Notas

Las herramientas del municipio contra la violencia de género

Cómo es el circuito oficial en OIavarría para prevenir femicidios

La Mesa Local contra la Violencia Familiar y de Género junto a los grupos terapéuticos para las víctimas y para las personas que ejercen violencia explican el circuito de contención y protección legal que está disponible en la ciudad

Irene Ramón.S
Irene Ramón sufrió violencia
de género durante 19 años.
/ Foto: AC-FACSO

Irene Ramón tiene 66 años, es portera de la escuela secundaria del barrio CECO y sufrió maltrato familiar desde su infancia. Cuando se casó, padeció la violencia de género durante 19 años y su casa, relata, "se convirtió en una cárcel". Con la voz firme y el cuerpo tembloroso recuerda que "hay señales como el celo extremo, exaltarse sin motivo y la falta de respeto. Después viene la cachetada que se 'justifica' porque tuvo un mal día y que con el tiempo se hace habitual. Es necesario apartarse, saber que no va a cambiar sin ayuda y que eso no es amor sino obsesión".

En los últimos diez años al menos 13 mujeres fueron asesinadas en el Partido de Olavarría. Entre enero del 2012 a enero de este año, se han registrado unas 1295 denuncias por violencia familiar, según los datos aportados por el Juzgado de Familia. "Saber que es uno el que tiene que liberarse y que los primeros meses son difíciles. Primero hay que dedicarse a los hijos y con el tiempo vendrá el amor, solamente hay que saber mirar, porque no todos los hombres son iguales", reflexiona Irene al repasar su historia de vida, en la que también encontró una segunda oportunidad y mucha felicidad.

Las instituciones que intervienen en la Mesa Local contra la Violencia Familiar y de Género (Servicio Local, la Comisaría de la Mujer y Familia, la Defensoría General y unidades de Defensa Nº 1 y 4, el Juzgado de la Familia, Jefatura de Inspección de educación primaria y secundaria y la Fiscalía General) están coordinadas por la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio. El objetivo central que las convoca es brindarle contención y protección legal inmediata a la víctima de maltrato y atención psicológica a quien realiza la agresión.

"Hay mujeres que vienen muchas veces a buscar información sobre la cuestión legal y después hacen la denuncia. Otras la realizan desde el primer momento de maltrato", describe la psicóloga de la Comisaría de la Mujer, Catalina Borsi, refiriéndose a lo difícil que le resulta a la víctima pedir ayuda y hablar sobre la problemática que la atraviesa.

Silvana Valente, integra la Mesa Local contra la Violencia Familiar y de Género desde la Defensoría General y habla sobre los altibajos emocionales que sufre una víctima de violencia de género. "Muchas veces pasa que las propias víctimas solicitan que levantemos las medidas de protección. Desde la Defensoría tenemos la posición de aconsejar el no levantamiento y trabajamos desde su fortalecimiento".

Desde principio de año la atención psicológica para las víctimas y las personas que ejercen violencia funcionan de manera alternada y cada 15 días a través de los grupos terapéuticos. Las reuniones cuentan con una demanda sostenida y se llevan a cabo todos los lunes, desde las 10.30 en el SUM de Pediatría del Hospital Municipal. "El grupo de autoayuda está abierto a la persona que lo necesite sin que haya una denuncia de por medio", explica Borsi.

Silvana Valente.S

Silvana Valente integra la Mesa
Local contra la Violencia Familia y de
Género./ Foto: AC-FACSO

"Nosotros creemos que debe existir un espacio de trabajo con la víctima y la persona que ejerce la violencia, porque si no, puede ser que hoy sea una víctima y mañana otra", sostiene Valente. La Mesa contra la Violencia basa su trabajo en tres ejes: la prevención, la asistencia y el tratamiento. A partir de la denuncia se da lugar a la asistencia que consiste en activar los circuitos de contención y protección legal.

Desde la Mesa contra la Violencia se solicita que la denuncia sea expuesta en la Comisaría de la Mujer para una mejor coordinación en la asistencia de la víctima, aunque también puede efectuarse en la Fiscalía General o en el Juzgado de Familia. Ésta queda asentada cuando se expone un delito que abarca desde una amenaza hasta una lesión. En todos los casos se eleva la denuncia al Juzgado de Familia, dándole además intervención a la Fiscalía si se tratase de una lesión.

