Notas
Espacios de múltiples encuentros

Las bibliotecas populares en la sociedad de la información

En la era de las nuevas tecnologías y el acceso masivo a las fuentes informativas, el funcionamiento de las Bibliotecas Populares se ha visto modificado. Una nueva ley y la apertura hacia la comunidad favorecen su adaptación y les permiten seguir existiendo.

 

En esta época de cambios, hace más de un año surgió un proyecto de ley impulsado por la diputada provincial Rocío Giaccone (Frente para la Victoria) que busca actualizar el Sistema Provincial de Bibliotecas regido por una normativa creada en 1979. El reciente texto, sancionado en los últimos días de agosto, incluye puntos novedosos en beneficio de las bibliotecas populares. La ley fomenta el desarrollo de las bibliotecas de la provincia de Buenos Aires, en base a garantizar el derecho a la lectura y el acceso a la información, formación y recreación para todos los habitantes. Mientras tanto, a nivel nacional existe otro organismo, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), que nuclea a estas instituciones y promueve su fortalecimiento en tanto organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración pública como espacios físicos y sociales relevantes para el desarrollo comunitario y la construcción de ciudadanía.Tanto la nueva ley como esta comisión proponen incorporar las nuevas tecnologías del conocimiento y la información en las bibliotecas.

En el partido de Olavarría existen 7 bibliotecas populares inscriptas en la CONABIP. Un fenómeno que se observa con el correr del tiempo es que ha mermado la cantidad de gente que se acerca a estos espacios, sobre todo a investigar. Motivo que llevó a la Biblioteca Collinet a suspender el horario de atención al público de mañana. El número de socios que cada una posee no se ha modificado con el correr de los años ya que es proporcional la cantidad de gente que se inscribe y se da de baja. “La verdad es que nosotros tenemos que recalcular la cantidad de socios porque hay un padrón muy abundante de socios de la época en que se inicia la biblioteca donde cada cual conserva su número. Pero ese padrón no refleja la realidad”, señala Juliana, bibliotecaria de la Biblioteca Popular Independencia. La cantidad efectiva de socios que concurren realmente siempre es menor que la de aquellos que se encuentran inscriptos.

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En la biblioteca Amoroso se llevan adelante diversas actividades de extensión, como el dictado de talleres anuales/ Foto: Agencia Comunica

“Hay que tener en cuenta que el partido de Olavarría tiene 13 bibliotecas populares y eso hace que se reparta entre los distintos barrios donde están emplazadas las bibliotecas, por eso es que el número no es muy significativo”, aclara Alejandra, licenciada en Bibliotecología y Documentación de la Biblioteca Popular Collinet. Las bibliotecas consultadas poseen entre 200 y 500 socios efectivos y aclaran que no podrían financiarse con el dinero de las cuotas, por lo cual resaltan los subsidios que reciben de la CONABIP mensualmente para gastos fijos y, en distintas ocasiones, para solventar proyectos comunitarios. “Hace unos años presentamos el proyecto de bebeteca, lo aceptaron y nos mandaron el dinero. Es el espacio para 0 a 4 años donde tenemos libros-juguetes, ositos, para que vengan las familias y los chicos a jugar”, señala Rosa de la Biblioteca Popular Héctor Amoroso.

Una de las formas que han encontrado de atraer a la gente para que se acerque a las bibliotecas tiene que ver con las actividades de extensión que realizan. “El movimiento neurálgico de la biblioteca es a través de los talleres y las distintas propuestas que se hacen a nivel cultural”, afirma Alejandra. Desde este punto de vista, se han transformado en un lugar de múltiples encuentros, donde las actividades que se desarrollan no sólo tienen que ver con el libro y la información sino que abarcan diferentes ámbitos culturales.

La ley del Sistema Provincial de Bibliotecas las constituye como facilitadoras del acceso público a la información, la investigación, la educación y/o la recreación e incluye subsidios para solventar estos proyectos de esparcimiento sociocultural y animación de la lectura. Al respecto, las bibliotecas desarrollan diversas actividades de extensión, una de ellas tiene que ver con el dictado de talleres. En la Biblioteca Héctor Amoroso se realizan anualmente uno de tejido y otro para desarrollar la memoria. Y en la Collinet se hacen talleres de escritura, encuadernación, diseño de interiores, idiomas y tejido. Luego surgen propuestas de actividades diarias como talleres de narración o la maratón de lectura que se realiza todos los años en las tres bibliotecas. Otra de las tareas se orienta a la articulación con las instituciones educativas de la zona. “Las visitas se hacen porque lo requieren las escuelas, muchas veces las docentes quieren que uno les explique a los estudiantes cómo funciona una biblioteca popular”, manifiesta Juliana. Por su parte, la bibliotecaria de Collinet también nota que los profesores tienen curiosidad por que los alumnos no sólo investiguen a través de internet sino que también tengan acceso a la información a través del material impreso.

La ley y los nuevos tiempos

El fundamento de la ley presentada por Rocío Giaccone indica que “las bibliotecas públicas y populares son las mayores garantes del achicamiento de la brecha digital”. Si bien las tres bibliotecas mencionadas poseen servicio de internet, computadoras disponibles y zona wifi, las bibliotecarias aclaran que es poca la gente que utiliza estos espacios para consultar información. Además, el personal de la biblioteca siempre intenta promover el uso del libro. “Nosotros privilegiamos el libro, a veces cuando el tema que se está tratando es difícil o no lo encontramos o no es suficiente el material, sí acudimos a internet”, explica Juliana. “La mayoría viene por los libros, porque en casa buscaron en internet y no pudieron encontrar una página que les sirviera o cómo no podían trabajar con esa página entonces directamente vienen por los libros”, cuenta Rosa.

bp2"Una biblioteca no es un amontonamiento de libros, todo necesita un orden", remarca Rosa, bibliotecaria de la Biblioteca Popular Independencia/ Foto: Agencia Comunica

Con respecto a la inclusión de las nuevas tecnologías dentro de estas instituciones, la CONABIP les provee un sistema para llevar a cabo el inventario y el préstamo de libros. Además, existe un catálogo online para acceder a la información bibliográfica de todas las bibliotecas del país. Sumado a esto, la ley sancionada en agosto decreta la creación de un portal informático y su actualización permanente, como también la garantía del acceso a los medios técnicos que permitan esta informatización de las bibliotecas populares. Haciendo hincapié en la realidad actual de las bibliotecas de nuestra ciudad, no parecen tener en mente un cambio paradigmático a corto plazo en la forma de incluir las nuevas tecnologías en el trabajo cotidiano. Quizás la implementación de la nueva ley colabore con la informatización de estos espacios pero todavía queda por ver si esto es una verdadera solución de cara a sus necesidades, dado que los problemas que requieren una pronta consideración están relacionados a la infraestructura, la falta de espacio y la imperiosa tarea de captar la atención del público que es quien mantiene con vida a las bibliotecas populares./ AC-FACSO