Notas

Especial Monte Pelloni

Juan Carlos Butera: “Mi padre me dijo: ‘solo estás preso por pensar distinto’”

La octava jornada de audiencias continuó con la declaración, vía teleconferencia desde Montreal, con Juan Carlos Butera quien se exilió del país cuando recuperó su libertad en 1980. Declaró, además, Nora Castelucci, hermana de Juan José.

Desde el consulado argentino en Montreal (Canadá), y a través de una videoconferencia, Juan Carlos Butera narró lo vivido entre 1977 y 1980 cuando permaneció detenido. Fue secuestrado el 1° de noviembre de 1977 al salir de la Escuela de Comercio de Olavarría en la que cursaba el secundario en el turno nocturno. Butera trabajaba en la unidad penal N°2 de Sierra Chica junto a Alfredo Serafín Maccarini, con quien tenía una gran amistad.

Al ser detenido lo llevaron a la Comisaría Primera de Olavarría. “Me ataron a una silla, me pusieron picana eléctrica y me golpearon hasta que se murieron” relató. Al otro día, fue trasladado a Monte Pelloni en el baúl de un auto. Recordó que en ese momento no pudo reconocer Monte Pelloni, sino que lo hizo más tarde en uno de sus viajes a Argentina. Al llegar a Monte Pelloni lo desnudaron y lo ataron de pies y manos a una cama de alambre. “Me empezaron a dar picana eléctrica durante varias horas seguido de golpes”, precisó. Mientras lo torturaban le hacían interrogatorios específicos sobre su amigo y compañero de trabajo Alfredo Maccarini. Indicó, además, que las torturas se realizaban día por medio y siempre era la misma persona quien las practicaba aunque no pudo precisar quién era, solo que “tenía la voz muy modulada, parecía un porteño”.

Estuvo en Monte Pelloni alrededor de dos meses y en ese lapso solo una vez lo hicieron bañar, con los ojos cerrados: “Me dijeron que si abría los ojos me tiraban un tiro en la cabeza”. Asimismo, fue sometido a varios simulacros de fusilamiento en los que los tiros pegaban muy cerca de su oído, lo que le causó una importante disminución auditiva, que aún en la actualidad sufre. Tras su detención en Monte Pelloni, fue trasladado a la Unidad Penal N°7 de Azul por un grupo de policías de la provincia de Buenos Aires. Estuvo detenido en el pabellón de castigos y en ese momento pudo ver a Cacho Fernández y a Carlos Genson, entre otros. Butera era considerado un ‘traidor’ ya que había trabajado en el penal: “fueron semanas interminables, personal de las cárceles me golpeaban hasta que se cansaban”.  

Sus padres se enteraron que estaba preso en Azul y fueron a verlo. La visita duró solo 5 minutos que bastaron para que su padre le dijera: “Quedate tranquilo, no sos un violador, no sos un asesino, no sos un ladrón. Sólo estas acá por pensar distinto”. En Azul fue visitado, también, por Oscar Alfredo Saint Jean (comandante de subzona) quien le pidió que escriba todo lo que había pasado. Una semana después, fue llevado en avión a la Unidad Penal N°9 de La Plata. “Alguien del personal del avión me dijo que me esperaba un buen recibimiento en La Plata. Cuando llegué habían hecho una fila para esperarme, me molieron a palos” relató. A diferencia de los demás detenidos, Butera estuvo a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, por lo que nunca pasó por un Consejo de Guerra. Sus padres fueron a seis embajadas de distintos países a solicitar una visa para su hijo. La primera que llegó fue la de Canadá y la aceptó. 

Juan Carlos Butera desde Montreal, Canada declaró a través de teleconferencia. Foto. Prensa FACSO.

Luego de haber conseguido la visa necesitaba la autorización del Ministro del Interior Albano Harguindegui para salir del país. Lo trasladaron a la Unidad Penal N°1 de Caseros, “el peor lugar que pude haber conocido en mi vida”. Allí estuvo detenido dos meses y el 2 de marzo de 1980 emprendió viaje hacia Montreal. Su padre lo esperaba afuera y fue la última vez que lo vio ya que al año siguiente falleció.

Narró que los primeros años en Montreal fueron duros. Hoy ya está habituado y forma parte del Consulado argentino en Canadá. Ante la pregunta del fiscal Walter Romero sobre las consecuencias que le produjo el Terrorismo de Estado sostuvo que ir a Olavarría le recuerda todo lo que vivió y le es difícil de soportar. “La gente que a mí me torturó no la conozco, pero estoy seguro que aún caminan por Olavarría y ellos sí me conocen y eso me genera angustia” indicó.

Para Butera su declaración “es un pequeño homenaje a mis padres, que con la incertidumbre de si estaba vivo o no, lograron con mucho esfuerzo saber dónde estaba preso”. Por último reflexionó: “Ya se termina el juicio y espero que eso no signifique que no se hable más del tema. No podemos olvidarnos ni hacer olvidar a las generaciones sobre lo que pasó, sería catastrófico, porque a partir de ese momento estos asesinos vuelven”.

Nora Castelucci: “Verdura me dijo que si alguien me molestaba o tenía algún problema que lo fuera a ver”

A partir de la declaración Juan José Castelucci en la jornada del martes, el Tribunal citó como nuevo testigo a su hermana Nora Castelucci, quien además fue novia de Jorge Oscar “Bombita” Fernández. El juez Falcone le solicitó que indique con quién mantuvo entrevistas mientras su novio y hermano estuvieron detenidos. Castelucci, quien era estudiante en la Facultad de Ingeniería, narró que el 2 de noviembre fue citada por el entonces Coronel Ignacio Verdura quien le dijo que su hermano era muy inteligente y que “esas personas son las más peligrosas”. Ella, además de preguntarle sobre su hermano, le preguntó sobre ‘Bomba’. La respuesta de Verdura fue contundente: “Bomba era el cabecilla”, señalándole que alguien lo había adoctrinado y lo nombró a Juan Carlos Ledesma como el responsable.

Nora Castelucci compañada por su hermano y los integrantes del Centro Ulloa. Foto Prensa FACSO

Verdura le advirtió que había otra gente que estaba marcada y la nombró a Mónica Fernández, que era compañera suya de la Facultad. “Cuando terminó la entrevista me dijo que si alguien me molestaba o tenía algún problema que lo fuera a ver” detalló Castelucci. También comentó sobre un vínculo con la familia Erramouspe y Fassina, de la cual era vecina. Su madre le solicitó a esta familia, que tenía vínculo con un policía de apellido Salcerini, que averigüe sobre su hermano. “Un día vino Pablo Erramouspe y nos dijo: ‘Quédense tranquilos, son perejiles’” puntualizó. Por último declaró que sus amigos, con vínculos con militares allegados a Walter Grosse, la culpaban del secuestro de su hermano: “Me sentía una porquería”, finalizó.

Las partes hicieron preguntas puntuales y el Dr. Castaño le solicitó que precisara sobre las autoridades de la Facultad de Ingeniería en ese momento. Solo recordó que “el rector era Ferraro”. Castaño solicitó al tribunal conseguir la documentación que indicara quién era el secretario académico de la UNICEN y de la Facultad de Ingeniería. Esto puso fin a la audiencia del día miércoles y se pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves a las 9hs. / AC-FACSO