Notas

Entrevista a María Paz Marambio

Cómo es la joven abogada que desafía a la mafia que esclaviza mujeres en Azul

Idealista, decidida y altamente comprometida con la erradicación de la trata de personas con fines de explotación sexual. Se autodefine como una "ciudadana que lucha por algo justo". La abogada que logró cerrar los prostíbulos en Azul tiene apenas 25 años. Mañana compartirá su experiencia en la Facultad de Ciencias Sociales en Olavarría, junto a otras especialistas en violencia de género.

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Campaña del proyecto en el centro de Azul.
/Getileza: Paz Marambio

Cuando el martes 5 de marzo a las 18 horas comience el panel sobre violencia de género en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN, habrá entre los especialistas* una joven con mucho coraje. Con 25 años, la azuleña María Paz Marambio lleva recibida de abogada apenas dos años, casi los mismos que lleva trabajando para eliminar la explotación sexual de las mujeres.

Marambio integra el Centro de Estudios en Derechos Humanos (CEDH) de la Facultad de Derecho de la UNICEN y es miembro del "Foro contra la Trata y Explotación" de la vecina ciudad de Azul, a unos 55 kilómetros de Olavarría. Impulsó, junto a otras mujeres, la ordenanza que en septiembre del año pasado prohibió los prostíbulos en Azul. Días más tarde sufrió un atentado en la puerta de su casa cuyas consecuencias fueron, afortunadamente, solo materiales. "Al principio sentí miedo", admite, pero asegura que luego resultó fortalecida.

Gran mujer, pequeña historia

"Siempre me interesaron los temas de género, que si bien los habíamos visto en la materia Derechos Humanos, nunca los habíamos hecho de manera autónoma. Me quedé con ganas de saber más", recuerda Marambio. A través de diversos cursos empezó a formarse en el tema y a preocuparse por ese problema especialmente en el contexto de su ciudad.

Así fue como emprendió un arduo trabajo desde el CEDH, donde se gestó el proyecto "Sin clientes no hay trata", a fin de generar conciencia y lograr el cambio de ordenanza. Jornadas en la facultad, conferencias con especialistas, entrega de folletos en el centro de la ciudad y pedido de firmas, fueron parte de las actividades que impulsaron la iniciativa. "Tuvimos una tarea muy activa con los concejales. Había cuatro cabarets habilitados, el municipio les cobraba impuestos. Estaban en la misma legislación que los boliches. Un horror jurídico, que va en contra de toda la legislación nacional e internacional que tenemos", advierte la abogada.

El trabajo rindió sus frutos aunque con algunas trabas. En julio de 2012, los concejales aprobaron por unanimidad la ordenanza que prohibió los lugares de explotación sexual de mujeres en Azul, pero recién dos meses después se realizaron los allanamientos que cerraron esos lugares. "La conformación del foro fue una respuesta a esta inacción tardía por parte del Estado", explica Marambio. El espacio está integrado por militantes del Partido Obrero, del Frente Amplio Progresista, de la CTA y Laura Giosa, directora del CEDH y decana de la Facultad de Derecho de la UNICEN. Todas son mujeres, y juntas asumen la tarea de concientizar y reclamar una y otra vez al Estado cuando no se investiga o no se cumple la ley.

A pesar de los avances, la implementación de la ordenanza por la que tanto luchó fue "una tomada de pelo, una falta de respeto a tanto trabajo", según la abogada. "Clausuraron los tres cabarets a las siete de la tarde y estaban cerrados, no había nadie, es como si allanás un pelotero a las tres de la mañana", ironiza. El procedimiento no reunió pasos formales elementales, como la presencia de la Policía Federal (porque la trata de personas es un delito de alcance nacional) y de la fiscalía. "En Azul tenemos una persona imputada por delito de trata, o sea que por lo menos un caso hay. Entonces me parece mínimo, cuando se cierran estos lugares, tomarse con seriedad el tema", sugiere indignada.

Una cuestión cultural

Para Marambio la trata reviste una nueva forma de esclavitud que debe atacarse en dos frentes. Por un lado el crimen organizado, y por otro, donde hay que hacer más hincapié, una cultura patriarcal y machista. "Acá los hombres son protagonistas, tienen que saber que si van en busca de sexo pago es probable que las mujeres estén contra su voluntad. Que realmente sin cliente no hay trata, y que si paga está financiando un delito horrible. Muchas veces el hombre no sabe que esa persona puede ser víctima de trata, ni se lo pone a pensar, a ellos tenemos que apuntar", propone.

