Notas

Tercera edad y educación

Los adultos mayores renuevan el aprendizaje en la Universidad

Los talleres UPAMI dictados en la Facultad de Ciencias Sociales se realizan desde hace cinco años para integrar y mejorar el estilo de vida de los adultos mayores olavarrienses. Su participación no solo transforma su vida sino también la manera de educar de los docentes que se involucran en el programa. A fines de abril abre la inscripción para el segundo trimestre

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Los talleres UPAMI del primer trimestre
presentan más de 150 inscriptos/AC-FACSO

El lugar es el mismo pero la sensación es otra. Los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales muestran el movimiento de adultos mayores, de entre 55 y 85 años, llenos de alegría por asistir a clases. Brindar nuevas oportunidades, revalorar la tercera edad, generar un espacio propio y compartido son algunos de los logros que se destacan en los talleres UPAMI. Acercarse a la Facultad de Ciencias Sociales fue un paso importante en diferentes aspectos para cada uno. “Comencé con los talleres porque no tuve escuela, viví siempre en el campo, entonces nunca había tenido oportunidades de estudio. Siempre tuve deseos de aprender, soy muy curioso”, cuenta emocionado Juan Carlos Acosta al salir del taller de Fotografía. Se sienta, se lo ve tranquilo y mientras habla mira el pasillo, con ganas permanecer un momento más. 

Los días de clases llegan a la sede de la Facultad de Ciencias Sociales, en su mayoría, todos juntos en remís o en combi. Inmediatamente, los más experimentados asumen la cabecera de la fila que avanza por el pasillo en búsqueda del aula que los espera. La prisa demuestra el interés y las ganas de comenzar a cursar. “Yo disfruto mucho del conocimiento. La Comunicación y los talleres me abrieron las puertas a un mundo que no conocía. El trato con los docentes y todo lo que obtenemos de los talleres lo siento como aire fresco para mi vida”, relata llena de entusiasmo Raquel Leguizamón, de 60 años, abogada jubilada e integrante de los talleres UPAMI desde los inicios.

Formar parte del espacio universitario

Todos coinciden en la importancia de asistir a la Universidad, de sentirse parte de un espacio que para algunos parecía imposible. Las dos horas de clase les resultan cortas, definitivamente el lugar les pertenece. “En la Facultad encontré una nueva manera de abrir la mente. Me sirvió para renovarme en muchos aspectos de mi vida. Por eso me gusta tanto asistir y sentirme parte del lugar”, destaca Berta Umpiérrez, de 74, quien lleva muchos años desempeñándose como conductora de programas de radio vinculados a la jardinería. 

Las ganas y motivaciones de los integrantes de UPAMI se reflejan en la participación que tienen en eventos de la Facultad de Ciencias Sociales o fuera de ella, representándola y dando a conocer toda su creatividad. “Ellos tienen un rol activo, no solo vienen al taller y se van a sus casas. Intercambian con estudiantes, con docentes. Tienen muchas inquietudes y eso es positivo”, explica la coordinadora de los Talleres UPAMI, Cecilia Arce, que dependen del área de Extensión de la Facultad de Ciencias Sociales. Algunos de estos vínculos se dieron en el marco del Día de la Mujer donde participaron mediante poesías o pinturas, la muestra “Olavarría antes de Olavarría” y diversas jornadas en el Foto Club, Centros de Jubilados, talleres de Periodismo y las jornadas “Así se hace”, de la Facultad de Ciencias Sociales.

Un aprendizaje formado entre todos

Una de las mayores virtudes destacadas por todas las partes involucradas es el aprendizaje que se produce entre todos los partícipes del programa, sean coordinadores, docentes o inscriptos. “Es un intercambio muy rico porque nosotros podemos contar a través de nuestras experiencias cosas que los profesores no conocieron o vivieron, así como nosotros nos acercamos a una nueva mirada del presente”, destaca Juan Carlos Acosta, quien disfruta los talleres desde hace cinco años. 

Los cursos son dictados por estudiantes avanzados o graduados de la Facultad de Ciencias Sociales. Según la temática, se apunta a integrar y revalorizar a los asistentes mediante el aprendizaje. “Se genera un espacio donde ellos comparten y aprenden, donde hay un ida y vuelta entre los docentes y adultos mayores, formando un lugar donde ellos que demandan un aprendizaje continuo”, enfatiza Nicolás Casado, licenciado en Comunicación Social y titular de los talleres Informática I y II y Redes sociales y producción multimedial. “No me gusta quedarme con lo que sé, me gusta ampliar los conocimientos y siempre me interesó la parte social. En los talleres pude aprender a tener otra mirada sobre las cosas, renovar ciertos aprendizajes y disfrutar de esos conocimientos”, cuenta convencida Raquel Leguizamón. Las relaciones nacen y se potencian en la Facultad de Ciencias Sociales, lo que demuestra una marcada necesidad de participación e interacción por parte de los adultos mayores. Pero no todo culmina con las clases. Cenas y mateadas, juegos de cartas y quintas los siguen encontrando, ahora por elección, fuera de los talleres.

