Notas

Empleo y género

Menos del 40% de las mujeres en Olavarría trabajan fuera del hogar

Con menor actividad laboral formal que los hombres y con mayores obstáculos socioculturales que afrontar, las mujeres forman parte de un contexto que suele limitar espacios y abrir el camino a nuevas experiencias. El 69% de ellas no recibe remuneración por sus tareas o trabaja ‘en negro’. El mercado laboral femenino en la ciudad, muestra logros y debilidades

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La experiencia de María Peralta marca un
camino de compañerismo y desarrollo
laboral/Foto: Gentileza María Peralta

El mundo laboral representa desafíos y expectativas, refleja demandas e involucra diversos aspectos que constituyen al ser humano, pero también es un ámbito que excluye o limita oportunidades. La mujer se ha visto frente a diversos obstáculos históricos y culturales, debiendo lidiar y superar determinadas barreras para su inserción y crecimiento profesional. Según la Encuesta de Indicadores del Mercado de Trabajo y la Encuesta de Hogares y Empleo del municipio de Olavarría, durante 2013 la tasa de actividad de mujeres dentro del mercado de trabajo formal llegó al 39,1%. Este porcentaje muestra un leve aumento con respecto a años anteriores, pero sigue siendo inferior al de varones, que en el mismo año fue de 54,3%. Los diversos hechos que forman parte de estas estadísticas marcan cambios, desfasajes, espacios de difícil acceso y un nuevo rol de la mujer en el mercado laboral en lugares donde predomina el hombre. “Los hogares conducidos por mujeres son cada vez más frecuentes. Las mujeres han salido a buscar trabajo en mayor cantidad y eso en general se da en los períodos de crisis o devaluación por el deterioro del ingreso del jefe de hogar”, opina Patricia Seijo, subsecretaria de Indicadores Locales. Para Seijo, “la mujer que sale para complementar los ingresos del marido es en general aquella que no ha tenido un desempeño laboral ni una calificación de acuerdo a las demandas que tiene el mercado. Se produce así un desempleo friccional que tiene que ver con las características del que busca trabajo y con el empleo ofrecido”. Con experiencia o sin ella y con distintos niveles de calificación,  existe no obstante un desajuste entre la oferta laboral y la verdadera demanda.

Analizando el concepto de ‘sostén del hogar’ pueden reflejarse cuestiones que tienen que ver con el contexto socioeconómico. “En los momentos de crisis económica las mujeres se han convertido en ‘mujeres sostenes del hogar’. En general ese trabajo que consiguen es en condiciones de precariedad, en negro, lo que podríamos llamar una economía informal”, subraya Patricia Pérez, licenciada en Comunicación Social, miembro del grupo de investigación PROINCOMSCI de la FACSO y quien ha trabajado en temas sobre Comunicación y Género. “Esto implicó un cambio fundamental al interior de su unidad doméstica ya que cumple una doble jornada laboral. Por lo general esa incorporación de las mujeres al mercado de trabajo implica que van a tener que trabajar afuera para sostener en términos económicos el hogar y adentro para sostener la reproducción familiar”. Otro fenómeno a destacar es el vinculado al tipo y calidad de empleo que llega a obtener la mujer. “Históricamente las mujeres han ocupado cargos de menor cuantía en lo que es el salario o de menor valoración  social. No es lo mismo ser médico que ser enfermera”, sostiene Pérez. “En muchos ámbitos donde hay plena incorporación laboral, plenos derechos, igualdad de salarios con los hombres, lo que sigue existiendo es que quienes tienen los mayores cargos generalmente son hombres. Esto tiene que ver con una cuestión cultural de suponer que los hombres son ‘más aptos’ para lo que son las funciones de mando u organización. Existe para nosotras ‘un techo de cristal’”. Desde otra perspectiva, Seijo sostiene que “hay una igualdad en los puestos de trabajo, aún cuando requieren teóricamente de otra fuerza, de otra característica. Hay participación en actividades netamente masculinas, se nota esa presencia”.