Para entender la complejidad de este delito es necesario diferenciar prostitución, explotación sexual y trata. "La prostitución como servicio autónomo no está prohibido, pero la explotación sexual ajena sí. Ningún hombre tiene derecho a enriquecerse con el sexo que vende una mujer. Ningún tercero, está prohibido", aclara enfática. En la trata entran otros factores. Una etapa de reclutamiento cuando, con engaños o a la fuerza, se priva de libertad a la persona, explotación sexual por un tercero y traslados internos o externos de la víctima. "También hay otras formas de privar de la libertad, los proxenetas les retienen el documento a las chicas o las endeudan con ellos mismos", explica Marambio.

Una sociedad sin prejuicios, donde la mujer pueda actuar de manera libre y caminar al lado del hombre sin ser su víctima, es el deseo de esta abogada que lucha desde lo cotidiano para hacerlo posible. "Yo creo que las mujeres nos estamos despertando un montón, estamos saliendo a la calle y creo que tenemos que ser más, tenemos que ser todas", invita.

Lo que se hizo, lo que falta

concejo azul

Tratamiento de la Ordenanza en el Concejo
Deliberante de Azul. /Gentileza: P. Marambio

La trata de personas es considerada como el segundo negocio más lucrativo luego del narcotráfico. En Argentina, este delito creció en un 181 % en el último año, según datos oficiales, y nuestro país ha pasado a ser lugar de origen, cuando antes sólo era de tránsito y destino.

En materia legislativa la prohibición prostíbulos data de 1936 —año en que se promulga la Ley de Profilaxis— pero con fundamentos basados únicamente en cuestiones de salud pública. Recién en el año 2008 se sanciona la "Ley de Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas". Para Marambio la nueva norma significó un gran avance, aunque aún seguía arrastrando defectos de la legislación anterior, sobre todo diferenciar entre mujeres mayores y menores de 18 años. "En caso de inspección de un prostíbulo las menores eran a priori consideradas víctimas de trata, pero si eran mayores eran consultadas sobre su consentimiento para permanecer en el lugar. Eso era una gran falla porque la mujer no te va a decir que está ahí contra su voluntad, está amenazada", explica la abogada. Esta situación cambió con la reforma de ley de 2012, que además estableció mayores penas para los responsables del delito, con un mínimo de cuatro años.

Otro cambio significativo tiene que ver con la figura del delito. Ahora ya se considera trata desde el momento de reclutamiento. "Con probar eso ya está. Porque si no con las pruebas es inagotable, siempre queda impune si debemos probar todo, porque la trata es un caminito largo", explica Marambio.

Lo que aún falta es una ley de trata para la provincia de Buenos Aires y trabajar más en la reinserción social de las víctimas, según Marambio. Además considera que un mayor control de las políticas migratorias es clave porque en Argentina la mayoría de las víctimas de trata son de otros países como Paraguay, República Dominicana y Colombia, entre otros.

Si bien Marambio valora como muy positivo el avance que ha habido en políticas de prevención, cree que la justicia aún debe comprometerse más con el tema. "Desde 2008 a la fecha ha habido cerca de 30 condenas, muy poco para cuatro años. Sentís que la justicia siempre está pidiendo más, siempre le falta para probar este delito, no se arriesgan a condenar. En esto hay que tener decisión y voluntad", afirma. AC/FACSO


Cómo cuidarse de la trata

"Nadie está exento de que pueda sucederle esto. Puede ser una amiga, una tía, una compañera de trabajo o vos misma", advierte Marambio. Para evitarlo recomienda tomar recaudos con las redes sociales, sobre todo los adolescentes y los niños y niñas. "Hay que tener cuidado con la información que ponen, con los amigos que aceptan, porque muchísimos casos de víctimas de trata se han captado a través de estas redes. Más que nada sugiero no compartir demasiado la privacidad y no aceptar gente que no conozcan", aconseja.

También sugiere conocer más a las personas con quien se inicie algún tipo de vínculo afectivo, antes de emprender viajes o exponerse a situaciones que pueden terminar resultando peligrosas. Por último, evaluar bien una promesa de trabajo cuando resulte sospechosa, conocer a la persona que la ofrece, sobre todo cuando sean ofertas laborales lejos del hogar./AC-FACSO


*Participarán también la Antropóloga Social Jesica Croce (del Observatorio de Femicidios), Juana Cabral (docente de Olavarría del área de psicología y quien implementó un trabajo con jóvenes sobre el noviazgo violento) y Cristian Prieto (Colectivo de Varones Antipatriarcales)./AC-FACSO