Especial 30 años de Democracia. Juan Pablo Villeres autor del proyecto 'Ley de la Verdad'
"La Ley de la Verdad pone en valor a una sociedad madura"
El abogado olavarriense es hijo de desaparecidos y autor de un proyecto de ley que busca recuperar la identidad de las 400 personas apropiadas en la última dictadura cívico-militar, que actualmente viven con un nombre y apellido que no es el biológico. La 'Ley de la Verdad' apunta a la creación de un banco de datos genéticos que abarque también casos de sustitución de identidad ocurridos por fuera del plan sistemático de robo de bebés
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| Estela de Carlotto respalda el proyecto ideado por Villeres. /Foto: Gentileza Juan Pablo Villeres |
A 30 años de democracia surge el proyecto 'Ley de la Verdad', nacido de la necesidad de recuperar la identidad de todas las personas apropiadas por la última dictadura aunque también se extiende a casos que trascienden la dictadura. Su autor es el abogado olavarriense Juan Pablo Villeres, quien es hijo de desaparecidos y siempre estuvo interesado en colaborar con la búsqueda de personas que actualmente son víctimas de la dictadura por haber sido secuestrados y suplantada su verdadera identidad.
El proyecto de ley, que se encuentra en plena etapa de difusión y debate, pretende crear un espacio al que puedan acudir todas las personas que dudan sobre su identidad. Esta opción será voluntaria para todas las personas nacidas entre 1975 y 1980. Antes, los interesados deberán renovar cualquier documento identificatorio para comparecer luego frente a un equipo especializado en genética que será el encargado de verificar incongruencias o inconsistencias en su identificación. Allí y, si es necesario, el equipo ofrecerá la posibilidad de hacer un cotejo genético con los perfiles de los familiares de detenidos desaparecidos. La propuesta pone en debate cuestiones que no solo tienen que ver con el derecho individual sino también con el derecho colectivo a la verdad.
¿Cuáles son los pasos a seguir para la aprobación e implementación de la 'Ley de la Verdad'?
Nosotros estamos convencidos de que el mayor grado de conocimiento, conciencia y compromiso social que pueda lograrse con el proyecto será vital para elevarlo a su tratamiento
parlamentario y en ese camino estamos, afortunadamente con avales realmente muy fuertes. Desde el punto de vista de la implementación estamos desarrollando nuestro programa para formar a los profesionales que llevarán adelante los abordajes porque sostenemos que ese resorte es el eslabón más importante de todo el plan. La diferencia entre un trámite personal y uno burocrático estará en el tratamiento que los equipos interdisciplinarios hagan en cada caso. Porque a pesar de haber nacido de una norma, es importante que la misma lleve al trato individual.
¿Qué elementos se utilizarán para la recuperación de la identidad de los chicos y chicas apropiados en la dictadura?
Los elementos que proponemos utilizar discrecionalmente, como se viene realizando desde la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y Abuelas de Plaza de Mayo, son la genética y los abordajes especializados. La diferencia radica en que ponemos al Estado directamente a trabajar de manera activa en la búsqueda de estas víctimas. La razón indica que la progresión de las personas que recuperan su identidad es lamentablemente tan lenta que pronto nos quedaremos sin uno de los extremos de la cuestión porque muchos abuelos y abuelas han muerto y otros han bajado ya sus brazos en la búsqueda. Por lo tanto, insistimos que ya el hecho de que haya opciones a los procedimientos conocidos resulta favorable para las expectativas de esas personas y de toda una sociedad que reclama la verdad.
La creación del Banco Nacional de Datos Genéticos por impulso de Abuelas y de las organizaciones que trabajan en la recuperación de las personas apropiadas por la dictadura fue uno de los hitos en la lucha por los Derechos Humanos en la Argentina. Afortunadamente su organización junto a las leyes que terminaron con la impunidad, las leyes reparatorias, la puesta en marcha de la CONADI y todo el esfuerzo del Estado en ese sentido pone al país en la vanguardia mundial en la temática.¿Qué importancia le asigna a la creación de un banco de datos genéticos?
Proponemos que se genere, en el caso de un resultado negativo, un nuevo archivo en el Banco Nacional de Datos Genéticos a los fines de que esas personas puedan dejar su perfil al aguardo de que el otro extremo de la relación biológica se acerque a restablecerlo.
