Notas

La sexualidad después de los 60 años

El placer sexual en adultos y adultas mayores

Tres especialistas y dos adultas mayores cuentan cómo se vive la sexualidad en la tercera edad. La asociación de esos cuerpos con la muerte y la deserotización son tendencias que se están revirtiendo paulatinamente

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Nora Ottaviano habla sobre su sexualidad
sin vergüenza/AC-FACSO

Con una apariencia de cuarenta años, líneas de expresión marcadas y una voz ronca, producto de sus años en la docencia, para Nora Ottaviano "la sexualidad en esta etapa se siente a flor de piel; hay emoción y sensaciones". Con sus 60 años de vida, cuatro de viudez y una vida compartida con una única pareja por más de cuatro décadas, Nora elige seguir sin compañero. "Decidí no tener relaciones 'touch and go', porque no me hacen sentir bien, ya que busco una pareja estable y no la encuentro. La educación me condiciona y no puedo revertirlo. Espero al hombre conquistador que no lo tenemos más, ni siquiera de mi edad", se lamenta.

Ricardo Iacub, Licenciado en psicología y especialista en 'vejez' (según la denominación que él utiliza para referirse a esa etapa de la vida) explica que hay una construcción cultural greco-latina acerca de la sexualidad en los adultos mayores que, aunque esté alejada en la historia, sigue actuando. Esa visión "ha tenido una mirada crítica y denigradora hacia el erotismo en la vejez, la cual se asocia a la muerte". El crecimiento y la juventud estuvieron fuertemente asociados a la plenitud, mientras que la ancianidad a la decadencia. Esa visión tradicional "se significa como debilitamiento, fealdad y degradación a la cual le continúa la muerte. La cultura define la limitación al deseo desde la asimilación del cuerpo de los viejos a un cadáver, lo que volvería rechazable cualquier forma de erotismo", analiza el investigador.

La deserotización en los cuerpos de los adultos mayores es una tendencia que comienza a revertirse y hay testimonios que lo demuestran. Griselda Astudillo, es tesista en la carrera de Comunicación Social y activista en el grupo interdisciplinario Chesida. En 2008 dictó un taller del Programa Universidad para Adultos Mayores Integrados (UPAMI), orientado a dialogar sobre la sexualidad en la 'vejez'. Astudillo observa un avance que, al mismo tiempo, contiene un problema. "Se está rompiendo con la mirada de una sexualidad vinculada a la reproducción y mantienen prácticas sexuales pero sin ningún tipo de cuidado, porque la posibilidad de un embarazo ya no existe, entonces hay personas que se han infectado por la falta de protección", plantea la integrante de Chesida.

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Teresita Masson se siente cómoda con su sexualidad
 actual /AC-FACSO

Para Nora, quien asistió a ese taller de UPAMI, "la sexualidad es mejor en esta edad, se vive de una forma más relajada porque no quedás embarazada y con una pareja estable se puede establecer un ritmo, una manera. La sexualidad en esta etapa es tan efectiva como en otros momentos de la vida". Su compañera de UPAMI, Teresita Masson, está casada desde hace 41 años y asegura tener una "muy buena" vida sexual. "Sabemos por las campañas que hay que cuidarse. La sexualidad ahora es distinta y estoy convencida de que es mejor que antes, porque se habla, hay información y no es frecuente la ´careteada´", reflexiona Teresita.

Astudillo percibe que muchos adultos y adultas mayores no disfrutan de su sexualidad. "Tiene que ver con una construcción sobre la edad, con lo que la cultura concibe como una persona activa. Es una lectura lineal sobre la sexualidad, lo que implica un momento de encuentro donde está presente la genitalidad, donde hay un deseo, una excitación y ya está". Esa linealidad implícita en el contexto del encuentro, donde están presentes también los modelos tradicionales de familia y la manera de vincularse en pareja de un viudo o viuda, son cuestiones culturales que deberán ser sorteadas durante la adultez, por quienes deseen mantener una vida sexual activa.

Nora no está conforme con la manera en que se están dando, según ella, los vínculos entre hombres y mujeres mayores. "Son relaciones de 'touch' y no veo digno que el encuentro solo sea para una situación sexual. No tengo problema con la cuestión estética porque me cuido, incluso estoy operada de una mama y no me da pudor porque creo que el hombre en el acto sexual no se fija solo en lo estético".

Lo que plantea Nora revela la distinción entre sexualidad y erotismo de la que habla Iacub. Según él, la sexualidad es "la estrecha dependencia que se tiene con las posibilidades físicas y psicológicas", mientras que el erotismo "incluye tanto al deseo como al amor, es la infinita variedad de formas basadas en una constante invención, elaboración, domesticación y regulación del impulso sexual, es el procesamiento cultural del sexo".

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Griselda Astudillo trabajó con adultos mayores en un
taller sobre sexualidad /AC-FACSO

Desde su trabajo interdisciplinario en Chesida, Astudillo destaca que "hay prejuicios que atraviesan a todas las edades, como la resistencia al uso de preservativo". Respecto a la participación en el taller de sexualidad de UPAMI recuerda que "entre los adultos y adultas mayores el preservativo y la lubricación son todo un tema. Cuando la sexualidad se limita a la genitalidad, no se piensa en los juegos, entonces es una crisis cuando la mujer ya no está ovulando y la lubricación no es la misma. Con un lubricante se solucionaría, pero aún hay cuestiones que no se conocen ni hablan".

La edad es un determinante fuerte en relación al deseo que una persona puede o no generar, pero también lo es la cultura que influye mucho a la hora de sentirse o no deseables.

Hay diferentes miradas sobre la sexualidad en las personas mayores, pero cómo abordarla dependerá de las certezas, los temores basados en prejuicios, tabúes, creencias, estereotipos y modelos de sexualidad que cada persona haya ido construyendo a lo largo de su historia personal.

La construcción sexual de los adultos mayores en la publicidad

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El psicólogo Marcelo Bavio habla sobre las nuevas
 exigencias que impone el mercado a los adultos
mayores/AC-FACSO

Marcelo Bavio es Licenciado en Psicología y titular de las cátedras de Psicología y Comunicación y Publicidad en la Facultad de Ciencias Sociales.

Para reflexionar sobre este tema, analiza algunas publicidades relacionadas a un público adulto mayor. Así, tanto la de la pasta dental 'Corega' como la de los pañales descartables 'Plenitud' trabajan, según él, sobre un eje de pérdida: la pérdida de la dentición y del control de esfínteres. "Son dos situaciones que nos hablan de la degradación del cuerpo humano, que está anclado en el fin del ciclo del cuerpo. Ambas te enfrentan a tu ciclo vital pero seguís perteneciendo al mundo, porque muestran modelos sexualmente atractivos".

El psicólogo se pregunta "¿qué pasa con una sociedad que coloca en escena el cuerpo femenino y masculino adulto como sexualizado? El deseo sexual en los adultos mayores es mucho menor por una cuestión hormonal, pero se le suman tecnologías para conseguir una erección en el hombre y cremas en la mujer para disimular la sequedad".

Con la creación de estos nuevos mercados orientados a consumidores adultos y mayores "la sociedad contemporánea está directamente ligada al activismo, a la trasformación de lo tradicional y al desenfreno de las sociedades capitalistas. Plantea la producción constante de todo y coloca a los adultos mayores en este mismo modelo, en el cual tiende a producir actos sexuales o su posibilidad", plantea Babio.

Si bien la edad es un determinante fuerte en relación al deseo por tener una vida sexual activa, también lo es la cultura que influye mucho a la hora de sentirse o no deseables./ AC-FACSO