A partir de la reforma introducida con la ley Nº 14.509 quien denuncia puede solicitar la reserva de identidad. El denunciante puede ser cualquier persona como un médico, docente, vecino o familiar, que tome conocimiento de los hechos. "Es necesario que el ciudadano común se involucre, que denuncie cuando al lado se escuchan demasiados gritos y ve que los chicos o mujeres salen a la calle golpeados. Le diría que no se desanime si se acerca para dar una palabra y es rechazado porque la mujer siente humillación", aconseja Irene con los ojos llorosos.

Con la denuncia asentada en la Comisaría de la Mujer, comienzan dos procesos legales: uno en el ámbito Civil y otro en el Penal. El Juzgado de Familia inicia el proceso Civil con el accionar de la jueza que se encarga de realizar el análisis de riesgo. Con este proceder se toman las pruebas para otorgar las medidas de protección a la víctima con la mayor urgencia. "El acompañamiento legal y psicológico a las víctimas desde la denuncia, es fundamental. También que se sienta acompañada por todo el tiempo que sea necesario", remarca Mariano Melotto, hijo de la primera víctima de 'femicidio', así definido con la nueva ley.

En la sede penal donde acciona la Fiscalía, se hace la investigación con la búsqueda de indicadores que establezcan o no que la persona cometió el delito. El proceso penal no puede desarrollarse con una investigación rápida como sucede en el ámbito Civil. "Hay situaciones de violencia que no llegan a ser un delito penal como insultar todo el tiempo porque no dejan elementos para que se inicie una causa penal; pero sí para la protección en el ámbito civil", aclara Valente.

"Las medidas de protección son las herramientas más importantes en el marco de la violencia de género", destaca Valente. Éstas son la exclusión del hogar, la medida perimetral, la suspensión de la tenencia, la no comunicación y el botón antipánico, por un plazo de 45 días o más. Este mecanismo de alerta tiene dos motivos: uno es hacer terminar las situaciones de violencia, el otro es darle un tiempo a la víctima para que pueda fortalecerse y que el victimario comience un tratamiento. "Las medidas son reclamadas por el victimario como muy duras y si bien no hay pruebas desarrolladas en lo penal, el bien superior a proteger es la vida de la víctima" amplía Valente.

Apoyos terapéuticos contra la violencia

circuito
El circuito de atención que ofrece el Estado.
/ Gráfico:Defensoría General

 El área de salud mental no obliga a nadie a concurrir al espacio terapéutico pero muchas personas que ejercen la violencia solicitan el tratamiento. La psicóloga Ana Lauscher, directora de Salud Mental Municipal, observa que "hay personas que se acercan desde la angustia o preocupación porque notan que algo les está pasando, porque consideran que puede ser grave que actúen de forma impulsiva".

En otros casos es la Justicia quien determina con una orden el inicio del tratamiento. En esta terapia obligatoria es el psicólogo quien inicia un trabajo específico. "Se trata de trabajar en la construcción de la demanda en la persona que ejerce la violencia. Esto es a partir de que le encuentre sentido a su permanecia en ese espacio, como que le va a servir y ayudar", explica Lauscher.

Sobre estos nuevos espacios, Mariano Melotto opina que "es muy importante que la víctima tenga un espacio de contención y pueda sentirse acompañada, como también que los victimarios sepan que están siendo observados por muchas instituciones". Las prestaciones que da el área de Salud Mental son grupales, lo que no quita que si una persona necesita además, un abordaje individual psicológico o psiquiátrico pueda tenerlo de manera individual.

La ventaja de la terapia grupal reside en que lo dicho por un miembro, le resuena al compañero. Todos aprovechan las situaciones expuestas y todos son actores terapéuticos en ese momento. En estos grupos el psicólogo oficia de coordinador y no representa la voz del saber. "Si bien a nivel de la personalidad todos y todas son muy diferentes, los convoca una problemática, es como una caja de resonancia desde la realidad de unos y otros, que desde el primer día empieza a generar efectos", concluye Lauscher.

Lo principal es tomar conciencia de la situación de violencia. También que la víctima realice la denuncia para que se active la contención y protección legal, y que la persona que ejerce la violencia inicie un tratamiento. / AC-FACSO