A 30 años de la democracia, ¿cuál considera que es la situación actual de las personas apropiadas durante la dictadura?
Lamentablemente tenemos que decir que esos adultos viven una situación muy particular. Por un lado, sabemos que muchos tienen dudas sobre su identidad pero no pueden romper el cerco perverso creado a su alrededor por la lógica de la apropiación. Por otro, consideramos que puede existir una minoría de personas que desconozcan completamente esto. Pero sin dudas, todos ellos se asemejan a una mesa a la cual le falta una pata. Es tan relevante para la persona su identidad que es fundamental conocer sus orígenes, la historia de sus familiares que en algún momento de su vida necesitan imperiosamente acercarse a la verdad. Por eso apostamos a este trabajo, porque justamente generará un nuevo disparador de oportunidades para aquellos que hasta el momento no han podido o no han querido terminar con sus dudas. Pero por otra parte, también es importante destacar que al realizar una convocatoria masiva, un relevamiento universal, pueda acercarse también un paliativo para aquellos que duden de su identidad pero no sean hijos de desaparecidos.
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La Facultad de Ciencias Sociales fue sede |
¿Cómo se ha trabajado en esta temática durante los últimos 30 años?
Se ha trabajado incansablemente, desde Abuelas, desde la asociación Clara Anahí, desde los organismos gubernamentales y no gubernamentales. La tarea, visto está por el transcurso del tiempo, ha sido incesante. Nosotros decimos también que es necesario innovar. Contemplando por supuesto todos los costados sensibles de la sociedad, pero con la urgencia que requiere.
¿Qué importancia tiene una ley como la de la Verdad para la consolidación de la democracia?
La Ley de la Verdad pone en valor a una sociedad madura, que puede responder colectivamente a una demanda que también debe interpretar como social. La manifestación, en ese sentido, de una sociedad madura responsable y solidaria quedaría expuesta en el cumplimiento de esta norma.
¿Cuáles son las particularidades de la lucha por la recuperación de la identidad en ciudades más chicas como Olavarría?
La recuperación de la identidad de personas apropiadas hace más de treinta años es una tarea compleja. Tanto, que desde la propuesta que elaboramos se va a recorrer absolutamente todo el país, relevando el territorio hasta encontrarnos con esas personas. Todos aquellos que tengan dudas sobre su identidad y que el equipo de abordaje evalúe como posibles casos de apropiación tendrán la posibilidad de asirse de esta opción. Olavarría será parte de esa historia, pero también lo será La Banda en Santiago del Estero y Tilcara en Jujuy. Cada pequeño lugar puede entregarnos algo increíblemente grande como la verdad que estamos buscando.
¿Qué se sabe de los hijos e hijas apropiados de Olavarría?
Lamentablemente tenemos relevado un caso sin resultado positivo hasta el momento que es el del bebé nacido de Griselda Betelous que era empleada de la DGI y fue secuestrada junto a su compañero en City Bell, en marzo del '77. Naturalmente como todas las desapariciones, aún hoy se conocen nuevos casos por lo que no podemos descartar que puedan existir más. Mi mamá por caso, estuvo mucho tiempo secuestrada en centros clandestinos de detención, por lo que, no solo no sé cuál fue su destino sino que tampoco si tuvo un bebé en cautiverio. Del mismo modo, puede haber más mujeres que pudieron estar en la misma situación por lo que la cifra de personas es un estimativo.
¿Por qué es importante para la sociedad y para la democracia que todas las personas conozcan su identidad?
Para la sociedad es vital, tanto como la memoria y la justicia, conocer la verdad. Sin ella caminamos a oscuras hacia el futuro, no sabemos quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestra raíz ni qué nos une. Por los mismos motivos podría decirse que, tanto para las personas como para las sociedades, la verdad es imprescindible. /AC-FACSO
Juan Pablo Villeres
Es abogado, escribano, martillero y periodista. Tiene 42 años, es hijo de desaparecidos y militó toda su vida en la búsqueda de personas que aún en la actualidad son víctimas de la última dictadura cívico-militar que vivió Argentina.