Seguir perdiendo miedos y ganando deseos

“No hay edad para aprender, sólo faltaba que se generen oportunidades y que ellos se animaran ya que estaban todos los prejuicios sociales que históricamente los excluían. La Universidad debe cubrir estas demandas, debe seguir apostando a estos lugares, que han tenido un impacto positivo sobre ellos”, reflexiona Nicolás Casado, marcando la importancia del rol de la Universidad en la calidad de vida comunitaria. Proyectos similares intentaron realizarse por fuera de la Universidad pero no tuvieron la convocatoria ni durabilidad de esta iniciativa valorada por los participantes en especial por el hecho de asistir y sentirse parte de la Facultad de Ciencias Sociales. 

“Pienso seguir asistiendo porque creo que es una gran oportunidad que se nos da a las personas mayores. Uno acá pierde ciertos miedos y se da cuenta que nunca es tarde, nos dan nuevas esperanzas, nuevos deseos de seguir haciendo cosas, de pensar. Nos muestran que uno todavía puede”, sintetiza Juan Carlos Acosta, quien en sus palabras deja claro el haber alcanzado y superado con creces una cuenta personal pendiente. Los temores, una gran timidez para desenvolverse, las profundas angustias con las que cargan, el aislamiento del resto del grupo, son sentimientos que suelen notarse al inicio de los cursos. Pero el correr de las clases todo lo transforman. En esas caras que se mostraban esquivas o tristes, en ese rincón tímidamente ocupado, ahora hay sonrisas, charlas interminables y una gran integración que los hace planear algún motivo de encuentro. Muchas personas encuentran en la Universidad la llave para cambiar y abrirse paso al mundo cotidiano de otra manera. Raquel Leguizamón asumió un compromiso interno. “Quiero participar de todo aquello que me interesa. Acercarme a la Facultad, a los talleres UPAMI, me permitió reconocer y valorar más muchas cosas de la vida cotidiana. Es un interés que no se agotará”. La fuerza de animarse y ser parte, el permanecer en lugares que les brinden emociones y conocimientos, son valores remarcados por todos. “Siempre queda algo por hacer. Uno a esta edad debe tratar de vincularse lo máximo posible. Creo que entre todos escribimos la historia. Acercarnos a los jóvenes y entre nosotros los adultos nos hace más ricos como personas, nos acerca más a la realidad y nos brinda muchas más herramientas”, remarca segura Berta Umpiérrez.

El programa UPAMI se desarrolla desde 2008 a partir de un convenio entre la Facultad de Ciencias Sociales y PAMI. Ampliar las posibilidades, compartir momentos y revalorar sus experiencias son acciones que surgen con creces en los talleres. “De la propuesta que hacemos desde la Facultad se toman dos iniciativas. Por un lado, aquellos talleres que tienen que ver con algo nuevo, como es el caso de las nuevas tecnologías. Y otros, como Narrativas de la memoria, tratan de recuperar sus experiencias, trabajando más desde las historias de vida” explica Cecilia Arce. El único requisito para formar parte de los talleres es ser afiliado a PAMI. De duración trimestral, actualmente se están dictando los talleres de Italiano, Radio, Fotografía, Redes sociales y Producción multimedial e Informática. Entre todos suman más de 150 inscriptos, número que se incrementa año tras año. “Los talleres se hacen a demanda. Durante el año PAMI va haciendo un registro de todas las personas que se acercan a consultar y nosotros desde la Facultad hacemos propuestas al respecto. Italiano, por ejemplo, era algo que se venía pidiendo”, señala Arce. Desde fines de abril y durante mayo estará abierta la inscripción para los talleres del segundo trimestre de UPAMI. Serán Informática II, Redes sociales y Producción multimedial, Fotografía y Narrativas de la memoria. Con la curiosidad permanente, las ganas de aprender e interactuar y el entusiasmo brindado, los adultos mayores volverán a llevarse de los talleres de UPAMI, aprendizajes y emociones inesperadas. /AC-FACSO