realidad social más estable que las de los barrios Belén e Independencia. Olga Díaz es médica endocrinóloga y ginecóloga en la Unidad Sanitaria del barrio CECO y lo describe como "una comunidad de clase media". Sólo una mínima porción del barrio se atiende en la salita ya que la mayoría cuenta con una obra social que le permite tener su propio médico de cabecera y al mismo tiempo se trabaja de manera coordinada con el equipo de Profesionales del Centro Integrador Comunitario (CIC).

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El equipo de trabajo de la unidad del
barrio Independencia. /Foto: AC-FACSO

La intervención de la Unidad Sanitaria N° 12 se centra en la atención de los pacientes contemplando sus vínculos y problemática grupal, asociadas a brindar información sobre los beneficios de la lactancia, los controles y cuidados en el período de embarazo, la realización de charlas en la escuela sobre trastornos en la alimentación y educación sexual y la realización de campañas de vacunación en el jardín y escuela del barrio.

En contraste con esa realidad se encuentra la salita del barrio Independencia, ubicada en la zona norte de la ciudad de Olavarría, donde existe un amplio desarrollo de la medicina comunitaria desde hace 24 años. Cecilia Romero es la médica cabecera de la Unidad Sanitaria N° 7 y su deseo siempre fue ejercer la medicina rural. "Empecé con los trabajadores sociales en un espacio de la sala donde yo participaba y podía aprender porque salía de la residencia. Aprendí mucho de los trabajadores sociales, iba con ellos a las casas de los vecinos y aprendí de la gente. Mi interés personal me llevó a estar acá hoy".

El equipo de trabajo de la unidad sanitaria mantuvo a lo largo de 24 años un trabajo de integración con la comunidad, canalizando sus demandas. Ante la necesidad de revertir la estigmatización negativa del barrio la Unidad Sanitaria coordinó con todas las instituciones un encuentro cultural itinerante para integrarlo y valorizarlo. "Se hizo con la intención de que se viera que en el barrio hay cosas buenas y lindas, las exposiciones de artesanías se iban rotando en las distintas instituciones, se hizo en la Unidad Sanitaria, en la Escuela N° 50 y, en el salón del Grupo de Abuelos San Cayetano. Participaron los vecinos y chicos de la escuela y se vendían productos, había también vecinos que exponían sus bailes. Ahora se trabaja por área territorial y las instituciones que antes se juntaban acá ahora se reúnen en el Centro de Día con una autoridad municipal", relata la médica Cecilia Romero que además es ayudante diplomada del área Sociocomunitaria y dicta la cátedra Salud de la mujer y salud reproductiva, en la Escuela Superior de Ciencias de la Salud de la Unicén.

Los años y la incorporación del Servicio Municipal Territorial Nº 2 como nueva forma de organización barrial, no despojó a la Unidad Sanitaria N° 7 de su perfil comunitario sino que lo complementó. Actualmente están trabajando con Mujeres de la Cámara Empresaria con la intención de promover la cultura del trabajo en mujeres y adolescentes por medio del tejido. "La actividad se realiza los sábados y nosotros con un grupo grande de mujeres nos reunimos. Convocamos personalmente y los invitamos yendo a sus casas, así la salita sale al barrio", explica Romero. "También intervienen estudiantes de 1º y 2º año de la parte sociomédica de la Escuela de Medicina, hacen rotaciones donde se hacen foros comunitarios, porque no se piensa en un individuo solo y aislado sino en un contexto familiar y social, su cultura, comunidad e historia. Se trata de que los estudiantes tengan un perfil basado en las necesidades de la comunidad. Es un modelo biopsicosocial, se busca que sean personas respetuosas del perfil del otro". Esta medicina con un perfil comunitario apunta a proporcionar a los pueblos las herramientas necesarias para mejorar su salud que involucra un bienestar físico, mental y social./AC-FACSO