Notas
Educación en Nivel Inicial

Jugar y aprender en los jardines maternales

Su rol como primer espacio pedagógico de socialización para los niños y niñas por fuera del hogar. El aumento de la matrícula año a año y su vínculo con la demanda laboral de las familias.

 

Compartir, crear y socializar a través del juego, de los colores, del propio reconocimiento y del 'otro' son algunos de los objetivos de los jardines maternales, que en la actualidad cuenta con un rol importante en el proceso de socialización de los niños y niñas: se trata del primer espacio por fuera del hogar en el que entran en contacto pedagógico con pares y adultos. Estos lugares se han incrementado en el país a partir de la década del '90 y Olavarría no ha sido la excepción. Mediante la existencia del jardín de infantes con sus salas de tres, cuatro y cinco años, fueron los niños y niñas de dos quienes vieron cómo sus hermanos se divertían al concurrir al jardín y desearon imitarlos. Se los recibió en jardines de infantes privados, como el caso de "Barquito de Papel", de manera casi informal ya que hacia 1988 no existía legislación ni estaba contemplado el espacio para niños menores de tres años.

Laura Orfanelli es maestra jardinera y realizó el postítulo de profesora de maternal. Desde 1990 hasta 2007 fue directora del jardín "Barquito de Papel" y recuerda cómo comenzó el desarrollo de los jardines maternales. "Con la demanda que había de espacios para los niños menores de tres años se independizó el maternal del jardín de infantes y las personas que trabajábamos ahí empezamos a hacer los postítulos. En un principio sólo se destinaba a sala de dos años pero con el paso del tiempo se agregaron otras salas, además de ambientarse espacios y realizarse capacitaciones para docentes" sostuvo.

Esta demanda fue y es consecuencia de "la inclusión laboral de las madres, sobre todo en el turno mañana" según indicó Mónica Gil, Inspectora de la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (DIPREGEP) en nivel inicial. "En Barquito de Papel la matrícula siempre se caracterizó porque las madres trabajan en un 98%" complementó Laura Orfanelli. Otro factor que incidió fue la obligatoriedad de las salas de cuatro y cinco años. Ante esto, muchas familias optaron por mandar a sus hijos más pequeños al maternal.

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Mónica Gil, inspectora de nivel inicial de DIPREGEP, resaltó que los maternales son espacios pedagógicos que ofrecen una propuesta a través del juego. Foto AC-FACSO.

Valentino es el hijo de Silvina Laboratto y José Fani. Debido a que ellos no tienen familiares en Olavarría, y si bien ella no trabajó durante los primeros nueve meses, encontraron en el Jardín Maternal Municipal "El Hornerito" un espacio "para que él socializara y estuviese en otro entorno, con otras personas que no son los papás y con otros nenes" afirmó Silvina.

La ley N° 26.206 de Educación Nacional sancionada en 2006, y mediante sus reformas en 2008 y 2011, establece que la Educación Inicial contempla dos unidades pedagógicas: el jardín maternal para niños y niñas entre 45 días y dos años; y el jardín de infantes que abarca las edades de tres a cinco años. Es a través de esta ley que se considera a los niños y niñas como sujetos de derechos y allí se ratifica que el maternal debe garantizar la enseñanza. "Hay contenidos pedagógicos. La tarea pedagógica es el fundamento de los maternales junto con el cuidado" sostuvo Gil. Al igual que en el nivel superior, existe una división por salas que considera la dimensión biopsicosocial: la primera sala recibe a niños y niñas entre 45 días y un año, la segunda comprende las edades entre uno y dos años y la tercera sala está destinada a mayores de dos años.

En Olavarría existen sólo cuatro jardines maternales dependientes de DIPREGEP: "Niño Feliz", "Alfa y Omega", "Barquito de Papel" y "Libertas", todos ellos con ambos niveles y que se basan en la legislación nacional en materia de educación. Otra oferta surge del Estado Municipal a través de los jardines maternales municipales que funcionan en los distintos Servicios Territoriales desde 1987. Actualmente funcionan doce con una matrícula total de aproximadamente 650 niños y niñas dependientes de la Secretaría de Desarrollo Social del municipio. Además está el jardín "Upa Lalá" que funciona desde el 2004 y depende de la Universidad Nacional del Centro. Por fuera de este circuito coexisten además otros jardines maternales, antes conocidos como "guarderías" que no siguen los criterios de la ley de Educación Nacional y cuyo principal objetivo es cuidar de los niños y niñas, sin intencionalidad pedagógica.

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Los doce jardines maternales municipales cuentan con una matrícula de aproximadamente 650 niños y niñas. Foto AC-FACSO.

Años atrás existía una concepción social por parte de los padres al 'abandono' de sus hijos e hijas en los maternales. Este preconcepto, poco a poco, se fue desarraigando de la sociedad y las familias comprendieron que los niños y niñas necesitaban un espacio por fuera del hogar que les permitiera conocer 'otro mundo'. "Nos permitió entender que esa separación ayuda a ver que hay otros lugares que la llevan a conocer, a crecer, a construir límites. Nos sorprendíamos de los cambios de ella en casa, en función de las cosas que aprendía en el maternal. Además influyó mucho en el hecho de no sentir ningún temor al ingresar al jardín de infantes" reflexionó Lucrecia Manso, madre de Clara (cinco años) que asistió al jardín maternal Upa Lalá, dependiente de la Universidad Nacional del Centro.

La etapa del jardín maternal, además, influye directamente en el jardín de infantes. "Se considera a la sala de tres como el espacio de adaptación de los niños y niñas que recién ingresan y esto hoy por hoy no es tan así porque el niño antes del jardín de infantes o fue al maternal o fue a una colonia de vacaciones" afirmó Laura Orfanelli. Ante ello, se permite divisar quiénes asistieron a un maternal ya que conocen las rutinas escolares, saben ordenar, reconocen al compañero como otro. "Es muy notable la diferencia, sobre todo en esto de las rutinas: sectores, meriendas, distintos espacios como música o educación física" sostuvo Mónica Gil, inspectora de nivel inicial.

Lo importante de estos espacios pedagógicos es su propuesta que permite establecer el proceso de socialización mediante el juego, entendiéndolo justamente como un proceso que depende de las subjetividades de los niños y de la diversidad de situaciones planteadas en el maternal que apelan a la construcción individual y grupal. /AC-FACSO