Notas

Expresiones urbanas en Olavarría

Estrellas, árboles y murales: manifestaciones de la memoria y la justicia

¿Qué relación existe entre una estrella, un mural y un árbol? Son manifestaciones que recuerdan a víctimas de accidentes de tránsito o asesinatos. Buscan interpelar a la comunidad local, preservar la memoria y generar conciencia

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Marina González, mamá de Leandro Pianciola,
se emociona cada vez que ve el mural de su hijo.
/Foto:AC-FACSO

Con el objetivo de 'hacer algo' a raíz de la muerte de vecinos de Olavarría en accidentes de tránsito o asesinatos, los familiares de las víctimas, con el dolor que implica la pérdida de un ser querido, comenzaron a realizar expresiones urbanas para recordarlos. La idea es que sus muertes no queden invisibilizadas y estén en la memoria de todos los olavarrienses. Rápidamente la ciudad se pobló de estrellas amarillas, murales y árboles, que simbolizan el recuerdo y también llevan consigo un latente reclamo de justicia.

En Olavarría hay pintadas cerca de 70 estrellas amarillas y en el país 20000 aproximadamente. Recuerdan a las víctimas de 'hechos de tránsito', tal como lo define Julio Ambrosio, presidente de la Asociación Civil Estrellas Amarillas, que depende de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel. "Hecho de tránsito es cuando se produce por negligencia del conductor, en cambio un accidente se produce cuando hay un desperfecto mecánico, por ejemplo". El objetivo es concientizar a los conductores y recordar a las víctimas. Se eligió ese símbolo porque representa la ida al cielo y el amarillo significa luz y vida", explica Ambrosio.

Las pintadas comenzaron a verse en la ciudad hace menos de un año; el 15 de septiembre de 2012, cuando se cumplieron cuatro años del trágico accidente de la combi en el paso a nivel de Hinojo en el que murieron cuatro estudiantes. Gustavo Spaltro, padre de Nadia, una de las víctimas, fue el que introdujo el movimiento en Olavarría. "Estaba trabajando en Bahía Blanca y vi un grupo de gente pintando una estrella en el asfalto, enseguida pregunté para qué era y me explicaron. Cuando volví a Olavarría me reuní con el Intendente (José) Eseverri y le presenté el proyecto. Inmediatamente sacó por decreto del Ejecutivo la autorización de las pintadas", recuerda.

La población local entendió rápidamente el mensaje que se transmitía mediante las estrellas y todos los sábados a partir de esa fecha se pintan dos por semana.

La Magíster Mónica Cohendoz, titular de la Cátedra de Historia de las Manifestaciones Simbólicas y de Semiótica de la Imagen de la Facultad de Ciencias Sociales, considera que hay un cambio de lo privado hacia lo público a la hora de hacer el duelo ante la muerte de un familiar en un accidente de tránsito. "Antes la gente practicaba el ritual privado de llevar flores al cementerio y llorarlos en privado. Hoy hay una consciencia social de que el ritual se vuelve público al imprimir a la ciudad una memoria urbana que manifiesta un derecho a la justicia pero también un derecho a la memoria. Dentro de diez o veinte años, quien transite por estos lugares se va a preguntar qué hace esa estrella ahí, de quién es, etc. y eso es la construcción de la memoria".

Al pasar por la esquina de Berutti y Estrada el paisaje muestra en el fondo una imponente obra en construcción: la sede del Servicio Territorial Nº4 "Omar Iturregui", pero en un primer plano aparecen de pie cinco árboles muy pequeños, cada uno con un cartel con un nombre escrito. Recuerdan a Mara Navarro, José Luis Pérez, Jésica Migliavacca, Mauricio Pacheco y Ever Heffner que fallecieron en asesinatos.

La idea surgió en la Sociedad de Fomento del Barrio Hipólito Hirigoyen. Los dirigentes de esta institución consideran que, frente a la iniciativa del municipio de plantar un árbol por cada niño o niña que nace, debería existir un programa de plantación por cada vecino o vecina asesinado. El objetivo es exigir justicia y, al mismo tiempo, conmemorarlos. "El árbol es un ser vivo, y en su crecimiento veremos el crecimiento también del ser querido al que recordamos", resume el presidente de la Sociedad de Fomento Hipólito Yrigoyen, Julio Castañares.

A raíz de esta idea el pasado 25 de noviembre, en el aniversario de la ciudad, se plantaron los cinco árboles que en un primer lugar estuvieron ubicados en el terreno en el que hoy se construye el edificio del Servicio Territorial y luego fueron reubicados en Berutti y Estrada

Todas estas manifestaciones llevan implícito un reclamo de memoria y justicia. La investigadora Mónica Cohendoz considera que es necesario continuar con esta construcción de memoria colectiva para transformar los ejes de la Justicia. "Esto sucede en todos los movimientos sociales y a nivel mundial. Es un modo de expresar públicamente qué es lo que les interesa a los ciudadanos".

Otro caso resonante en nuestra ciudad fue el de Leandro Pianciola, el joven asesinado a la salida de un partido de fútbol entre Racing de Olavarría y Crucero del Norte. Una bala perdida dio con su cuerpo y encontró la muerte a los 18 años, el 29 de abril

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La emoción se hace presente cada sábado por la tarde.
/ Foto: Gentileza Estrellas Amarillas Olavarría

de 2012. Rápidamente sus amigos y familiares se manifestaron para reclamar justicia y que no haya más muertes de jóvenes en la ciudad.

Sus amigos pintaron un mural para recordarlo y lo colocaron en el estadio José Buglione Martinesse para rendirle homenaje. La mamá de Leandro, Marina González, se emociona cada vez que llega a la cancha y ve el mural. Lo toca como si acariciara a su hijo. "Yo veo el mural y veo otra cosa, algo más que una simple pintura, es la única foto que tenía en la que estaba serio, mirando el cielo, como si lo estuvieran llamando. Él era re simpático, jamás salía serio en las fotos y esa fue la foto que eligió como perfil en Facebook días antes de que lo maten", relata.

Cohendoz reconoce que esta forma de manifestar el dolor, pone el acento en cómo nos estamos construyendo como democracia de manera colectiva, la necesidad que tenemos los ciudadanos de dejar una impronta o marca en la ciudad. Los familiares de las víctimas quieren que la ciudad sepa que esa muerte en particular no es una más, no es un problema de la víctima o de su familia; es un problema de la ciudad. Saben que con estas expresiones la Justicia no será más rápida, no se les devolverá a la víctima, ni el dolor se hará menor, pero lograrán construir sentidos colectivos más allá de lo individual.

Desde un análisis semiótico del caso Pianciola, Cohendoz sostiene que, al estar el mural, ir a la cancha dejó de ser solamente un entretenimiento de orden deportivo. "El mural indica que ir a la cancha es otra cosa, que tiene que ver con la peligrosidad o con encontrar la muerte".

Las manifestaciones simbólicas que aparecen en las calles interpelan a quien pasa por el lugar. "Lo interrogan: '¿qué pensás de esto? ¿Por qué pasó?' Eso desencadena una serie de análisis y reflexiones acerca de los hechos que no están controladas por nadie, solamente por el inconsciente", analiza Cohendoz.

Por ahora son estrellas, árboles y murales, pero mientras surjan nuevas víctimas podrán aparecer nuevas manifestaciones de la memoria que reclamen justicia. Así, sostiene Cohendoz, "la demanda se hará más poderosa" porque "la sociedad civil tiene una fuerza y poder importantísimo. Es una construcción de poder y de la posibilidad de utilizarlo y eso es lo que se ve con más frecuencia en nuestra ciudad". /AC-FACSO