Espacios laborales compartidos

Es creciente la introducción laboral de la mujer en espacios predominantemente masculinos. “Hoy es mayor la participación de la mujer en otros tipos de actividades que antes eran impensables, como por ejemplo ocupar lugares del hombre en actividades de la construcción, manejando colectivos o taxis, cosas impensadas hace un tiempo”, destaca Seijo. Las experiencias de mujeres que ocupan roles histórica y culturalmente asignados al hombre o trabajan en espacios donde son minoría reflejan cambios y presentan desafíos permanentes. Es el caso de María Peralta, de 51 años, Ingeniera en Construcción e Ingeniera Civil,  Vicedecana de la Facultad de Ingeniería de la Unicén y Secretaria del Colegio de Ingenieros. “Fui la primera mujer que estuvo en la oficina técnica en Cementos Avellaneda y esa primera experiencia laboral fue en un ámbito de hombres, desde el personal hasta los puestos jerárquicos”, recuerda. El aprender a convivir en ese contexto fue toda una prueba para ella. “La oficina técnica tenía vestuarios y baños que solo eran para hombres, por lo que teníamos un acuerdo que se dio naturalmente: mientras yo me cambiaba, ellos esperaban y tomaban mates; cuando yo terminaba pasaban ellos”, relata Peralta, para quien la experiencia fue positiva. “Pude adaptarme al grupo y ellos a mí. La sensación que tengo con trabajos en grupos de hombres es que siempre fue de mucho respeto”. Si bien muchos espacios laborales, en el ámbito privado y público, aún hoy sostienen una limitación en el acceso para determinadas tareas, hay espacios donde esa apertura y convivencia entre mujeres y hombres se mantiene en el tiempo.

El fútbol suele ser una actividad machista, donde dominan los varones, pero la experiencia de Pía Cirigliano, de 24 años, profesora de Educación Física y árbitra de la Liga de Olavarría no fue así. “Cuando arranqué a dirigir pensé que iba a ser más complicado o que me iban a hacer sentir más el hecho de ser mujer, pero no fue así. Mis compañeros siempre me ayudaron, me aconsejaron y me retaron cuando lo necesité”. Como árbitra, todavía le cuesta conquistar el respeto de los jugadores. “Como todo cuando se arranca en algo nuevo, y más en este ámbito que todavía tiene algo de machista, aparecen los miedos a cómo van a reaccionar los jugadores, dirigentes, técnicos y la gente que va a la cancha, pero no he tenido mayores problemas. Lo que más me ha costado fue ganarme la credibilidad dentro de la cancha, todavía cuesta creer que una mujer sepa de fútbol como cualquier varón, pero eso va cambiando de a poco”, cuenta Pía. En cuanto al lugar sociocultural que se le ha impuesto a la mujer y los desafíos para superar esas barreras, la árbitro hace hincapié en su propia experiencia. “Los mayores obstáculos son los que se pone una misma. Imagináte ser mujer en un lugar en el que se consideró siempre que sólo los hombres podían ocupar. Es difícil, pero no quiere decir que sea imposible. Con esfuerzo, sacrificio y paciencia las oportunidades llegan”, concluye. Aún quedan cuestiones para mejorar y superar como el trabajo informal al que se somete a un gran sector de la población femenina, el acceso igualitario a puestos jerárquicos, y sobre todo actuar desde lo cultural para terminar con pensamientos discriminatorios naturalizados histórica y socialmente. Los ejemplos laborales mencionados dan muestras de que son posibles los cambios, la convivencia y el aprendizaje conjuntos para avanzar hacia la igualdad./AC-FACSO.


Datos útiles

Aquellas personas que se encuentren en la búsqueda de empleo formal o busquen mejorar su situación laboral pueden acercarse a la Oficina de Empleo municipal. El contacto puede realizarse personalmente en Sarmiento 2458 de lunes a viernes de 08.30 a 14 hs., por teléfono al 428333 o por email a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

En cuanto al marco normativo y legislaciones vigentes deben destacarse el Decreto Nacional 254/98 “Plan para la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en el mundo laboral”, el Régimen especial de contrato de trabajo para el personal de casas particulares, la ley 25.250 de Reforma Laboral y la ley 25.674 de cupo sindical femenino.