Notas

Especial Monte Pellon I Opinión

El juicio de Monte Pelloni, la historia y una tesis: Cacho, estudiante y graduado de la UNICEN

Por María Rosa Gómez, periodista, docente e investigadora de FACSO - UNICEN, UBA y UNLP

“La militancia de la década del 70, como emergente del Mayo del 68 europeo, la Revolución Cubana y la experiencia guerrillera del Che Guevara, fue uno de los hechos más relevantes de esta última parte de la historia argentina”. Así arranca una de las primeras tesis aprobadas en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN). El autor pertenecía a la primera camada de estudiantes (casi adolescentes algunos, otros bordeando los 30 años) que se entusiasmaron cuando se instaló en Olavarría la posibilidad de estudiar algo que se apartara de las “ciencias duras” o tradicionales.

Indaga los discursos de uno de los líderes políticos más controversiales de América Latina: Juan Domingo Perón; e intenta entender a través de la semiología, la lingüística y la sociología, las causas que propiciaron la instalación de la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina. Sin embargo, hay una frase en el prólogo de “Los demonios de Perón” de Osvaldo Roberto Fernández (Cachito, le dicen quienes lo aprecian) que anuncia algo más. Algo que se intuye en los pliegues del trabajo.

“Los que participamos plenamente de aquello”,dice desde un nosotros inclusivo mientras analiza las razones del involucramiento militante, dejando entrever que hay una experiencia propia a analizar, un plus que excede al objetivo de aportar al campo de estudio o la obtención del título de grado. “En el aislamiento de la cárcel intentábamos encontrar esas causas y acudíamos a la razón”, aclara. Muchos para esa fecha sabían del periplo de Cachito por las cárceles de la dictadura, de la desaparición de su hermano Jorge y del cautiverio de ambos en Monte Pelloni. También se conocía su denuncia ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, donde brindó aportes sustanciales para el reconocimiento de ese Centro Clandestino de Detención (CCD). En el Informe de la Memoria, impecable obra de construcción colectiva impulsada por organismos, familiares y militantes, hay una semblanza de Jorge Fernández: “Mi hermano era una persona de bien, no era un tipo sanguíneo (...) era una gran oreja que escuchaba a todo el mundo...Era un tipo que llegó más temprano que yo a la Revolución. Discutíamos mucho siempre” recuerda su hermano Cacho, también detenido. Fiel a su pensamiento crítico, en ese relato vuelve a referirse a la participación política: “Siempre estábamos donde se nos necesitaba. Era una militancia muy comprometida. Eso molestaba. Porque si vos lo hacías dentro de una iglesia, estaba bien. Pero si lo hacías dentro de un proyecto político molestabas al poder”.

 El 22 de septiembre de 2014 en las aulas de la UNICEN con sede en Olavarría dará inicio el juicio que investiga los crímenes cometidos en Monte Pelloni. Allí se escuchará, entre otros testimonios, el de Osvaldo Roberto Cacho Fernández, uno de los primeros graduados de la carrera de Comunicación. Decenas de jóvenes estudiantes de esta universidad pública estarán cubriendo periodísticamente las audiencias, algo inimaginable cuando la Facultad de Ciencias Sociales en Olavarría se puso andar. Esta es una reparación simbólica, no repone lo irreparable, pero delimita un escenario histórico profundamente diferente al existente en los primeros años de la recuperación de la democracia.